Desde el jueves, como sucesor de la funcionaria saliente Carina Cabo, el nuevo secretario de Cultura y Educación municipal es Dante Taparelli (Santa Fe, 1955). La noticia fue muy bien recibida en un ámbito local devastado por las restricciones de la pandemia. "Lo que cambió en la pandemia es el uso de las instituciones", expresó a Rosario/12 el nuevo secretario. "Todas ellas estaban en espacios cerrados. Y ahora en espacios cerrados nada se puede hacer. Y la pandemia mostró la fragilidad que tienen algunas áreas del arte. La imaginación tiene que estar orientada a generar nuevos usos del espacio público. Por encima de todo, convencer a la sociedad que con el pago de la TGI no se puede sostener la cultura. Tiene que haber alguna participación, a través de la ley de mecenazgo o alguna figura como el padrinazgo o las asociaciones de amigos, para que todas las fuerzas por fuera del Estado colaboren: las empresas, la Bolsa de Comercio, los que se han enriquecido escandalosamente en este tiempo. Que la sociedad también se haga cargo de sostenerla. Hay que generar un compromiso ciudadano donde se sepa que la cultura sin el apoyo de la gente no funciona".

"La calle es maravillosa", dijo Dante. "Por eso insisto en las ferias. Vamos a inaugurar Las chicas del sur, un mercado de pulgas en zona sur para mujeres mayores de 50. Puede participar cualquiera, es absolutamente democrático. Los mercados de pulgas generan curiosidad, reciclan cosas y son encuentros al aire libre que se atraviesan con la economía solidaria. Muchos actores van a tener que empezar a usar el espacio público para desarrollarse. ¿Por qué no poner más arte callejero en el Paseo del Siglo? Pienso tomar las plazas y convocar a bandas amateur para impulsar a los músicos. No hay una moneda y lo que hay es para casos de máxima necesidad. Estamos todos en el Titanic, pero yo quiero construir cien botes. Si se hunde el barco, que estemos todos flotando". 

"Mi pensamiento siempre es inclusivo. Todo el mundo tiene que participar. Hay que convencer a la vecina de Villa La Bombacha de que tiene que defender la cultura. Una vez que la fuerza es crítica, lo demás aparece. Hay un proyecto que se llama Escapararte, que es un convenio entre la Municipalidad y todos los negocios de la ciudad, para ceder el espacio de las vidrieras a los artistas. Que la negociación sea entre artista y dueño del negocio, con un contrato marco. Que la ciudad entera sea un gran escaparate de arte. Me interesa la obra del MACRO pero también me interesa la de doña Tota, que se jubiló, y que pinta unos bodegones de puta madre. Hay otro proyecto, las Ventas de caballete, que lo hablé con la Facultad de Humanidades (UNR) para que los alumnos de los últimos años de Bellas Artes puedan, en las calles inmediatas a su Escuela, poner sus caballetes para vender sus trabajos y sustentar su carrera. También pensé hacer unos microemprendimientos artesanales para fabricar óleos de buena calidad por kilo, que le posibiliten al arte un insumo más económico. Yo convoco a todos: la educación, la gente, los artistas callejeros, los consagrados. Los quiero a todos".

El hasta entonces director de Diseño e Imagen Urbana vive en Rosario desde 1979, y desde mediados de los '80 habita una casa taller. Se lo puede ver en un film documental de Rubén Plataneo con música de Ángela Tullida, Dante en la casa grande (2009). Escultor y vestuarista formado en arquitectura y arte, en lo que va de este siglo ha sido el cerebro, la mano y el corazón detrás de casi todo lo que hay de artístico, excéntrico, grandioso y nostálgico en el espacio público rosarino con carácter de permanente o constante. Su concepto de "objetos testigo" unifica su obra pública en honor a las Madres de la Plaza 25 de Mayo con sus piezas de estudio, muchas de las cuales se vieron en una muestra antológica en el Museo de Arte Decorativo Firma y Odilo Estévez en 2018 y 2019. "Soy el tipo que más ha hecho en la monumentalidad de la ciudad por la memoria", dijo en una entrevista inédita cuando inauguró Pasos encontrados (2016), círculo de réplicas exactas en bronce de las plantas de los pies de las últimas cinco Madres según la trayectoria en sentido levógiro de su ronda semanal de 40 años. 

"El Mercado Retro es memoria, El Roperito es memoria, el Museo Urbano Arte a la Vista es memoria", declaró el artista repasando las dos ferias que fundó en el barrio de Pichincha y un programa de murales que reproducen pinturas de artistas rosarinos de la colección municipal. También instaló Romántica del Bulevar [Oroño] y la Fuente de las Utopías. Fue uno quienes revivieron el carnaval rosarino y el creador de dos dispositivos lúdicos y didácticos en el Jardín de los Niños. La más querida de sus obras, gracias a las concurridas visitas guiadas nocturnas que él mismo ha conducido, quizás sea Memorabilia (2006), en el cementerio El Salvador. En el Museo de la Memoria están sus instalaciones Pilares de la memoria (conmemoración inspirada en los cilindros de oración de los templos budistas del Tíbet) y Memora (2010, modificada en 2017).