En la localidad de San Carlos, en los Valles Calchaquíes de Salta, sus habitantes marchan desde enero para pedir que se respete su derecho al agua. Desde la Asamblea por el Agua Sana de San Lucas, San Carlos y El Barrial, aprovechan la llegada de los turistas para visibilizar la mala calidad del servicio que ofrece la empresa prestadora Aguas del Norte, a pesar de las resoluciones reconociendo la justicia del reclamo vecinal por la presencia de boro en el agua.
Alberto Castagnolo, o "El Profesor", como lo conocen en el pueblo, es uno de los históricos activistas que buscan que el derecho a tener un servicio de agua potable esté garantizado para todo el pueblo. Si bien se están por cumplir 10 años desde que los vecinos alzaron con más fuerza su voz para que la situación mejore, el primer indicio de que algo no andaba bien se dio varios años antes, "cuando veníamos observando que las viñas no prosperaban", contó Castagnolo a Salta/12.
A fines de la década del 90, el pueblo sufrió un aluvión que tapó la toma que conectaba con la vertiente de San Lucas, ubicada a 12 kilómetros de la zona urbana. La empresa prestataria, que durante el menemismo pasó de ser Obras Sanitarias a Aguas del Norte, optó por realizar un pozo de agua para brindar el consumo en vez de volver a rehabilitar la toma colapsada.
Recién en 2014, el Ente Regulador de los Servicios Públicos de la Provincia (Enresp), emitió la resolución 1051, por la que sancionó a la prestataria “por incumplimiento al marco regulatorio, dado que no respondió a las notas enviadas por el mismo Ente”, varias de ellas emitidas desde que el reclamo llegó a ese organismo, en 2013.
En el expediente el Ente Regulador también detalló que la sanción se daba “por incumplimiento con el deber de prestar servicio conforme a las normas establecidas, al haberse verificado irregularidades en la calidad del agua suministrada a los usuarios del barrio Los Vientos”.
A partir de 2008 se conocieron informes de estudios del agua en 2 de los 4 pozos que hoy tiene el pueblo. El último, de 2016 y realizado por la Universidad Nacional de Salta, determinó que hay 2.48 miligramos de boro por litro en el pozo La Dársena de donde se provee agua. En 2018 la OMS estableció que el valor límite de boro en el agua es de 2.40 miligramo por litro, es decir que el servicio en la zona norte de San Carlos supera lo permitido.
La sanción del Enresp implicó reducir la facturación del servicio al 60 por ciento desde octubre de 2013 y la obligación de la empresa de realizar un muestreo trimestral del boro existente en los pozos. Además, Aguas del Norte pagó una multa de 30 mil pesos por no responder en tiempo y forma estas notas.
"El Ente les dijo que tenían que volver a traer el agua de vertiente, pero Aguas del Norte les dijo que no tenían fondos para volver a traer el agua", relató Castagnolo. Por un momento, les dijeron a los vecinos que las obras de reconexión iban a estar incluidas en el Plan Quinquenal de Desarrollo 2014–2019, pero eso no ocurrió.
Los sancarleños se muestran indignados ante la respuesta de la falta de fondos por parte de la empresa, porque "no es una obra de envergadura, sino es sólo traer una cañería desde 12 kilómetros. Realmente es increíble el justificativo", expresó El Profesor. Ante esta situación, cada sábado de 2021, los vecinos marchan con pancartas y muestras de agua por las calles del pueblo dando a conocer la situación ante los turistas.
Como muestra de la injusticia en el trato que reciben, Castagnolo dijo que los bodegueros están usando el agua de vertiente.
La consulta al lobo
Los vecinos de San Carlos están indignados también porque esperaban que la creación del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENHOSA) podría significar que se hicieran las mejoras necesarias en esta localidad, dado que cuenta con presupuesto para obras que permitan la mejora en el servicio de agua.
Sin embargo, según supieron, el Ministerio de Producción de la provincia consultó a Aguas del Norte cuáles eran las obras para San Carlos y "Sólo les dijeron que iban a cambiar unos caños", contó Castagnolo.
Hay caños dañados en la red de agua sancarleña. Es que dos de los pozos que abastecen de agua al pueblo están en una zona baja y desde ahí se deriva el suministro a barrios ubicados a unos metros más de altura. La presión para que eso se logre se genera a través de bombas de agua que no suelen resistir esa tirada "de abajo hacia arriba", lo que termina dañando los caños.
La red de agua en San Carlos está diseñada justamente sobre la base de la vertiente de San Lucas, que permite que el agua circule de arriba hacia abajo y no al revés como se hace actualmente.
"Nos indignamos nosotros porque no entendemos cómo puede ser que vengan millones de pesos y no les pregunten al pueblo qué es lo que realmente necesitamos", cuestionó Castagnolo. "Le preguntan al lobo lo que quieren las ovejas y eso es algo absurdo", ironizó.
Por los constantes reclamos, en diciembre de 2018 Aguas del Norte firmó un convenio con la Municipalidad del pueblo para instalar una planta de ósmosis inversa y ampliar la red de agua para El Barrial. La planta debía estar en funcionamiento en marzo de 2019 y serviría como filtro para uno de los pozos que provee del servicio. Aún sigue sin funcionar.
Desde la Asamblea no estaban de acuerdo con estas obras porque consideran que no solucionan el tema en profundidad. "Por más que saliera el agua pura desde ese pozo, después iba a mezclarse con los demás y la calidad de agua volvería a decaer", subrayó el vocero.
Para los vecinos, la solución definitiva sería volver a una "empresa de servicio porque el agua es un derecho humano y no un negocio lucrativo, como podemos ver ahora".