Todos Comen, la comercializadora de alimentos de cooperativas y fábricas recuperadas, armó un sistema de distribución para extenderse a todo el país. Asociada a una empresa nacional de transportes está implementando el envío a domicilio, a todas las provincias con excepción de Tierra del Fuego, de productos de la economía popular que no necesiten cadena de frío. "Conseguimos que los precios sean menores a los de los comercios de proximidad y compitan con los de hipermercados. Los productores, a su vez, reciben rigurosamente el 80 por ciento de lo que paga el consumidor final", señalan sus organizadores.
Esta experiencia destinada a acercar a los consumidores la producción de la economía popular fue creada hace dos años. Con la pandemia, en 2020 empezaron a implementar entregas puerta a puerta; sin embargo, hasta ahora estaban limitados a la Ciudad de Buenos Aires.
La propuesta que lanzaron tiene llegada a todo el territorio nacional. "Se diferencia de otras alternativas de los últimos años por su extensión y por cómo distribuimos los márgenes de ganancia, porque de cada diez pesos que paga el consumidor final, 8 van al productor. O sea: lo cuidamos al máximo", define Enrique Martínez, coordinador de Todos Comen.
Al mismo tiempo, la apuesta es a que la mayoría de los productos de almacén tengan precios más bajos que los de mercado. "Competimos con los supermercados, como debe ser, por primera vez. No podemos postular que la producción popular tiene derecho a ser más cara, en tiempos de crisis".
La distribución nacional fue lanzada el lunes pasado, con una buena repercusión. Les llegaron pedidos de Santa Fe, Córdoba, San Juan, Mendoza y más de veinte localidades de la provincia de Buenos Aires. Y es lógico: ¿quien no quiere hacer crecer otras opciones que los grandes formadores de precios de la industria de la alimentación?
Sin embargo, en el desarrollo de estas experiencias hay riesgo, porque la expectativa de los consumidores es que la economía popular sea agroecológica, de calidad, más barata y menos sujeta a la inflación; hay así algo desmedido, todavía no calibrado con justeza, en lo que se espera socialmente del sector. Y en parte eso se debe a la opacidad de la formación de los precios.
No sabemos, por ejemplo, cuál sería un margen de ganancia razonable para una comercializadora popular. Martínez responde que alrededor de 5 por ciento. "La distribución es un servicio y no un negocio. Pero con ese margen reducido, claro, para poder crecer necesitamos escala". ¿De cuanto? "Un piso de 2 mil familias en todo el país". La meta es perfectamente posible.
Por cuestiones de logística, hay mínimos establecidos para realizar las compras a distancia. El portal Todos Comen y toda la relación con los productores es del Instituto para la Producción Popular (IPP), mientras que el transporte está a cargo de Expreso Urbano, que retira los envíos del Mercado Central y los lleva a destino.
Todos Comen permite hacer pedidos y pagar con todos los medios digitales, o por transferencia.