Desde que con Putita Golosa le puso palabras --y cuerpo-- a los deseos feministas de esta época, la voz de Luciana Peker reluce en el relato de lo que pasa con las relaciones amorosas en tiempos de incertidumbre, también, sexual. Y cómo la rebelión feminista les pasa la factura a aquellas que buscan vínculos heterosexuales. Esa conversación que hoy parece imposible --la de hombres y mujeres en torno a un amor sin huidas-- es la que emprenden la periodista feminista y el filósofo Darío Sztajnszrajber, dos figuras que hacen popular lo inabordable: Deconstruir el amor: la paja + el te amo + el garche es el título de esta charla. "Creo que la gran apuesta no es lo que decimos sino lo que se abre al hablar, y lo que abre la escena de la conversación" dice Peker sobre la propuesta, que en Rosario estaba prevista para marzo de 2020 y debió suspenderse. Después de casi un año de espera, se realiza el viernes 26 de febrero y suma una función, el sábado 27. Siempre a las 20.30, en el Teatro El Círculo.  

Peker es autora también de La revolución de las hijas, Sexteame y La revolución de las mujeres. Durante años fue periodista del suplemento Las12. Lleva dos décadas contando las transformaciones sociales que ahora sí se ven. Desde ese profuso trabajo considera que muchas veces los varones reclaman un lugar, sin escuchar. "Es importante que las mujeres lleguemos a lugares donde se nos escuche y lo que a mí más me emociona, que es una apuesta en este tiempo, es poner en escena una conversación entre varón y mujer. Los feminismos tenemos una gran conversación interna, pero cuesta mucho llegar a los varones", dice Peker. 

"Los varones preguntan qué hay que hacer como si fuera una varita mágica, y no hacen lo único que tienen que hacer, que es escuchar", expresa Peker, con su especial talento para la síntesis. "Me pasó cuando presenté el libro con Angela Torres, veíamos que el problema es que son los varones los que tienen que leer los libros que están saliendo en esta época. Hay una enorme conversación teórica, práctica, creativa y muy potente, dentro de las mujeres y de las diversidades sexuales", considera la periodista y facilita títulos: El fin del amor, de Tamara Tenembaum y Coger y comer sin culpa, el placer es feminista, de María del Mar Ramón. 

Todas esas pistas, y muchas más, brinda con generosidad. "La demanda de muchos varones se para en lo que les conviene en relación a su propio deseo pero no han escuchado ni leído todo lo que están produciendo", considera Peker y va más allá: "La escena misma de deconstruir el amor es escucharse, y escuchar es algo que los tipos no hacen con las mujeres". 

Siempre atenta al contexto, Peker también subraya que esta conversación con Sztajnszrajber comenzó en un encuentro de Santa Fe debate Ideas. "Hay algo importante que pasa en Santa Fe y que ha pasado en Rosario, una ciudad con una enorme potencia feminista, con una enorme pujanza del movimiento", considera sobre las particularidades de la ciudad a la que bautizó como "la capital del aborto legal". 

El espacio construido entre Peker y Sztajnszrajber permite "no solo que los varones puedan escuchar una voz, escuchan los aplausos y las pibas puedan escuchar y ser escuchadas. Fluyen públicos distintos que se encuentran en un lugar, y no se trata de homogeneizar las ideas pero sí de intercambiar". Apuesta a un diálogo entre diferentes, pero tiene clara una diferencia: no conversa con quienes legitiman la violencia machista, o con antiderechos. "No me interesa la pluralidad como excusa para la discriminación o la violencia, sí la pluralidad para el encuentro. Ese es el conflicto amoroso, que no nos podemos conectar con las otras personas. Lo que hay que aceptar orgullosamente es que la revolución feminista, con todo lo que nos falte, e incluso con las amenazas de retroceso, ha triunfado y ese triunfo rompió el pijocentrismo, eso de que el placer era para los varones y con sus reglas. Desnaturalizamos el poder de los varones que los hacía ser los dueños del sexo". 

Por lo mismo, Deconstruir el amor es también erradicar las violencias. En un contexto de escalada femicida, la necesidad se hace más acuciante. "El tema entró siempre en Deconstruir el amor. Nosotras somos parte y muy orgullosamente de una generaciones de periodistas que no nos contaron la historia, la cambiamos. Las palabras crímenes pasionales la cambiamos llorando en los baños, peleándonos con los jefes. Ese cambio revolucionario en la concepción de las violencias machistas lo hicimos nosotras escribiéndolo. Ahora subimos la apuesta y deconstruimos la legitimación de que el amor ponga en riesgo la vida de las mujeres", dice Peker sobre cómo se entrelaza la conversación. 

Sobre el concreto combate a los femicidios, Peker apuesta a "volver a hacer una carta más pragmática" de los feminismos argentinos, "como en la fundación del Ni Una Menos". Unificar las causas, penalizar el incumplimiento de las órdenes de protección, desburocratizar los organismos públicos, tobilleras para agresores en forma suficiente, concreción del patrocinio jurídico gratuito con profesionales suficientes, son algunas de las medidas que señala como urgentes. "Es el momento de volver a pedir acciones concretas, la tecnología no va a solucionar todo pero necesitamos poner tecnología, leyes y recursos. Y en el otro sentido, donde decimos que el cambio es cultural, es esta apuesta y no es una cosa o la otra, hay que ir por todo", dice Peker, mientras hace lo suyo en ambas direcciones. 

Las entradas están disponibles online.