El volcán Etna, en Sicilia, registró una fuerte actividad explosiva desde el cráter sureste. La erupción produjo una gran nube de ceniza de lava que se dispersó hacia el sur. Sobre la pared occidental hubo un flujo de lava, lo cual derivó que se reuniera el comité de crisis en el aeropuerto de Catania para evaluar la situación.
El humo y la ceniza hicieron que se suspendieran los vuelos del aeropuerto. "La columna de humo y ceniza que emite el cráter sureste tiene más de un kilómetro de altura y la oscuridad no garantiza la seguridad de los vuelos", informaron las autoridades.
Según se reportó, la actividad explosiva no afecta a los centros poblados alrededor del Etna, pese a la lluvia de ceniza y de piedras de un centímetro No obstante, se restringió la circulación de motos y los autos no pueden transitar a más de 30 kilómetros por hora.
El alcalde de Catania, Salvo Pogliese, ordenó que las cenizas volcánicas retiradas de los espacios privados se depositen en pequeños contenedores cerca de los que se usan para la entrega de residuos. Al mismo tiempo, comenzó la operación e limpieza de las calles de la ciudad.
"Recomiendo a toda la gente de Catania, incluidos los peatones, la máxima precaución al viajar", escribe Pogliese, limitándolos "a los casos de necesidad real".