PáginaI12 En México

Desde Ciudad de México

Eran “la nueva generación política” de la que presumía Enrique Peña Nieto en mayo de 2012, en plena campaña presidencial. Gobernadores –como él lo había sido en el Estado de México– que representaban el “nuevo PRI” que aspiraba a recuperar el poder perdido frente al PAN en 2000. Nueve mandatarios estatales priistas, uno del PAN y uno del PRD, que hoy son prófugos o han sido detenidos o están señalados por los niveles más altos y cínicos de corrupción en la historia reciente de México.

Esto es lo que representan Javier Duarte, detenido la noche del sábado último en un lujoso balneario de Guatemala, luego de darse a la fuga hace medio año sin terminar su gestión como gobernador de Veracruz, y Tomás Yarrington, exgobernador de Tamaulipas, detenido hace una semana en Florencia, Italia.

Duarte fue capturado por la Interpol y la policía federal en el hotel La Riviera de Atitlán, uno de los más lujosos del municipio guatemalteco de Panajachel, con la intención de ser extraditado a México, acusado de delincuencia organizada y desvío de fondos públicos por varios cientos de millones de dólares. Luego de una investigación periodística le fueron detectadas más de 30 empresas fantasma a través de las cuales desvió fondos aún no cuantificados, pero que partidos políticos oposición calculan en el equivalente al presupuesto público de dos de los seis años que gobernó Veracruz, entre 2010 y el 12 de octubre de 2016, cuando solicitó licencia para dejar su cargo 44 días antes de que finalizara oficialmente, supuestamente para enfrentar las acusaciones que ya se le hacían. En lugar de eso huyó del estado en un helicóptero del gobierno estatal.

Veracruz se sumió en una violencia sin precedente en los últimos años, lo que ha dejado miles de asesinatos y de desapariciones forzadas, además de cientos de fosas clandestinas que han sido detectadas. Durante la administración de Javier Duarte, Veracruz también se convirtió en uno de los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo en México, con 17 periodistas asesinados y más de una veintena en el exilio.

Interpol también capturó a Tomás Yarrington, pero en Florencia, Italia, el apenas pasado lunes 10, acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita. En Texas, EE.UU., el que fuera gobernador de Tamaulipas entre 1999 y 2005 enfrenta acusaciones por narcotráfico, extorsión, lavado de dinero y vínculos con cárteles de la droga. Varios testigos protegidos lo acusan de proteger las operaciones del cártel del Golfo y de los Zetas. México espera que Italia lo extradite, pero las autoridades estadounidenses quieren juzgarlo primero. Su sucesor en el cargo, el también priista Eugenio Hernández, es buscado por la DEA, la agencia antidrogas estadounidense, por lavado de dinero del cártel del Golfo, aun siendo gobernador. Tamaulipas es otro de los lugares más peligrosos para el periodismo en México: de 2000 a la fecha han sido asesinados 13 periodistas. Duarte y Yarrington fueron expulsados del PRI.

Hace poco más de un año, en enero de 2016, fue detenido en España Humberto Moreira, expresidente del PRI a nivel nacional y exgobernador de Coahuila, uno de los 10 mexicanos “más corruptos”, según un listado de Forbes publicado en 2013. Con cargos de lavado de dinero, promovido por la justicia de Estados Unidos, Moreira fue capturado en España, pero liberado por falta de pruebas. El 3 de octubre de 2012 fue asesinado su hijo, José Eduardo Moreira, en lo que se atribuye como una venganza por el asesinato de Alejandro Treviño Chávez, sobrino de Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z-40”, uno de los líderes de los Zetas. Pese a que aún es investigado por desvío de fondos públicos durante su administración como gobernador de Coahuila (2005-2011), lo que provocó su renuncia como presidente nacional del PRI, hoy Humberto Moreira pretende ser candidato a diputado del Congreso de su estado, postulado por una coalición de partidos locales.

La corrupción de los gobernadores priistas y hasta del PAN alcanzó a Fausto Vallejo, de Michoacán, quien renunció luego de publicarse un video en que su hijo, Rodrigo Vallejo, negocia con Servando Gómez, “La Tuta”, líder del cártel de Los Caballeros Templarios. 

Rubén Moreira, hermano y sucesor de Humberto Moreira en el gobierno de Coahuila, está acusado de lavado de dinero y desvío de fondos, y un testigo protegido en Estados Unidos aseguró haber entregado cinco camionetas repletas de dinero del cártel de los Zetas. 

Miguel Alonso Reyes, exgobernador de Zacatecas, es investigado por enriquecimiento ilícito y peculado. Jorge Herrera, exgobernador de Durango, es investigado por irregularidades en el gasto público por 4.500 millones de pesos y el desvío de otros 500 millones, por los que tramitó un amparo para no ser detenido. Egidio Torres Cantú, otro exgobernador de Tamaulipas, posee propiedades muy por encima de sus ingresos y se lo acusa de desviar fondos para becar a hijos de sus amigos y sus funcionarios en escuelas y universidades privadas.

Ángel Aguirre, del izquierdista PRD, fue depuesto como gobernador de Guerrero luego de la crisis por la desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa; el actual gobierno estatal lo acusa de desfalco por 37 mil millones de pesos y el gobierno federal de desviar 8.3 mil millones de pesos. 10 periodistas han sido asesinados en Guerrero desde 2000. 

El priísta Rodrigo Medina, exgobernador de Nuevo León, está acusado de desviar 3.6 mil millones de pesos y enfrenta otra denuncia por peculado. 

El derechista Guillermo Padrés, exgobernador de Sonora por el PAN, enfrenta cargos por un desfalco de más de 2 mil millones de pesos, pero que podría ascender hasta 30 mil millones.

Todos ellos pertenecen a una generación de políticos nacidos entre finales de los 50 y principios de los 70. 

El hoy presidente Enrique Peña Nieto, nacido en 1966, presumía particularmente del veracruzano Javier Duarte, detenido el sábado en Guatemala, pero también de César Duarte hoy exgobernador de Chihuahua, donde se anunció hace unas semanas que el priista se había convertido en prófugo de la justicia por el desvío de 7.2 mil de millones de pesos a través de decenas de empresas fantasma. Desde 2000 y hasta el mes pasado, 13 periodistas han sido asesinados en Chihuahua.

La lista de mandatarios “ejemplares” de Peña Nieto culminaba con Roberto Borge, hoy exgobernador de Quintana Roo, quien enfrenta una denuncia penal por apropiarse del 10 por ciento de la reserva territorial del estado de la costa Caribe a través de prestanombres y familiares, además de crear una red para despojar a particulares de su patrimonio, con prácticas estilo crimen organizado, según reveló una investigación periodística.

Es la nueva clase política mexicana. Su presente y su futuro.