Desde Santiago. Mientras Chile se estremece con el asesinato de un malabarista (donde el carabinero inculpado quedó apenas con firma quincenal), se reactivan las protestas y los vacunados contra el COVID-19 superan el millón doscientos mil personas, proceso que el presidente Sebastián Piñera espera dejar como “legado”. Se viene además un ciclo electoral que tendrá a los chilenos metidos en las urnas este 2021. El 11 de abril se elegirá gobernadores, alcaldes, concejales y constituyentes. Estos últimos redactarán la nueva Carta Magna de Chile. El 9 de mayo será el turno para la segunda vuelta de los gobernadores regionales, el 21 de noviembre las presidenciales y el 19 de diciembre una eventual segunda vuelta.
Constanza Schonhaut Soto, abogada y candidata constituyente, espera que los cambios sociales se hagan efectivos, aunque reconoce que los procesos a veces son “lentos” y que lo más importante es “articular acuerdos por cambios sustantivos”. Lo dice con la autoridad de haber participado en un proceso de movilización social que se remonta al movimiento estudiantil de 2006 y de 2011 y que terminaría en el llamado “Estallido Social” de octubre de 2019 donde tras violentas jornadas de protesta —con más de 300 mutilados oculares, un gobierno replegado y más de un millón de personas marchando sólo en Santiago– terminaría con un plebiscito donde se aprobó por un aplastante 78,2 por ciento terminar con la Constitución de Pinochet promulgada en 1980 y claramente inclinada hacia los intereses de la derecha empresarial mas que a los de la ciudadanía.
“Evidentemente la idea de un ´Nuevo Chile´ venía articulándose desde hace tiempo y nacía de una necesidad de justicia, dignidad y de relaciones más horizontales de poder. Esto se evidenciaba en las demandas de educación gratuita y de calidad, mejorar el sistema de salud, terminar con las AFP, con la defensa del medio ambiente, aborto libre y seguro, entre otros temas. Hoy nos abrimos a la posibilidad de proyectar un Estado Cuidador de las personas, las comunidades y el medioambiente cosa que actualmente no existe. Esta oportunidad se ganó en la calle en un contexto doloroso y complicado, pero que genera esperanza y está recién comenzando”, señala la militante del Frente Amplio (FA). Fundado en 2017 como una coalición joven y de izquierda que rompía con la hegemonía de la antigua Concertación de los presidentes Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet. Mal no les fue: su candidata presidencial Beatriz Sánchez resultó tercera en las elecciones de ese mismo año con un 20 por ciento, sólo superada por Piñera y Alejandro Guillier que terminarían enfrentados en segunda vuelta. Actualmente tienen un senador, 12 diputados y dos alcaldes. También milita en Convergencia Social, una fusión de movimientos del FA, nacida en 2018 y con cuatro diputados, entre ellos Gonzalo Winter y Gabriel Boric, este último, quien según medios chilenos no se cierra completamente a participar como candidato a la presidencial, ya que cumple los 35 años legales para postular.
Schonhaut, junto a los arriba mencionados forma parte de una serie de nuevos liderazgos del país trasandino y que tiene claro que cambiar el modelo, requiere aprendizaje, a veces con críticas de los propios jóvenes que han ido creciendo junto al movimiento político que ella encarna. “Cuando nos critican, lo asumo también personalmente, porque soy parte de esta construcción. Y obviamente me interesa escuchar los distintos puntos de vista, porque nuestro movimiento apuesta por la diversidad de ideas transformadoras”.
--¿Qué te parecen las definiciones de los candidatos presidenciales de la derecha que están apareciendo como los ex Sebastián Sichel, Ignacio Briones o Mario Desbordes?
--En general creo que ha habido un proceso de presidencialización del debate público en contexto donde se debería estar constitucionalizando. Estamos ad-portas de un proceso constituyente donde se van a debatir las ideas de un proyecto de sociedad. Hasta ahora hemos visto un discurso bastante vacío en torno a ello. La derecha me parece bastante incomprensible, pensando que tres de sus candidaturas sean precisamente tres ministros de Piñera que han salido sin ninguna autocrítica de un gobierno que le ha hecho un particular daño a la ciudadanía de nuestro país.
--¿Cómo ves el manejo de la pandemia por parte del gobierno?
Desde un principio este gobierno se ha caracterizado por una deficiente capacidad de comunicación de riesgo. Y eso ha significado mensajes contradictorios a la ciudadanía que ha terminado por generar desconfianza. Se exigen cuarentenas y toques de quedas muy estrictos, pero se abren permisos de vacaciones. Por un lado, se nos dice distancia física, por otro se invita a adultos mayores a las vacaciones municipales. Hay una falencia fundamental que el gobierno no ha sido capaz de asumir y, por el contrario, ha delegado la responsabilidad del manejo de la pandemia a la ciudadanía. Con respecto a las vacunas, es valorable que se trate de una política pública, universal y gratuita. Y ese el ejemplo de cómo desde el Frente Amplio queremos pensar toda la salud para nuestro país, es posible.
--¿Cómo te ves de acá a diez años políticamente?
--Creo que este proceso constituyente va a ser determinante para poder pensarnos de acá a 10 años mas y en ese sentido hay que tomarlo con responsabilidad y sentido de responsabilidad histórica. Tenemos la posibilidad de decidir democráticamente el futuro que queremos construir. Si esto sale bien, si lograremos hacer a la ciudadanía protagonista de un proyecto de sociedad transformador, donde la justicia y dignidad estén en el centro, entonces en diez años mas vamos a estar profundizando esos cambios. Donde yo me vea, va a depender del proceso colectivo, ciudadano y nacional que vayamos dando y ahí si hay que estar en primera, segunda o tercera línea, voy a estar. Lo fundamental es que seamos capaces de articular este nuevo proyecto de sociedad, de pensarlo en el contexto global y de consolidarlo con políticas publicas sostenibles, con visión de futuro y haciéndonos cargo de los desafíos que nos plantea el siglo XXI.
El camino difícil
--¿Cómo debería avanzar una ley de aborto en Chile, considerando las resistencias y lo conservador de los grupos de poder?
--Las feministas a lo largo de la historia y también se ve a nivel comparado hemos demostrado que la lucha por nuestros derechos se logra con articulación, movilización, conquista de espacios institucionales y la transformación de los sentidos comunes. Esa es la lucha que vamos a seguir adelante. Quizá hace cinco años en Chile era imposible pensar una democracia paritaria y hoy luego de la conquista que tuvimos en el plebiscito de octubre, tendremos la primera constituyente paritaria del mundo. Así, vamos corriendo los cercos de lo posible y, en ese sentido, el debate de los derechos sexuales y reproductivos, como el aborto, debe seguir esa línea. Si seguimos la experiencia de nuestras compañeras argentinas en el aborto, nos damos cuenta que ese es el camino, que no va a ser fácil ni corto, pero sí efectivo en la medida que nos unamos y conquistemos espacios institucionales.
¿Crees que después de lo vivido en octubre de 2019 ya no hay vuelta atrás en la sociedad chilena, que las exigencias de dignidad, horizontalidad y justicia podrán desplazar el tradicional orden autoritario en que nuestras elites gobernaban?
Creo que el 18 de octubre marcó un antes y un después en nuestro país porque de alguna manera fue un despertar colectivo, un reconocimiento de nosotros en tanto pueblo. Nos dimos cuenta que los problemas que nos hicieron creer que eran individuales, realmente eran colectivos y afectaban a miles de personas, vimos que las desigualdades de trato que vivíamos diariamente no eran el orden natural de las cosas sino que respondían al interés de unos pocos. Ese despertar no se va a diluir, pero el desafío está respecto de hacia dónde vamos lo vamos a conducir. El desafío será no articularlo sólo desde la rabia e impugnación, sino desde la esperanza y la proposición clara de un proyecto político basado en dignidad, en derechos humanos y justicia de género. Ese es el desafío que tenemos las fuerzas transformadoras, darle curso, proyección y fuerza a ese despertar social y entender que un proyecto de cambio no lo vamos a hacer no sólo los partidos políticos ni solo los independientes o movimientos sociales, lo vamos a hacer ocupando y copando todos los espacios de sociedad y permitiendo un protagonismo ciudadano permanente donde la democracia sea el cable a tierra y el sentido base de la construcción de nuestro futuro.
La refundación de carabineros
--¿Qué crees que se debe hacer con la institución de carabineros en Chile?
--Lo que hemos planteado como FA es la urgencia de la refundación de las fuerzas policiales de manera integral. Esto frente a lo que se ha planteado desde los referentes del estatus quo de hacer meramente modernizaciones o ciertas reformas. Y el problema con carabineros no es meramente técnico o de eficiencia, es un problema político porque tenemos instituciones policiales con el monopolio de la fuerza que están violando DDHH de manera generalizada. Es una policía respecto de la cual dudo que exista real control civil respecto de ellas. Es una policía que no sólo ejerce maltrato a la ciudadanía en el contexto de manifestaciones, sino que mantiene una diferencia de trato según sector social. Estamos hablando de denuncias permanentes respecto a los malos procedimientos en caso de violencia intrafamiliar, situaciones de vulneración de derechos en poblaciones, barrios y villas, de una policía que resulta bastante incompetente en el combate al narcotráfico y hechos delictivos en general. Y una policía que, no olvidemos, fue cuestionada hace poco por un desfalco de cerca de 28 mil millones de pesos. O sea, es una policía que debe refundarse de forma estructural, y con esto me refiero a cambiar su carácter militarizado y clasista, buscando un escalafón único que no distinga oficiales y suboficiales, una policía que aseguremos que este bajo control civil de la sociedad y que responda al objetivo de protección de la ciudadanía, que deje de verla como adversario o amenaza.
--¿Crees que actualmente la relación de la mayor parte de la población chilena es de rechazo y temor ante carabineros?
--Es evidente que el apoyo a carabineros por parte de la ciudadanía ha ido a la baja desde el inicio al ciclo de movilizaciones de 2006, precisamente, en su momento, por el abuso de la fuerza en protestas y manifestaciones, pero que después fue sumando un montón de otras situaciones. La diferencia de trato de la policía con la ciudadanía de los barrios mas pobres de chile, la corrupción al interior de la institución, el caso huracán, el asesinato de Camilo Catrillanca y, por cierto, después del 18 de octubre de 2019, con estos cuatro informes de DDHH donde se habla de graves y generalizadas violaciones de DDHH. Si uno mira atrás, Carabineros fue una de las fuerzas que se alzó en el golpe militar, pero también vemos que durante los gobiernos democráticos, éstos no fueron capaces de adelantarse al caldo de cultivo que significaban las condiciones institucionales. Por el contrario, se tomaron medidas que aumentaron las facultades de carabineros, como es el caso del control de identidad preventivo, y con ello aumentaron el margen y posibilidad de violaciones de derechos humanos. Hoy la refundación de carabineros es urgente y lo primero que hay que lograr asegurar es una intervención civil, porque no me cabe duda de que hoy día carabineros ni siquiera está respondiendo plenamente a las autoridades civiles preestablecidas y se han convertido en un riesgo para la sociedad.