Los investigadores de la muerte de Facundo Astudillo Castro avanzaron en las últimas horas en la pista que apunta a una presunta participación policial en la "desaparición forzada" del joven de 22 años, y los cuatro efectivos de la Bonaerense mencionados en el expediente decidieron entregar sus teléfonos celulares para ser peritados y designaron a un abogado defensor.
Fuentes judiciales confirmaron hoy a Télam que si bien esos policías nunca fueron indagados en la causa por la "desaparición forzada" de Astudillo, en las últimas horas se presentó el abogado Santiago Martínez para hacerse cargo de los intereses de esos funcionarios policiales y poder supervisar las medidas de prueba que se realicen en la investigación.
Se trata de los policías Alberto González (quien prestaba servicio en el destacamento de Teniente Origone, el mismo que fue allanado este jueves), y los oficiales Gabriel Sosa, Siomara Flores y Jana Curruhinca, de la seccional de Mayor Buratovich.
Además,los cuatro policías se presentaron en la sede a Gendarmería Nacional ubicada en la avenida Alem 1352, de Bahía Blanca, para entregar sus teléfonos celulares, tal como se lo había solicitado la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca en una resolución firmada el viernes 12 de febrero.
"Se entregaron cinco teléfonos celulares, uno que no funcionaba. El procedimiento de entrega se llevó a cabo en Gendarmería Nacional donde había además integrantes de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la provincia", dijo a Télam el abogado Martínez.
Sin embargo, fuentes judiciales aseguraron a esta agencia que no todos los teléfonos celulares presentados por los policías son los que utilizaban en el momento de la desaparición de Facundo. Los investigadores temen que los teléfonos que buscan, de los cuales tienen los datos incorporados al expediente, pudieron haber sido extraviados o destruidos para evitar su peritaje.
La presentación de los efectivos se hizo un día después de que se llevara a cabo una inspección en el destacamento policial de Teniente Origone, partido de Villarino, donde se levantaron más de 30 rastros que ahora deberán ser analizados científicamente para ver si corresponden al joven fallecido.
Los investigadores quieren saber si Facundo estuvo alojado en esa dependencia policial antes de morir, aunque el paso del tiempo puede haber complicado cualquier hallazgo de indicios. "El paso del tiempo complica todo", dijo a Télam uno de los investigadores que participaron ayer de la pesquisa.
En agosto de 2020, durante una inspección de la que participaron perros adiestrados aportados por el perito de parte Marcos Herrera, fue hallado un objeto que Cristina Castro reconoció como que pertenecía a su hijo Facundo.
Se trataba de una pequeña sandía esculpida en madera en cuyo interior había una vaquita de San Antonio y que supuestamente Facundo utilizaba como amuleto de la suerte.
Según consta en el expediente, dentro del baúl del patrullero que habitualmente manejaba el oficial González fue hallado un pelo del joven fallecido.
A raíz de esos indicios, la querella y los fiscales insistían desde el año pasado en que se realizara un allanamiento de ese destacamento policial, el cual recién fue autorizado ahora, luego de un fallo de la Cámara de Apelaciones de Bahía Blanca que, el viernes pasado, hizo lugar a distintas medidas de prueba que eran sistemáticamente rechazadas por la jueza federal María Gabriela Marrón.
Fuentes judiciales aseguraron que en el allanamiento se levantaron rastros que podrían ser de sangre, elementos orgánicos, restos de saliva y otros objetos, entre ellos una pequeña pieza que podría ser una turmalina (como la que llevaba Facundo de colgante) y un resto de suela de zapatilla, que podría pertenecer a la zapatilla que llevaba puesta el joven (una fue hallada junto al cadáver pero su par nunca fue encontrado).
"Se detectaron, con la prueba de luminol, cuatro o cinco rastros en lugares, entre ellos dentro del calabozo, en las paredes y en un caño que estaba abajo de un colchón, por lo que se hizo el respectivo hisopado", explicó a Télam Leandro Aparicio, uno de los abogados de Cristina Castro, madre del joven.
Facundo desapareció el 30 de abril de 2020, cuando en plena cuarentena salió de su casa de Pedro Luro para ir a ver a su novia a Bahía Blanca, y el 15 de agosto su cuerpo fue hallado en un cangrejal de la localidad de General Daniel Cerri.
Su madre y los abogados están convencidos de la responsabilidad policial en lo sucedido con Facundo Astudillo Castro, quien, según la autopsia, sufrió una muerte por asfixia por sumersión.
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