El índice de Actividad Económica del Banco Central de Brasil marcó en febrero una mejora de 1,31 por ciento mensual. El dato, insuficiente para marcar un quiebre con la tendencia recesiva, estuvo impulsado por la producción agrícola y un incipiente repunte industrial. El comportamiento en la actividad manufacturera estuvo motorizado por las exportaciones de vehículos que tienen como principal destino a la Argentina. La aparente reactivación de la actividad automotriz en el país vecino tiene como correlato el desplazamiento de la producción local que ya se encuentra afectada por la caída del consumo interno. La pérdida de cuota de mercado para las terminales nacionales ascendió a 4,9 por ciento el año pasado.
Desde que Temer desplazó a la ex presidenta Rousseff en Brasil se agudizaron las políticas de ajuste fiscal y las medidas implementadas a partir de septiembre profundizaron los problemas existentes en el mercado de trabajo. La semana pasada las consultoras privadas relevadas por el Banco Central brasileño volvieron a reducir sus proyecciones de crecimiento del producto de 0,47 a 0,41 por ciento en 2017. Por eso, aunque algunos indicadores muestran comportamientos al alza, las perspectivas globales no son favorables. Sin embargo, los rubros que traccionan las mejoras informadas ayer afectan directamente en la industria argentina. En marzo, se produjeron 40.107 autos, una caída del 13,2 por ciento interanual. Los registros de la asociación reflejan una caída del 7,4 por ciento en el primer trimestre.