Felix Saborido tuvo una extensísima trayectoria como dibujante e historietista, pero probablemente su ilustración más famosa, y repleta de personajes conocidos, no sea una ficción: fue el afiche donde las figuras emblemáticas de la historieta argentina preguntaban “¿Dónde está Oesterheld?” Saborido falleció el martes a los 82 años, según informó su hijo Marcelo en las redes sociales.
Saborido tuvo una larga trayectoria que lo hizo recorrer infinidad de redacciones de revistas de 1961 en adelante, aunque ya desde 1956 las publicaciones especializadas del circuito, como la Dibujantes, lo destacaban en la “galería de futuros profesionales”. Su trazo apareció en las revistas Fierro, Puertitas, Satiricón, y Feriado Nacional (donde se publicó originalmente el afiche reclamando la aparición de HGO). También tuvo una prolífica producción para niños (como Ratamán o Doctor Pavura, pero también cantidad de licencias: de los payasos Gaby, Fofó, Miliki y Milikito, de Carlitos Balá y otros), que le valieron el aprecio del Movimiento Banda Dibujada, que lo nominó internamente a su premio a la trayectoria en varias ocasiones. Además trabajó largo tiempo junto a Carlos Trillo para la italiana Aeura Editoriale y en el último período de su derrotero profesional también produjo historietas para chicas preadolescentes en el mismo mercado.
El especialista Luis Rosales señalaba que una de sus virtudes como dibujante era la capacidad para emular “estilos de artistas tan diversos como Chester Gould, Roy Crane, Chic Young o el que se cuadre”, un talento que seguramente apreciaron sus editores. Coinciden en ello también otros ojos agudos del sector. Es más, el famoso afiche es un ejemplo excelente de esta infrecuente especialidad: cada personaje de los que pregunta por Oesterheld está ilustrado según las características estilísticas de sus creadores, y el efecto que se genera es notable: parece que decenas de autores reclamaran por uno de los suyos.
Además, Saborido podía plantarse en un registro humorístico (propio de revistas como Afanancio, donde también colaboró) o en la historieta seria (ilustró, en el otro extremo, crónicas policiales para el diario bonaerense La tarde, en 1976). También hizo numerosas ilustraciones deportivas, como por ejemplo las que hizo para El Gráfico (destacan las del Mundial de Francia de 1998). Algunos veteranos recuerdan las figuritas-juego Gran Match, que también llevaban su arte, lo mismo que las de Canchita, que representaban famosos clubes de fútbol.
Su versatilidad era notable, aunque muchos se preguntaban cuál era el auténtico Saborido detrás de la página. Quizás fuera sencillamente ese, el capaz de cambiar el plumín según la exigencia del momento.