El policía Matías Ezequiel Martínez, detenido por el femicidio de Ursula Bahillo, además de las denuncias penales por violencia de género y abuso sexual, tenía tres sumarios en curso en Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense, uno de ellos por amenazar a una superior.
“Si me trasladan tiro una bomba”, fue la amenaza que lanzó Martínez, por teléfono, cuando la oficial superior “le informó sobre un posible traslado”. Tenía otros dos sumarios relacionados con las denuncias por violencia de género que se habían presentado ante la Justicia.
En agosto de 2020, la junta médica de San Nicolás le dio “tareas no operativas con retiro de arma” y fue renovando sus licencias médicas. El 7 de enero, la misma junta médica le otorgó a Martínez “30 días de reposo ambulatorio terapéutico”, sin arma y sin trabajar.
Por otro lado, se conoció una serie de mensajes de audio enviados a sus amigas por Ursula Bahillo, que dan cuenta del estado de indefensión en el que se encontraba, a pesar de las denuncias que había realizado contra su agresor.
“No doy más, te juro que estoy muy triste, me dijo que me iba a matar; no aguanto más”, dijo en un mensaje enviado a una amiga en noviembre del año pasado. Ese día, había sido atacada por Martínez. “Casi me quebró la mano, no puedo mover la muñeca, me hizo muy mal, me quiero ir de acá”.
En otro de los mensajes, decía: “Tengo mucho miedo, me arrancó todos los pelos, me re cagó a palos, se enojó conmigo porque tienen que trasladar a su mamá a Buenos Aires”. En ese momento, Ursula se encontraba frente a un hospital, y avisó: “El loco me está mirando, yo estoy arriba del auto porque me dijo que si me bajaba me iba a cagar a palos enfrente de toda la gente”.