Recep Tayyip Erdogan ganó por estrecho margen un referéndum impulsado por él mismo que dividió las aguas de Turquía y que podría dejarlo en el poder hasta 2029. En una jornada histórica en la que la oposición pidió el recuento del 37 por ciento de los votos, con un 99 por ciento de los sufragios escrutados, un 51.34 por ciento de los turcos optó por un sistema presidencialista en lugar de una democracia parlamentaria, apoyada por un 48,66 por ciento de los ciudadanos.
“Hoy Turquía tomó una decisión histórica en un debate que dura 200 años y que es un cambio muy serio en nuestro sistema administrativo”, dijo el presidente Erdogan en un discurso en Estambul. El dirigente del segundo mayor partido turco, el opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP), Kemal Kiliçdaroglu, denunció que el cambio ilegal de reglas para el recuento convierte en debatibles los resultados del referéndum constitucional. Por su parte, el presidente de la Suprema Junta Electoral de Turquía, Sadi Güven, confirmó que la Junta validó los votos no sellados de forma reglamentaria, decisión tomada a última hora, antes de empezar el conteo, e impugnada por la oposición.
Tal como necesitaba el oficialismo, la participación resultó alta. Más de 48 millones de turcos fueron a votar, según cifras oficiales, lo que representa cerca del 87 por ciento del padrón nacional. Desde su residencia oficial en Estambul, Erdogan dijo que el referéndum había cerrado la puerta a una larga historia de intervenciones militares en el gobierno. “Turquía, por primera vez en su historia ha decidido, con la voluntad del parlamento y de su pueblo, sobre un cambio tan importante”, manifestó el mandatario. Exultante, el jefe de Estado agregó: “Es siempre difícil defender un cambio, y fácil mantener el status quo, pero gracias ha Dios hemos tenido éxito. Sólo se reforman 18 artículos (de la Carta Magna) pero los cambios serán muy profundos”, anunció Erdogan.
El presidente expresó su agradecimiento al primer ministro, Binali Yildirim, dirigente del gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP), que él mismo lideró hasta 2014, pero también a Devlet Bahçeli, líder del derechista Partido de Acción Nacionalista (MHP), que respaldó la reforma pese a una fuerte oposición dentro su partido. “A partir de mañana, en lugar de meternos en discusiones inútiles debemos trabajar. También los países extranjeros deben respetar el resultado”, exigió el presidente turco.
Poco después, el propio premier habló frente a la multitud de simpatizantes en Ankara y celebró que el sí había ganado el referéndum. Con este resultado, Erdogan podrá permanecer en el Ejecutivo dos ciclos electorales más, lo que significa que si gana los comicios en 2019 y 2024, se quedará en el poder hasta 2029. También podría volver a la dirección de su partido, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), ya que la nueva constitución no obliga a que el presidente sea una figura neutral que se ubique por fuera de los partidos.
Además, se instaurará un sistema político que le da todo el Poder Ejecutivo al presidente y, si tiene éxito, podría suponer el mayor cambio en la historia reciente de Turquía, al modificar las bases de la República laica fundada en 1923 por Mustafa Kemal Atatürk. Las enmiendas le darán al presidente el poder de nombrar ministros y funcionarios gubernamentales, nombrar a la mitad de los miembros del máximo órgano judicial del país, dictar decretos y declarar estados de emergencia. También influirá en las tensas relaciones de Turquía con la Unión Europea (UE). El estado miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) frenó el flujo de migrantes –principalmente, refugiados de Siria e Irak– en el bloque, pero Erdogan dijo que tras la votación y su resultado a favor podría revisar el acuerdo de deportaciones.
Mientras en las calles de Estambul muchos partidarios del Sí salieron a festejar, el principal partido de la oposición denunció que la decisión de la Corte Suprema Electoral de contabilizar los votos que no posean el sello oficial, algo que no tiene precedentes en el país, tiñe de “un serio problema de legitimidad” el escrutinio.
En este sentido, el Partido Popular Republicano adelantó que pedirá una revisión del 37 por ciento de los votos emitidos a nivel nacional ya que dudan de su legitimidad, según anunció el vicepresidente de la fuerza, Erdal Aksunger, citado por el diario local Hurriyet. Poco antes, el presidente del partido opositor, Bulent Tezcan, había denunciado ante la prensa las razones de la falta de confianza en la elección: la decisión del máximo órgano nacional de la Justicia Electoral, que estableció que sólo serán considerados como no admisibles aquellas boletas que se pruebe fueron emitidas o insertadas en las urnas de manera fraudulenta, informó la cadena de noticias CNN.
“La Corte Suprema Electoral cambió las reglas de votación. Esto significa que la Corte está permitiendo un fraude en esta votación”, sentenció Tezcan. Con el 99 por ciento de los votos escrutados, la ventaja del sí se redujo hasta acercarse a tres puntos porcentuales. Con esa diferencia, desde el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), segunda fuerza opositora más importantes del país e inédita coalición de partidos de izquierda y pro kurdos, se sumó a las denuncias por irregularidades y anunció que hasta que la Justicia Electoral no aclarase cuántas boletas electorales sin el sello oficial fueron contabilizadas, no reconocerían el resultado oficial como definitivo.