A pesar de que asegura que no tiene disciplina, por más que siempre la deseó, María Codino tiene el fabuloso y apetecible don de emocionar. "Frases que fueron consuelo, por poco del todo me hundí", versa No te olvides de mí, canción insignia de su debut en solitario, Ese fragmento velado, publicado en noviembre a través del brazo discográfico de la productora local Indie Folks. Un EP que presentará este sábado 13/2 a las 18.30 en el Museo Larreta (Cuba 2150).

Cuando el grupo que comanda, De Incendios, comenzaba a darle cobijo y sentido a un montón de corazones parias en la escena local, la artista giró el volante con este EP. Sin embargo, lo hizo antes de que la taquicardia se apoderara del latido. "Se mezclan muchas cosas. Con De Incendios sacamos un disco y tres singles. Pero tenía ganas de grabar algo aparte, con otra instrumentación y temas de diferentes estilos. De a poco fui eligiendo las canciones. Siempre que se me mete algo en la cabeza, lo hago", revela.

"El EP me tiene recontenta. Fue algo muy loco e impensado sacarlo en un año como el pasado, tomando en cuenta que era mi primer proyecto solista", confiesa Codino. "Lo que le suma un plus de miedo porque es distinto a venir de tocar con bandas", explica sobre este repertorio diseñado desde 2019. "En vez de esperar para hacer un álbum completo, agarré esas cinco para ir para adelante. Tenía la necesidad de ponerme ya con el proyecto. Hay más temas, pero los guardé para después."

Después de la salida del single Las flores violentas (su debut en solitario apareció por pedacitos), la cantautora finalmente se sumergió en la tranquilidad y el entusiasmo. "Al principio fue mucha incertidumbre sobre cómo hacer las cosas. Pero luego tuvo un desarrollo muy lindo". No obstante, el despegue de su obra unipersonal, además en medio de una cuarentena, fue una circunstancia coyuntural.

"El año pasado, la música se volcó hacia las redes y los lanzamientos tuvieron más repercusión. En eso ayudó un montón la cuarentena", opina. "Si bien se perdieron los shows en vivo y el intercambio entre las personas, fue una época que dentro de todo sacó lo más positivo que podría haber salido. Haya pandemia o no, la gente sigue escuchando canciones. Por eso no me hice la cabeza: una canción te gusta con o sin cuarentena."

Arte, comunicación y diseño

"El arte es el arte, y siempre van a haber cosas. Más allá de lo que está de moda o no", aclimata quien se reconoce como muy hincha de los arreglos. "Confío en lo que hago, pero siempre tenés ese miedo. Lo muestro y lo entrego, aunque nunca sabés. Si la canción me gusta y es genuina, la compongo y la grabo. También hay otras que no me cierran del todo. Como estuve con el lanzamiento, en 2020 compuse poco. Siento que tengo un estilo propio que se mantiene igual, en cuarentena o fuera de ella."

Y es que su vara interna es alta. "A mucha gente le gustó sin conocerme ni a mí ni al proyecto. Es un voto de confianza al arte y a la música. Desde que se lanzan las canciones, hay un tiempo de asentamiento. Ahora las tengo súper incorporadas; la incertidumbre estuvo más bien al principio. Ya tengo el EP en la palma de la mano."

Mientras muchos artistas argentinos hacen campaña para evadir los rótulos, Codino se adapta. Ser o no ser (indie), ésa es la cuestión. Especialmente en estos tiempos. "No tengo problema con denominarme de esa manera. Sabemos también que es una etiqueta amplia que abarca muchos estilos distintos", explica. "Ahora, llamarse indie acá como que ya fue, por más que el estilo o la escena siga existiendo y avanzando. La verdad es que no tengo género musical. Si quieren llamarme indie, por mí está bien."

Pero la artista tiene una propuesta: "Una etiqueta que usábamos mucho, al momento de hacer el disco, era pop de diseño. Estudié diseño de imagen y sonido, y este EP, además de ser popero, tuvo una manera de producirse que fue como meterle eso a las letras". Si bien en su pop de diseño no hay espacio para el trap, sí se siente capaz de atravesar otros estilos. "Pese a que a Pappo no te lo imaginabas cambiando de género, hoy en día es todo como más flexible. Y eso está bueno."

Al igual que muchas de las músicas protagonistas de la escena, María Codino, que rankea bien alto para ser una de las mejores apuestas de la escena musical argentina, comenzó a curtirse muy joven. "Siempre me gustó el arte en general. Cuando era chica, quería dedicarme al dibujo o a la escritura. Pero tenía fascinación por los instrumentos. Entrar a una tienda donde había guitarras, bajos o baterías era como ir a una juguetería. Aprendí a tocar la viola, y desde ese entonces la música me acompaña."

Aunque empezó haciendo canciones para su mundo personal, la artista terminó conformando un grupo que todavía tiene mucha tela para cortar. Ni hablar de su flamante arrebato solista. "Cuando comenzamos con De Incendios, era más fácil buscar a chicas que chicos. Al menos, en mi entorno, no conocía. La escena aún tiene que afinar detalles, pero está mejor que hace cinco años."