El informe preliminar de la autopsia reveló que Úrsula Bahillo fue asesinada de al menos 15 puñaladas en la espalda, el torso y el cuello. A su vez, la Justicia de Garantías convalidó la imputación por femicidio con los agravantes de "alevosía y ensañamiento" para Matías Ezequiel Martínez, expareja de la víctima, quien permanece detenido.
De acuerdo al informe elaborado por el personal médico del Instituto de Investigación Criminal y Ciencias Forenses Norte, Úrsula murió por el corte que Martínez le produjo en el cuello con un cuchillo, lo cual le generó un "shock hipovolémico con escasa agonía", sumado a las lesiones punzocortantes observadas en región abdominal y dorsal.
El documento a cargo del fiscal Sergio Manuel Terrón también señala que Martínez se encuentra detenido en el Hospital General de Agudos San José de Pergamino con "lesiones que se produjo a sí mismo con arma blanca".
Al efectivo policial de 25 años le secuestraron su teléfono celular, el auto en el que circulaba y "un cuchillo tipo carnicero de mango blanco", con el que se presume que habría cometido el femicidio.
El imputado será indagado entre mañana y el viernes por el fiscal de la causa, quien aguarda a que le den el alta médica para realizar la audiencia.
El cuerpo de la joven fue entregado a la familia para su inhumación, en la ciudad de Rojas.
Un femicidio anunciado
Úrsula Bahillo fue encontrada el lunes, alrededor de las 20,30, asesinada entre unos pastizales en un campo ubicado a la altura del paraje Guido Spano, a unos 13 kilómetros de la ciudad del noroeste de la provincia de Buenos Aires en donde residía.
Los investigadores pudieron determinar que la pareja llegó hasta allí en el Peugeot 307 del policía y ahora intentan determinar si Martínez logró que Úrsula subiera a su auto con algún tipo de engaño o amenazada.
Úrsula había denunciado en varias oportunidades a Martínez por amenazas y violencia de género. Inclusive el policía tenía una medida de restricción perimetral que había violado dos días antes del crimen.
El femicidio fue descubierto tras un alerta al 911 de un tío del propio imputado, quien denunció que creía que su sobrino había matado a una joven porque éste le confesó en un llamado que "se había mandado una cagada".
Al llegar al paraje, la Policía encontró a la chica asesinada y al agresor malherido dentro de su auto.