El presidente Mauricio Macri recibirá este mediodía a la presidenta de Suiza, Doris Leuthard. La visita de la mandataria europea fue utilizada por la Casa Rosada para reactivar las promesas sobre la llegada de inversiones extranjeras que motorizarían la economía argentina. Los voceros oficiales enfatizaban que Leuthard llegó al país acompañada por una comitiva directivos de “empresas que producen maquinarias, equipos para obras de infraestructura, ferrocarriles, obras de ingeniería, proyectos energéticos, industria farmacéutica, energías renovables, agro-alimentos y finanzas”. Los datos del BCRA indican que los capitales suizos ocupan el sexto lugar entre los inversores extranjeros del país. Uno de cada cuatro dólares está concentrado en el sector cerealero y oleaginoso. Junto con el sector financiero, donde también existen intereses helvéticos, la actividad agroexportadora es la más favorecida por la administración Macri. La presencia de capitales suizos también es relevante en la industria química.

El intercambio bilateral comercial arroja un saldo favorable para Argentina, un comportamiento que se observa hace once años. La exportación más importante hacia el país europeo son metales preciosos en bruto -oro y plata- que son procesados en los laboratorios suizos. Un informe elaborado por Cancillería, Economía y AFIP en 2012 advertía que Suiza funcionaba como plataforma para la triangulación de exportaciones realizadas por las principales cerealeras, mineras, petroleras y aceiteras de Argentina. El objetivo de esa operación abusiva era atribuir parte de la renta a un intermediario mediante la concertación artificial de operaciones para reducir la carga impositiva en Argentina. Así, por ejemplo en 2009, de los 4330 millones de dólares en operaciones de exportación a Suiza solamente llegaron al paraíso fiscal europeo mercaderías por 1520 millones de dólares. El 60 por ciento de esas operaciones correspondió a multinacionales cerealeras, 14 por ciento a las grandes mineras instaladas en el país y el 12 por ciento a firmas petroleras. 

El pequeño país europeo lidera en el ranking internacional de guaridas fiscales que elabora Tax Justice Network. La relevancia de las actividades suizas dentro del sistema financiero global la convierten en la principal plataforma para la fuga de capitales, la evasión tributaria, el lavado de dinero y el ocultamiento de fondos del mundo.