El presidente de la Cámara Federal de Casación, Gustavo Hornos, admitió que mantiene una relación social con el expresidente Mauricio Macri desde hace muchos años y que conversaban sobre política judicial y penitenciaria. El descargo de Hornos se produjo después de que se conociera que visitó a Macri en seis oportunidades entre 2015 y 2018 en la Casa Rosada, según denunció el diputado del Frente de Todos Martín Soria en la causa en que se investiga la llamada mesa judicial macrista. 

Las explicaciones del presidente del máximo tribunal penal del país --dadas en una reunión con los presidentes de las salas de la Cámara-- no conformaron a sus colegas. Tres de ellos --incluidos dos llegados en el macrismo-- ya rechazaron la explicación en una nota en la que le recuerdan al magistrado cuáles son las buenas prácticas que un juez debe tener. La polémica promete seguir encendiéndose en el primer piso de Comodoro Py, y es posible que otros jueces se sumen a las protestas de la Sala II.

La reunión de superintendencia de la Casación suele ser monótona, pero ayer el clima estaba especialmente pesado. Hornos se conectó con el resto de sus colegas desde los tribunales. En medio del acuerdo, internet jugó una mala pasada e incluso se perdió la conexión. Lo escuchaban los presidentes de cada una de las salas: Daniel Petrone (Sala I), Alejandro Slokar (Sala II), Liliana Catucci (Sala III) --que también estaba como Hornos en Comodoro Py-- y Mariano Borinsky (Sala IV). 

El presidente de la Casación ya les había anticipado que iba a dar explicaciones por la denuncia que había presentado Soria la semana pasada ante el fiscal Franco Picardi, que instruye la causa sobre la mesa judicial macrista. En ese marco y sin muchos rodeos, Hornos les comentó a sus colegas que él tenía una relación social con Macri, que había conversado con él porque le pedía ideas o asesoramiento sobre política judicial y penitenciaria. También dijo que nunca había conversado sobre fallos que estaban en trámite en la Casación, pero la respuesta no satisfizo a los otros jueces.

¿Qué tenía que hacer en el despacho presidencial, un día antes de dictar un fallo en el que el Macri era principal interesado?". Martín Soria

Slokar y Borinsky le contestaron que el tema no estaba cerrado para ellos y que debían llevar el tema a sus propias salas. Catucci y Petrone habían quedado más conformes con las explicaciones. La primera en reaccionar fue la Sala II, que preside Slokar y que integran también Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci, los dos llegados durante el macrismo y sin ninguna duda de tener simpatía con el oficialismo actual. Mahiques, de hecho, fue el ministro de Justicia de María Eugenia Vidal en provincia de Buenos Aires.

“A tenor de la situación expuesta, resulta imposible ignorar la responsabilidad intrínseca en la representación y conducción de un cuerpo colegiado -que maximiza la obligación de mantener una conducta irreprochable- habida cuenta que cualquier acto podría repercutir en la percepción sobre la propia Cámara y el resto de los jueces”, escribieron los tres integrantes de la Sala II.

Por si fuera poco, Slokar, Yacobucci y Mahiques --que no suelen ponerse de acuerdo muy frecuentemente-- le recordaron los principios de Bangalore sobre Conducta Judicial. “Un juez no sólo estará libre de conexiones inapropiadas con los poderes ejecutivo y legislativo y de influencias inapropiadas por parte de los citados poderes, sino que también deberá tener apariencia de ser libre de las anteriores a los ojos de un observador razonable”.

En otras salas, confirmaron, se seguía discutiendo el tema. Estaban esperando que se tomara alguna decisión colectiva. Algunos proponían hacer una reunión del pleno y otros ya preparan escritos para presentar hoy mismo si no los acompañan sus colegas de Sala. Los números, a priori, no dan ni para convocar a un plenario y mucho menos para remover a Hornos de la presidencia, como sí sucedió con Juan Carlos Gemignani cuando encerró y mandó a detener a una secretaria de la Cámara. 

Pueden no existir los números, pero los casadores afilan las garras. Algunos remarcaban que, si estaba manteniendo conversaciones sobre política judicial, debería haberlo comunicado a sus colegas, ya que, en ese momento, Hornos no ejercía la presidencia del cuerpo. Otros protestaban porque se enteraron de las justificaciones del juez sobre su relación con el expresidente por una nota que publicó el diario La Nación.

La mesa judicial

La denuncia sobre la mesa judicial macrista --en la que ahora está denunciado Hornos--  se inició cuando la camarista Ana Figueroa, que integra la Sala I de la Cámara Federal de Casación, declaró en una entrevista en la AM750 que había sufrido presiones por parte de Juan Mahiques, por entonces subsecretario de Asuntos Penitenciarios y Relaciones con el Poder Judicial del Ministerio de Justicia, que encabezaba Germán Garavano. 

La semana pasada, Soria y un grupo de diputados del Frente de Todos realizaron una ampliación de la denuncia, en la que implicaron al presidente de la Cámara Federal de Casación. En la presentación reclamaron que se pidan registros de otras dependencias del Ejecutivo para ver si había concurrido el juez. En los últimos días se conoció que el fiscal Picardi pidió registros de la Casa Rosada y de Olivos del año 2018.

Soria le dijo a Página/12 que hoy formalizará una denuncia ante el Consejo de la Magistratura, por lo que entiende que es una grave falta de ética de Hornos, ya que --según su denuncia-- las visitas registradas a la Casa Rosada coincidieron con fallos adversos al kirchnerismo en el marco de la persecución judicial que se dio en el gobierno de Macri.

“Hornos no puede explicar lo inexplicable”, sostiene el diputado del Frente de Todos. “Un juez no sólo debe ser independiente, además debe parecerlo. Cualquier contacto injustificado con el Poder Ejecutivo hace presuponer que el magistrado incumplió con sus deberes. Hasta sus propios pares de la Cámara de Casación se despegaron de semejante irresponsabilidad del juez Hornos. Su inverosímil justificación no solamente da cuenta de sus mentiras, sino que lo hunde aún más. Si tenía una relación social con Macri, ¿qué tenía que hacer cuatro horas en el despacho presidencial a solas con él, un día antes de dictar un fallo en el que el Macri era uno de los principales interesados?"

En su descargo ante sus pares, el presidente de la Casación remarcó que no había intervenido en causas vinculadas a Macri y que dará las respuestas si se las requieren ante el Consejo de la Magistratura. Hornos es un magistrado de amplia trayectoria en el tribunal, al que llegó hace casi 25 años. Este diario intentó comunicarse con el juez, pero no obtuvo respuesta. 

La situación en la Casación es una bomba a punto de estallar, en la que se combinan viejos rencores, intrigas palaciegas y trapisondas. En el fin de semana se conocieron críticas de la ministra de Justicia, Marcela Losardo, al juez, que fueron validadas por el presidente Alberto Fernández. Todo combinado con el estupor que causó que la Sala IV le arrebatara la causa de espionaje ilegal al juez de Lomas Juan Pablo Augé, como reclamaban espías y exfuncionarios macristas.