Nueve escuelas de San Pablo, el estado más golpeado por el coronavirus en Brasil, debieron suspender sus clases presenciales por contagios a menos de diez días del inicio del nuevo ciclo lectivo. En paralelo, se multiplican en el país las huelgas de docentes y trabajadores educativos exigiendo mejores condiciones de trabajo y seguridad y un plan amplio de vacunación.
El director del Sindicato de Maestros y Empleados Municipales de San Pablo, Paulo Soares da Rocha, aseguró que las "intenciones de este regreso cara a cara no tienen que ver con la calidad de la enseñanza, de que el niño esté en la escuela comiendo" y denunció que "hay oscuros intereses detrás". Por su parte los docentes de Río de Janeiro iniciaron un paro contra las clases presenciales, aclarando que empezarán a trabajar sin problemas si se mantiene el formato virtual.