Como representante de la comuna 4, del sur de la ciudad de Buenos Aires, y como referente pyme de la industria del conocimiento, observo con preocupación, los datos de la desocupación y la subocupación de la Ciudad de Buenos Aires. La desocupación, pasó del 9.8 por ciento en el tercer trimestre del 2016, al 13.4 por ciento, en el mismo trimestre de 2020; en el mismo período, la subocupación trepó el 9.7 al 15.3 por ciento. La situación laboral empeoró en la zona Sur de la CABA, donde el desempleo alcanzó casi el 20 por ciento (según datos oficiales, de la Dirección de Estadística y Censos del Gobierno de la Ciudad).
Se vuelve urgente motorizar lo que pueda aportar la economía del conocimiento (tercera fuente de divisas del país) y el gobierno porteño, con el distrito tecnológico, ubicado en Parque Patricios, deben tomar medidas urgentes, para que el impulso estatal acompañe al crecimiento privado, en el marco de un horizonte de desarrollo productivo de esa industria no contaminante.
En la Argentina, se pueden generar 100.000 empleos, 4.000 millones de dólares en exportaciones y el crecimiento del PBI, mediante el impulso de la Industria del conocimiento, según estimaciones de Argencon, la cámara que agrupa a las empresas del sector. Sin embargo, por la dinámica de este sector en construcción, hay proyecciones más optimistas, como las de Córdoba, que prevé crear 90.000 puestos en 10 años, en complemento con medidas de impulso local a las previstas por la Ley de la Economía del Conocimiento.
Asimismo, y con un cronograma similar al de la provincia mediterránea, se estima que se pueden generar en el Distrito Tecnológico de la CABA, la misma cantidad de empleos, en igual plazo, una meta nada despreciable, para una ciudad en la que al menos una de cuatro personas, tiene problemas de empleo. En este caso, los vecinos y vecinas de la Ciudad de Buenos Aires tenemos la oportunidad histórica de ser parte de esta transformación productiva, a través de la promoción de la Economía del Conocimiento, la ciencia y la tecnología.
En esa dirección, y en mi doble condición de comunera, y de empresaria pyme de tecnología, presenté un proyecto, consensuado por unanimidad en la Comuna, para transformar a la cárcel de Caseros, en un espacio de incubación de empresas y nuevos productos, además de una agencia de tecnología porteña, que pongan al sur de la ciudad en el centro de la recuperación productiva.
La inteligencia aplicada concentrada en el barrio de Parque Patricios, con eje en el Instituto Malbrán, el ANMAT y el Distrito Tecnológico, además de los hospitales Garrahan y Muñiz, junto al ITBA, nos obliga a dar un salto de calidad, en la creación de nuevas empresas, productos y servicios.
Es imposible seguir sosteniendo la generación de riquezas, sólo en la especulación inmobiliaria, en esa zona del sur porteño, que, con la pandemia, se volvió un negocio financiero en crisis. La reconversión de la comuna 4, permitirá revertir la espiral de desocupación, y la falta de perspectivas sustentables y sostenibles en esa zona del sur porteño.
La Comuna 4 tiene que ser definitivamente, la Comuna 4.0, y tiene que marcar el camino de transformación de la matriz productiva en la CABA, para convertirla en el faro tecnológico del país y de la región, para empezar a construir, de una vez por todas, a la ciudad del futuro.
(*) Comunera de la Comuna 4. Dirigente pyme de PYMESSUR