Fukushima, la localidad al norte de Japón que el 11 de marzo de 2011 sufrió los efectos de un sismo y un gigantesco tsunami que dejó 18 mil muertos y daños muy graves a la estructura de una de las dos centrales nucleares, sufrió diez años después otro sismo. Esta vez, los resultados no fueron tan trágicos: al menos 74 personas resultaron heridas y casi un millón de casas quedaron sin electricidad luego de un fuerte sismo de 7,3 grados que sacudió este sábado la localidad. La televisión pública NHK elevó el número de lesionados a 146.
La mayoría de las lesiones se produjeron por caídas, según recogió la agencia de noticias japonesa Kyodo, citada por la agencia Dpa.
La Agencia de Regulación Nuclear de Japón asegura que esta vez no recibió ningún informe de anormalidades en las centrales nucleares de Fukushima I y Fukushima II, donde el 11 de marzo de 2011 el sismo fue de magnitud 9 y fue acompañado de un tsunami gigantesco.
La operadora de la planta de Fukushima Tokyo Electric Power Co., confirmó el "desbordamiento menor de agua de la piscina que almacena combustibles nucleares", pero no observó actividad descontrolada de la radiación.
Al menos 950.000 hogares se quedaron sin electricidad después del primer temblor, ocurrido el sábado poco después de las 23 hora local.
Durante la mañana del domingo el suministro eléctrico se había restablecido casi al 100%. El principal destrozo material visible fue un deslizamiento de tierra que dañó una carretera en el departamento de Fukushima.
Las conexiones de trenes de alta velocidad fueron suspendidas en el norte de Japón para examinar el estado de las infraestructuras.
La Agencia Meteorológica Japonesa (JMA) evaluó inicialmente la magnitud del terremoto en 7,1, pero la revisó horas más tarde. El epicentro del sismo se situó a 60 km de profundidad en el Océano Pacífico y a unos 60 km de las costas de Fukushima. Según la JMA, se trata de una réplica lejana del terremoto del 11 de marzo de 2011.
El sismo se sintió en la capital del país, Tokio, donde vibraron algunos edificios. El primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, convocó a una reunión extraordinaria de su gabinete de emergencia y luego ordenó que se realice una evaluación de los daños del terremoto.
Japón está situado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas con mayor actividad sísmica del planeta, pero sus estándares de construcción son estrictos para que los edificios puedan soportar fuertes temblores.