Las autoridades indias confirmaron 50 víctimas mortales como resultado de la fuerte riada provocada el pasado fin de semana por el derrumbe de un glaciar en el norte de India, después de que los equipos de rescate recuperaran siete cuerpos más, la mayoría en un túnel donde se encontraban varios trabajadores de una central hidroeléctrica que acabó inundada por la crecida.
Este domingo los equipos de rescate lograron extraer doce cadáveres y continuaban con las labores para intentar a acceder al túnel de Tapovan donde se cree que podría haber gente atrapada aún con vida, informó la agencia DPA.
Estos doce cuerpos son los primeros rescatados de la zona en la que se está excavando para acceder al túnel. Aún hay 158 personas desaparecidas, según la agencia de noticias PTI.
La tragedia se produjo el domingo pasado en el distrito de Chamoli, en el estado de Uttarajand, en el Himalaya, que provocó el desbordamiento de los ríos Alaknanda y Dhauliganga.
Los escombros y el lodo traídos por la avalancha bloquearon el túnel principal -de 1,7 kilómetros de largo- en la instalación que el grupo energético NTPC construye en el distrito de Chamoli.
Se estima que unos 35 trabajadores quedaron atrapados el 7 de febrero, en tanto que los rescatistas siguen bombeando el lodo para encontrar a todos, según publicó el diario “Hindustan Times”.
"La limpieza de escombros ha continuado durante toda la noche", afirmó el portavoz de la Policía Fronteriza Indo-Tibetana, Vivek Kumar Pandey, y agregó que unos 120 metros de túnel ya están despejados.
Un funcionario citado por “The Hindu” señaló que los equipos de rescate no fueron capaces de establecer ningún contacto con los atrapados, pero se muestran esperanzados por encontrar "signos vitales".
Por otro lado, las autoridades han repartido unos cien kits de alimentos en las zonas afectadas por el incidente, en las que habitan unas 2.500 personas.
En la zona se desplegaron cuatro columnas del Ejército, dos equipos médicos y un grupo de trabajo de ingeniería. Además, otros siete equipos de buceo de la Marina de India participan en las operaciones de rescate. Tras el suceso, el primer ministro indio, Narendra Modi, trasladó su apoyo a la región.