Cuando se inicie marzo, el juzgado federal 1 de La Plata -- con competencia electoral y vacante desde 2014 -- con toda probabilidad ya tenga a su titular instalado. El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, alista todo para la mudanza a la ciudad de las diagonales después de que se oficializara este martes su nombramiento en el Boletín Oficial.
En los próximos días, Ramos Padilla deberá ser convocado por la Cámara Federal de La Plata para jurar su nuevo cargo. Se descuenta que será antes de fin de mes, coincidieron las fuentes consultadas. Mientras tanto, seguirá en su juzgado de Dolores, donde debe resolver la situación de cuatro exfuncionarios de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) a quienes indagó la semana pasada por su participación en el llamado “Proyecto AMBA”, que consistió en el despliegue de media docena de bases de la exSIDE en provincia de Buenos Aires para hacer espionaje político.
Ramos Padilla juró como juez federal de Dolores el 30 de septiembre de 2011 en el Concejo Deliberante de la Ciudad. Ese día lo acompañaron referentes de organismos de derechos humanos, pero probablemente la presencia más especial para el juez fue la de María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, a quien él acompañó en su tarea al frente de la Asociación Anahí, desde donde buscó hasta el día de su muerte a su nieta robada por la dictadura.
Desde el juzgado de Dolores, adquirió protagonismo con decisiones de alto impacto como el rechazo a que Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti fueron designados por decreto en la Corte Suprema por Mauricio Macri o la suspensión del aumento de tarifas. En 2015, fue designado juez subrogante en Bahía Blanca, una jurisdicción especialmente difícil para el avance de las investigaciones por delitos de lesa humanidad. Allí se centró en la investigación sobre la Triple A y llamó a indagatoria por esos hechos al juez Néstor Montezanti, de la Cámara Federal de Bahía Blanca. Como Montezanti se negaba a comparecer, Ramos Padilla lo declaró en rebeldía.
Lo mismo hizo ante la reticencia del fiscal federal Carlos Stornelli a presentarse a indagatoria en Dolores por su vinculación con el falso abogado Marcelo Sebastián D’Alessio. Desde febrero de 2019, Ramos Padilla indagó en el rol de los inorgánicos de la AFI -- como D’Alessio -- y llegó el año pasado al corazón de la estructura de la exSIDE con el llamado “Proyecto AMBA”, que el juez describe como ilegal desde la concepción porque Gustavo Arribas ordenó la recopilación de información por razones políticas -- algo vedado por la ley de inteligencia. En los últimos dos años, procesó a 28 personas vinculadas al espionaje. El número podría trepar hasta 32 si decide procesar a los tres coordinadores del “Proyecto AMBA” a los que ya indagó y al primer responsable de la delegación Bahía Blanca de la AFI en el período 2016-2017. La investigación del D’Alessiogate despertó la ira del gobierno de Macri, que buscó la destitución del juez. Ese encono contra Ramos Padilla aun permanece y explica el cerrado rechazo opositor a su designación.
En cuanto jure ante la Cámara Federal de La Plata, Ramos Padilla se mudará a los tribunales de 8 y 50 -- donde funcionan tanto el juzgado electoral como el juzgado penal --aunque éste se extiende hasta otro edificio, en el que está ubicada la secretaría de lesa humanidad --. Es una zona conocida para el juez, ya que allí se celebraron los juicios por la verdad y después el juicio contra el capellán Christian Von Wernich, proceso en el que representó a Héctor y Javier Timerman por el secuestro y las torturas de su padre Jacobo.
Un año antes, Ramos Padilla había acompañado como abogado a “Chicha” Mariani en el juicio contra Miguel Osvaldo Etchecolatz. Fue él quien logró que el Tribunal Oral Federal (TOF) 1 de La Plata, que presidía Carlos Rozanski, ordenará la detención del exdirector de Investigaciones de la Bonaerense cuando denunció que Etchecolatz tenía un arma en casa. Lo sabía bien porque con esa Browning había amenazado de muerte a su padre, Juan Ramos Padilla, cuando habían ido a embargarlo por no pagarle un juicio a Alfredo Bravo. En esa oportunidad, Ramos Padilla (hijo) se había tirado sobre el represor para arrebatarle el arma. La historia de los Ramos Padilla con el genocida es larga -- tanto que solían reconocerlo cuando llamaba a la casa familiar para amenazar a Ramos Padilla (padre). La esposa de Etchecolatz, Gracielita, reconoció hace unos años que para su esposo no hubo otro perseguidor como Ramos Padilla (padre) -- aunque probablemente le guarde rencores varios a Alejo, que lo devolvió a la cárcel.
En el Juzgado Federal 1 de La Plata tramita la investigación por la desaparición forzada de Jorge Julio López, testigo y querellante desaparecido en el marco de ese primer juicio contra Etchecolatz, aunque desde 2009 está delegada en la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de La Plata. También está, como ya publicó este diario, la investigación sobre el secuestro y femicidio de Johana Ramallo, cuyos restos aparecieron en 2018 y se entiende que fue víctima de una red de trata.
En cuanto se instale, Ramos Padilla deberá continuar con la investigación sobre los aportantes truchos de Cambiemos en las elecciones de 2017. La presencia de Ramos Padilla será clave en el año electoral en el juzgado que, nada más y nada menos, que supervisa las elecciones en toda la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país.