La producción industrial santafesina se achicó casi 9 por ciento en el 2020, una pérdida mayor al 7,6% que alcanzó la retracción del promedio nacional. Cerró así su tercer año consecutivo de contracción, aunque ya de manera menos abrupta. Es que algunos rubros reaccionaron de manera auspiciosa como para atisbar algún proceso de recuperación económica a pesar de que la pandemia continúa. Los mejores: vehículos automotores, autopartes y motos, maquinaria agrícola, carne porcina, lácteos, caucho y plástico, siderurgia, entre otros. Los de peor performance: las moliendas de cereales y oleaginosas, textil, calzado y maquinaria de uso especial. De cualquier modo, seis de cada diez ramas industriales mostró en diciembre pasado un repunte interanual respecto del mismo mes de 2019, concluye el informe mensual de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe).

En el análisis resultó significativo el conflicto del gremio aceitero con las agroexportadoras y la huelga que paralizó los puertos del complejo oleaginoso por tres semanas. Eso hizo que la actividad en ese ramo decreciera 76,5% interanual e influyera en el índice general de la industria. Con eso se explican los industriales que la producción no continuara en la senda de recuperación que insinuó en setiembre y noviembre. Y al final del año, el balance global muestra un achique del 8,8% respecto de 2019.

El estudio de la entidad que preside Víctor Sarmiento concluye en que el 60% de las ramas que integran la producción fabril santafesina aumentaron su actividad en diciembre, aunque todavía no se haya revertido la tendencia recesiva de los últimos tres años, con el lastre inesperado de la pandemia, además. Por eso, los industriales eligen asumir una cauta esperanza para 2021. "El panorama es moderadamente alentador a partir de la recomposición de la demanda de bienes de consumo y de inversión, de las exportaciones de sectores afectados especialmente por la pandemia y por razones especiales, el financiamiento, la obra privada y pública, y la moderación de los costos de producción", enumeran.

La reciente reformulación de derechos de exportación que estableció el gobierno nacional también es otra variable que las fábricas celebran. Beneficia unos 3600 bienes industriales y alienta de esa manera la industrialización y la mayor agregación de valor al reducir la alícuota del gravamen al 3% en un millar de posiciones arancelarias, y de quitárselas a 0 en el caso de otras 54 manufacturas. Un estímulo para Santa Fe, la primera provincia exportadora de manufacturas de origen agropecuario y tercera exportadora de manufacturas de origen industrial.

El complejo oleaginoso procesó ese mes 550 mil toneladas de soja, el menor volumen de los últimos 20 años. Y así el año terminó para las cerealeras con una retracción del 13,5% interanual. Su producción fue la más baja desde 2015. Solo la apreciación de la cotización internacional morigeró esta disminución.

En cuanto a carnes, la faena de cerdos repuntó 7% interanual y llegó en 2020 a 1,3 millón de cabezas, gracias a una recuperación del consumo interno y la exportación. La faena bovina, en cambio, decreció 3,2% el año pasado, y solo en enero pasado disminuyó casi el 17% interanual. También retrocedieron las exportaciones de carne bovina, a pesar de que los precios en la carnicería siguieron trepando.

Otro indicador de la economía es el consumo de cemento. En diciembre este mercado se expandió 43% interanual, y cerró 2020 con un crecimiento del 9% en bolsa (obras pequeñas y familiares), pero con 28% menos de ventas a granel (construcción de edificios y obra pública). Lo mismo sucedió con el acero: la siderurgia produjo 38% más en diciembre, pero su saldo anual todavía es inferior a 2019.

El complejo metalúrgico siguió por quinto mes consecutivo su repunte, con maquinaria agrícola, aparatos de uso doméstico, remolques y autopartes a la cabeza de este proceso. Sin embargo, el balance total es de contracción por tercer año consecutivo, aunque menos que antes: 2,3% menos que en 2019.