El Gobierno canceló ayer 7180 millones de dólares del Bonar X. Con ese monto se terminaron de pagar los últimos intereses y el vencimiento de capital del bono que había sido colocado en 2007 con una tasa del 7 por ciento. Para financiar parte de este pago se emitieron la semana pasada dos bonos por 1760 millones de dólares. El ministro de Finanzas, Luis Caputo, indicó que el vencimiento del Bonar X, el más importante de este año, se contempló hace varios meses en el programa financiero y desde principios de año se tomaron decisiones de nueva emisión para hacer frente a esta exigencia con los inversores locales e internacionales. En enero, por caso, se hicieron emisiones de títulos de deuda por 13 mil millones de dólares y en el Palacio de Hacienda consideran que el endeudamiento del Tesoro en todo 2017 será alrededor de 40 mil millones de dólares, cifra similar a la colocada el año pasado.
Caputo aseguró que el Ministerio de Finanzas presentará un cronograma de emisiones para los bonos locales de corto plazo (Letes), las cuales se colocarán cada 15 días, con el objetivo de capturar los fondos del mercado interno. El Gobierno apuesta a embolsar principalmente dólares del blanqueo y poder financiar los desequilibrios de las cuentas públicas. Las Letes se emitirán la segunda y cuarta semana de cada mes. En lo que va del año el Tesoro ya consiguió 4260 millones de dólares con este instrumento, el que se puede suscribir tanto en divisas como en moneda local y rinde una tasa anualizada que se ubica en torno al 3 por ciento.
La deuda acumulada por el sector público asciende a 265 mil millones de dólares, el equivalente al 52 por ciento del PBI. Pero las cifras que despiertan mayor alarma para la sustentabilidad de mediano y largo plazo son las del stock en moneda extranjera con el mercado, es decir la que se debe abonar a los inversores privados que no son flexibles ante una necesidad de refinanciamiento. Estos pasivos en divisas con el mercado se elevaron hasta los 118 mil millones de dólares en marzo de este año, cifra que era de 64 mil millones en octubre de 2015. Esto implica un aumento de 84 por ciento en el período e incrementa la dependencia del país ante los intereses externos. “No hay brotes verdes. La economía no arranca. La industria y el empleo caen. Pero además de esta coyuntura Macri va construyendo con la deuda externa un verdadero salvavidas de plomo, que condicionará el futuro de nuestro país por décadas”, dijo el ex ministro de Economía, Axel Kicillof.
El endeudamiento del Tesoro en los mercados internacionales, una práctica que repiten las provincias y los privados, no está generando cambios cuantitativos para resolver las tensiones estructurales de la economía Argentina. La llegada masiva de divisas de deuda alimenta el negocio de la bicicleta financiera, en un país con tasas de interés en pesos superiores al 20 por ciento y dólar quieto hace más de un año. El ingreso de deuda está siendo central además para financiar la fuga de divisas del mercado interno. El año pasado aumentó cerca del 90 por ciento el atesoramiento en dólares respecto de los registros de 2015, mientras que el giro de utilidades de las multinacionales a sus casas matrices creció en 1033 por ciento.
En 2016 hubo 703 mil compradores de dólares billetes, de los cuales el 55 por ciento adquirió una cifra superior a los 10 mil dólares. Las compras de moneda extranjera en forma de divisas (modalidad que permite gira el dinero al exterior para adquirir, por caso, activos financieros en Nueva York) fueron explicadas por 950 individuos, de los cuales el 82 por ciento adquirió montos superiores a los 2 millones de dólares. La fuga de dólares por ahorro se fue acelerando en los últimos meses y entre diciembre y febrero acumuló unos 12 mil millones de dólares. La cifra equivale a 2,5 puntos del Producto Bruto Interno. Son recursos que dejaron de consumirse y destinarse a las actividades productivas. El déficit del turismo agranda la salida de capitales de la economía local. En febrero se compraron unos 1050 dólares para viajes al extranjero.