¿Y si la deslocalización del cuerpo no fue la revolución final de la pandemia sobre el teatro? ¿Y si se puede ir por más? Sin hacerse exactamente esa pregunta, ahí llegaron les teatristas de la mítica compañía mendocina La Rueda de los Deseos, que acaban de estrenar un espectáculo donde ya ni siquiera hay imagen en pantallas sino solo voz. Cansados de un año de mediación televisada entre quienes observan y ejecutan una performance, el grupo lanzó para sus 20 años este proyecto titulado Luna Centauro que, acorde a los tiempos que corren, tendrá tanto una versión presencial como una modalidad online. Está recomendada para mayores de 15 y sus creadores ponen una única condición: hay que escuchar el espectáculo mirando un cielo estrellado.

La idea parece de lo más simple y en verdad lo es: quien compra la entrada recibe un audio junto a una serie de instrucciones, como en qué modo poner el teléfono o cuándo comenzar a escuchar. Pero detrás de ese experimento estético hay otro político, que tiene que ver con una búsqueda del grupo sobre los alcances del acontecimiento convivial. “Nos gustaría que la gente se cope y nos haga caso. No vamos a poder controlar si alguien escucha el audio mientras cocina, pero lo que nos gustaría probar es que todes estemos viendo el cielo al mismo momento, escuchando lo mismo. Experimentar sobre la noción de convivio aun cuando estemos cada uno con su celular”, explica a Página/12 Fabián Castellani, a cargo de la dirección.

Además de la particularidad de formato, el espectáculo aborda una temática no muy usual en el teatro: la de la problemática extractivista y la perspectiva ambiental. La génesis de la trama está en la pueblada que hubo en Mendoza en diciembre de 2019 en respuesta al intento del gobierno local de modificar la ley 7722 de protección ambiental y reemplazarla por una que flexibilizaba notoriamente las limitaciones a la explotación minera. Al grupo le pegó fuerte lo ocurrido y decidió narrar una historia que llevara al límite esta situación. Por eso, en Luna Centauro se plantea directamente qué pasaría si los humanos decidieran explotar otros planetas. Drama al que Valeria Rivas, Gabriela Psenda, Daniela Moreno, Federica Bonoldi Rufener, Kari Villalba y el propio Castellani le dan voz.

“Toda la obra sucede en el espacio salvo el final, que ocurre en la Tierra. En la versión presencial del espectáculo esa última parte es en vivo, en la plaza en la que estemos, y ahí está la diferencia central. Pero en ambas modalidades la idea es que el espectador rellene huecos, que mire al cielo y tenga la posibilidad de completar aquello que dejemos abierto para la mirada ajena”, adelanta a este diario el director.

-A diferencia de otras experiencias surgidas en cuarentena, Luna Centauro desestima las pantallas. ¿Por qué?

-Porque nos parecía más interesante intentar otra exploración. Nosotros hablamos mucho del teatro como acontecimiento, como lugar en donde tiene que pasar algo. Intentamos siempre que esté involucrado, que se meta, que no esté viendo de lejos algo que sucede en un escenario o en este caso en una pantalla. Es cierto que fue mejorando la relación del teatro con lo audiovisual a medida que avanzó la pandemia y que se pudieron mejorar cosas técnicas, pero quisimos ver qué pasaba directamente de este modo, ver si es posible el convivio entre el montaje de lo que se escucha y lo que se ve.

-Habrá dos versiones de la obra, una virtual y otra presencial. ¿Esa búsqueda de la que hablás aplica para las dos?

-Sí, porque en definitiva en ambas se trata de gente mirando el cielo escuchando un cuento. En la versión virtual el público estará en el patio de su casa, en su terraza o donde elija. En la plaza se van a armar tremendos picnics, van a haber mantitas, empanaditas, cerveza, pero a fin de cuentas siempre va a ser gente mirando el cielo estrellado y escuchando eso. Eso es lo interesante, ver qué nos pasa con eso.

-En el espectáculo aparece la problemática del extractivismo pero de forma exacerbada, con personajes que quieren explotar asteroides y otros planetas. ¿Es una crítica caricaturizada a lo que pasa en la Tierra o el miedo a un futuro posible?

-Es la unión entre lo que pasó aquí en Mendoza con la lucha por el agua y la necesidad extractivista permanente de la sociedad. Se trata de una fábula que se pregunta qué pasa con la idea de explorar el espacio, a dónde nos llevaría este concepto de progreso que nos obliga a acumular y tener más y más. Para nosotros fue muy fuerte lo que pasó en 2019 y la temática empezó a aparecer en este y otros espectáculos. Por supuesto que tiene una carga ideológica importante, aunque es importante decir que en el espectáculo también tienen mucho peso los conflictos que surgen entre los personajes, más allá de la idea fuerte que hay detrás.

-La Rueda de los Deseos cumple 20 años. ¿Qué momento transitan?

-Creo que siempre le estamos haciendo honor al lema del grupo, que es el de “Teatro inquieto”. No dejamos de movernos, siempre colectivamente y siempre de forma horizontal. Esta obra significa para nosotros el retomar la actividad artística, porque en un momento hace unos años nos quemamos y dejamos de trabajar juntos. Por suerte cada uno tuvo sus proyectos y ahora nos vuelve a unir este que encima por su versión virtual nos permite llegar a todas las provincias y a otros países. Ese es un desafío que ahora arrancamos a explorar.

* Luna Centauro tendrá versiones presenciales el sábado 13 en el Hostal Rosengarten y los sábados 20 y 27 de febrero en el Parque San Martín de Mendonza (entradas con reserva solo por teléfono al 2613418833). En cambio, la versión online se estrenará este jueves 11 y repetirá funciones los jueves 18 y 25, los viernes 12, 19 y 26 y los domingos 14, 21 y 28 de febrero. En ese caso, las entradas se consiguen por Alternativa Teatral.