Tras un viaje de casi siete meses, el rover Perseverance de la NASA intentará aterrizar este jueves en Marte con el objetivo de averiguar si el planeta rojo todavía conserva restos de vida.
Las condiciones meteorológicas del aterrizaje, programado para las 20:38 horas GMT de hoy (17:55 de Buenos Aires), fueron estudiadas por el Centro de Astrobiología (CAB), asociado a la NASA desde hace más de veinte años, que utilizó modelos medioambientales marcianos para estudiar el lugar donde llegará el explorador, el cráter Jezero.
Estas predicciones meteorológicas se complementaron con estudios de radiación y de humedad, cuyos datos fueron publicados en una edición especial de la revista científica Space Science Reviews.
El quinto rover en Marte
El Perseverance será el quinto rover que aterriza en Marte, después de la llegada de Sojourner (1997), Spirit y Opportunity (2004) y Curiosity (2012).
Perseverance es el vehículo más grande y complejo jamás enviado a planeta rojo. Fue construido en el Jet Propulsion Laboratory, en California, pesa una tonelada y está equipado con un brazo robótico de más de dos metros y 19 cámaras.
Cómo será la llegada a Marte
El robot entrará en la atmósfera de Marte a una velocidad de 20.000 kilómetros por hora con la protección de un escudo térmico que se activará tras la apertura de un enorme paracaídas supersónico. Ocho motores que apuntarán al suelo lo frenarán y entonces sus seis ruedas descenderán, sostenidas por cables, hasta tocar tierra.
“El cielo parece despejado para aterrizar . Pero incluso con cielo despejado, aterrizar es la parte más peligrosa de la misión, y no podemos garantizar su éxito”, señaló ayer en conferencia de prensa Allen Chen, responsable del descenso.
El cráter de Jezero, lugar del aterrizaje
El cráter Jezero, de unos 49 kilómetros de diámetro, está situado en el hemisferio norte de Marte. El lecho de este cráter es rico en sedimentos lacustres arcillosos, lo que indica que fue un lago que se secó hace miles de millones de años. A pesar de esto, esos sedimentos podrían haber conservado restos de vida, y encontrarlos es el objetivo principal del Perseverance.
Un instrumento español llamado “MEDA” liderado por el CAB viaja a bordo del explorador con el objetivo de facilitar la interpretación de las mediciones meteorológicas y de proporcionar predicciones de los fenómenos meteorológicos y de los cambios estacionales que podrían afectar a las operaciones de la misión.
El CAB recordó que las condiciones meteorológicas y de radiación y humedad influyen directamente en las posibilidades reales de detección de signos de vida pasada y de la preservación de materia orgánica.
Los científicos investigaron un ciclo diurno completo para los solsticios y equinoccios (primavera, verano, otoño e invierno) simulando las temperaturas del aire y del suelo, la presión atmosférica, la velocidad y dirección del viento, y los ciclos de radiación solar y vapor de agua en superficie.
Las simulaciones dieron cuenta de que el mayor flujo de radiación solar se produce en el equinoccio de otoño, la estación es más calurosa del año en el cráter Jezero, con una predicción de temperaturas máximas rozando los 27 grados bajo cero, mientras que las temperaturas mínimas alcanzan los 84 grados bajo cero.
Los modelos muestran oscilaciones muy grandes de las temperaturas del aire por la mañana y por la tarde, lo cual es compatible con una fuerte turbulencia atmosférica asociada al ascenso de masas de aire calentadas por la fuerte radiación solar en ese momento del día marciano.
Además, las simulaciones revelaron que la temporada más húmeda en Jezero se produciría a mediados del verano, con un contenido de vapor de agua, lo que favorece la interacción entre la atmósfera y el suelo, y ocasionalmente podrían producirse finas nieblas al comienzo del verano.
¿Hubo vida en Marte?
“Tenemos pruebas muy sólidas de que Marte podría haber albergado vida en el pasado. La pregunta es: ¿es la Tierra una anomalía, un golpe de suerte?”, expresó este miércoles Ken Williford, subdirector de la misión.
Los científicos buscan el cráter Jezero, que albergaba un lago de unos 50 km de ancho desde hace más de 3.500 millones de años, lo que denominan como biofirmas: rastros de vida microbiana que “pueden tomar todo tipo de formas”, como “químicos” o “cambios ambientales”, precisó Mary Voytek, directora del programa de astrobiología de la NASA.
“Los astrobiólogos hemos soñado con esta misión durante décadas. O encontramos vida, y eso sería un hallazgo excepcional, o no lo haremos y eso dará a entender que no todos los ambientes habitables están habitados”, aclaró Ken Farley, integrante del proyecto.
Otros objetivos de la misión
Los primeros meses de la misión no se dedicarán a este primer objetivo, sino a experimentos paralelos. La NASA quiere demostrar que es posible hacer volar un vehículo motorizado en otro planeta.
El helicóptero Ingenuity intentará elevarse en aire con una densidad equivalente al 1% de la de la atmósfera terrestre. Dos micrófonos tienen la función de grabar el sonido del planeta rojo.
La agencia aeroespacial de Estados Unidos también experimentará la producción de oxígeno en Marte. Un instrumento llamado MOXIE, del tamaño de una batería de automóvil, debería poder producir hasta 10 gramos de oxígeno en una hora, succionando dióxido de carbono de la atmósfera, mediante un proceso similar al de una planta.
Este oxígeno podría ser utilizado para respirar por los humanos que vayan a Marte en el futuro, pero también como combustible.