Primer acto. Banfield aprovecha el hueco que provocan la subidas de Alexis Soto por izquierda en Racing y habilita a Juan Alvarez, quien le gana a Mauricio Martínez en velocidad y define a las manos de Gabriel Arias desde una ángulo cerrado.

Segundo acto. Sube Soto, la pierde Racing y Martín Payero deja solo a Alvarez, que supera a un desguarnecido Martínez y se topa con una gran salida de Arias para evitar el gol.

Tercer acto. Saque largo de Mauricio Arboleda que cruza toda la cancha y cae en la zurda de Soto mientras el lateral duerme la siesta apenas salido del entretiempo. Alvarez le roba la pelota, avanza algunos metros en soledad y define al palo más lejano de Arias para el 1 a 0 de Banfield antes del minuto de juego del segundo tiempo.

Nadie podrá decir que el elenco local no le avisó a Racing cuál era su plan. En el Florencio Sola no hubo traición alguna. El equipo de Javier Sanguinetti detectó rápidamente las flaquezas del esquema de su visita y fue a por ellas. En cambio, los dirigidos por el debutante Juan Antonio Pizzi se plantaron con una postura y no la cambiaron durante todo el encuentro, chocando una y otra vez con la muralla defensiva de la que hace gala el elenco sureño. El resultado final fue de 2 a 0 y tuvo gusto a buen negocio para Racing, que la pasó muy mal en los últimos minutos.


Banfield y Racing dieron continuidad a lo hecho en la pasada Copa Maradona, donde los primeros fueron subcampeones y los segundos se despidieron en primera fase. A pesar de perder a una pieza vital como Jorge "Corcho" Rodríguez (vendido a Estudiantes), el Taladro mantuvo el estilo que lo llevó muy lejos hace sólo algunos meses. Solidez en el fondo y apuesta al contraataque a partir de la excelente pegada de Martín Payero y la velocidad del colombiano Mauricio Cuero y Alvarez por las bandas. En adhesión, la muchas veces espectacular habilidad para salir jugando del lateral derecho Emanuel Coronel, quien tuvo que ser reemplazado por lesión.

Del otro lado, Racing no mostró una cara muy diferente de la que tenía bajo el mando de Sebastián Beccacece. Posesión de la pelota como credo innegociable y ritmo cansino para avanzar en el campo. Pizzi metió mano al devolver a Nery Domínguez al mediocampo y sorprendió con Maxi Cuadra -volvió luego de varios años a préstamo- en ataque. En cambio, mantuvo la superpoblación de volantes centrales y la presencia de un único referente ofensivo: Darío Cvitanich ocupó el lugar del ya emigrado Lisandro López. Todo muy previsible pero, a diferencia de Banfield, lento.

Recién bien entrada la segunda parte, Racing se plantó en el campo de juego de Banfield. Para esa altura ya habían ingresado los recientemente incorporados Maxi Lovera y Tomás Chancalay para hacer de las suyas, uno por derecha y otro por izquierda, respectivamente. Pero no fue suficiente. La Academia disparó tres veces al arco en casi 95 minutos y, en defensa, sufrió táctica e individualmente una muy mala noche de Soto. El lateral con pasado en Banfield fue protagonista de algo así como una ley del ex pero a la inversa.

Sobre el cierre, otro de excelente desempeño, Giuliano Galoppo, encontró su gol tras una buena jugada colectiva originada por un error en la salida de Leonel Miranda. Fueron minutos finales de desesperación en Racing, que se salvó de la goleada por la tarea del arquero.