HBO pondrá en pantalla un documental, de cuatro episodios, que repasa una de las grandes controversias de Hollywood de las últimas décadas: la denuncia de Mia Farrow contra Woody Allen por abuso sexual contra su hija adoptiva, de siete años. Se trata de Allen vs. Farrow, que la cadena emitirá desde el 21 de febrero.
La serie está dirigida por Amy Ziering y Kirrby Dick y recrea el escándalo de 1992, tras la ruptura del director con la actriz, una de las parejas más estelares de Hollywood en aquella época.
Farrow, que hasta entonces había sido la actriz fetiche de Allen, denunció que éste había abusado de la pequeña Dylan, de siete años. El escándalo acabó con una relación iniciada en 1979. En el ínterin, Allen formalizó su vínculo con Soon-Yi Previn, la hija adoptada de Farrow y el director de orquesta André Previn.
El caso cobró notoriedad en 2018 con el testimonio de una Dylan ya adulta en una entrevista televisva, durante la cual reafirmó la denuncia de su madre, y que respaldó su medio hermano Ronan Farrow, hijo biológico de Allen y Farrow.
Abogado y periodista, Ronan Farrow tomó partido por Dylan y a su vez denunció como periodista el historial de abusos del productor Harvey Weinstein. Poco después, Allen se refirió a la denuncia en su memorias, A propósito de nada, publicadas a mediados de 2020.
En el documental hay entrevistas a Mía Farrow y a sus hijos Dylan y Ronan, además de amigos de la familia y fuentes del ámbito judicial. No están ni Allen ni sus defensores. El cineasta siempre negó la acusación, y dijo que fue fruto del despecho de Farrow por su relación con Soon-Yi.
La denuncia se remonta a agosto de 1992. Allen fue a visitar a sus hijos en ausencia de Farrow y una empleada doméstica afirmó que había visto a Dylan con el director de Zelig con la cabeza en su regazo; consultada por su madre, Dylan dijo que Allen le había tocado sus partes íntimas.
En marzo de 1993, una junta médica estableció que Dylan no había sido abusada, si bien el juez que tramitó la custodia manifestó tener sus dudas, mientras el fiscal del caso dijo tener otra causa contra Allen pero que no presentaría cargos para no exponer a Dylan.
La Agencia de Bienestar Infantil de Nueva York cerró el caso alegando que no había pruebas concluyentes contra el director. Desde entonces, lo persigue la polémica. Inclusive varios de los hijos adoptivos de Farrow lo defienden.