Por Kim Sengupta *
El acuerdo de Irán con las potencias internacionales sobre su programa nuclear se encamina a su primera gran crisis desde la elección de Joe Biden, con Teherán listo para impedir que la ONU lleve a cabo inspecciones rápidas de los sitios a partir de la próxima semana. Irán le ha dicho a la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) que detendrá el sistema de controles de amplio alcance a partir del 23 de febrero a menos que la nueva administración estadounidense comience a levantar las sanciones impuestas por Donald Trump. El presidente Biden ha indicado que quiere volver a unirse al JCPOA (Plan de Acción Integral Conjunto) que fue abandonado por Trump, pero ha estipulado que Irán debe revertir los pasos que había tomado recientemente en violación del acuerdo.
El inminente enfrentamiento ha llevado a una oleada de actividad diplomática, con Angela Merkel instando al presidente de Irán, Hassan Rohani, en un llamado el miércoles a eliminar las restricciones proyectadas sobre las inspecciones y volver al cumplimiento del acuerdo. Rouhani, según su oficina, instó a los estados europeos a tomar una iniciativa sobre las sanciones. Irán ha propuesto que el jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, quien también es el jefe de la Comisión Conjunta del JCPOA, debería coreografiar que Irán y Estados Unidos cumplan con sus obligaciones.
El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, recibirá a sus homólogos británicos y alemanes, Dominic Raab y Heiko Maas, para las conversaciones sobre el acuerdo nuclear esta semana, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, se unirá en un enlace de video. Rohani y el presidente suizo Guy Parmelin han discutido la posibilidad de ampliar un canal suizo de suministros humanitarios a Irán, que se estableció después de que la administración Trump implementara las sanciones financieras por comerciar con Teherán. Irán también ha estado buscando intermediarios para el acuerdo nuclear en el Medio Oriente. El ministro de Relaciones Exteriores de Qatar, Sheikh Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani, se reunió con Rohani y el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, el lunes en Teherán. Zarif también se había reunido con el ministro de Relaciones Exteriores iraquí, Fuad Hossein.
Pero los esfuerzos diplomáticos se han realizado en un contexto de creciente tensión. El mismo día en que Teherán informó al OIEA sobre las restricciones de inspección, el ayatolá Ali Khameini advirtió que el presidente Biden debe tomar medidas decisivas si el JCPOA iba a sobrevivir. A principios de semana, se disparó una salva de misiles contra una base estadounidense en Erbil, en el norte de Irak, matando a un contratista militar e hiriendo a un soldado. El ataque fue reivindicado por una milicia chiíta aliada de Teherán que dijo que fue en represalia por los asesinatos de su líder, Abu Mahdi al-Muhandis, y del comandante iraní Qassem Soleimani por parte de Estados Unidos. A fines de la semana pasada, Arabia Saudita dijo que había frustrado un ataque a un aeropuerto, en Abha, en el suroeste del país, por parte de los hutíes en Yemen, que están respaldados por Irán.
La última secuencia de eventos ha sacudido lo que se consideró un comienzo alentador para el proceso de reincorporación de Estados Unidos al acuerdo después de la derrota electoral de Trump. La asunción de Biden, vicepresidente de la administración que firmó el acuerdo, pareció allanar el camino para que Estados Unidos se reincorporara al JCPOA. Su enviado a Irán, Robert Malley, ayudó a negociar el acuerdo nuclear; su asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, se había reunido con funcionarios de Teherán en el período previo a la firma del acuerdo, y su candidato como director de la CIA, William Burns, es un diplomático veterano que nunca ha sido un halcón de Irán.
Uno de los primeros actos de la nueva administración fue retirar el portaaviones USS Nimitz y su grupo de ataque del Golfo en lo que se consideró como una señal para Teherán de una disminución de las tensiones. Pero tanto los Estados Unidos como los signatarios de Europa occidental del JCPOA (Gran Bretaña, Francia y Alemania) han expresado su profunda preocupación por una serie de medidas de Teherán. Esto incluye el enriquecimiento de uranio al 20 por ciento y la producción de uranio metálico no enriquecido que tiene poco uso civil pero que puede usarse para construir el núcleo de una bomba nuclear.
La pregunta que se hace es si los iraníes están buscando influencia a través de su postura aparentemente dura y las acciones de los grupos armados aliados antes de que comience la negociación con Estados Unidos sobre el acuerdo nuclear. "¿Quién no lo haría? Creo que este juego de apalancamiento continuará y creo que Irán tiene esta superioridad geopolítica para hacerlo porque lo ha hecho en Irak y Siria con la movilización de fuerzas amigas para aprovechar las posiciones políticas”, dijo Keyhan Barzegar, presidente de política y relaciones internacionales en la Universidad Islámica de Azad en Irán.
“Estas fuerzas son confiables y creo que Irán continuará con eso. El tema nuclear es más complicado. Irán tiene su influencia en eso, que es el 5 por ciento de actividad nuclear más el 20 por ciento de enriquecimiento de uranio, y existe esta fecha límite del 23 de febrero que ya se ha ampliado una vez”. Hablando en una discusión sobre el acuerdo nuclear en el Royal United Services Institute (RUSI) en Londres, el Dr. Barzegar dijo: “Estados Unidos tiene la influencia de las sanciones como sabemos. Quizás ambos lados piensen que tienen una situación de ventaja. Pero este es un juego muy peligroso, porque dejará a los dos países en una situación de dominó que sentirán que deben seguir. “Irán también cree que sobrevivió a la política de máxima presión [de Trump] y las sanciones no tuvieron ese impacto para cambiar el comportamiento de Irán. Están relacionados con el poder de disuasión de Irán y, dado que existen amenazas a la seguridad nacional de Irán, el gobierno podría justificar la legitimidad de seguir adelante con esta política. "
Rohani le dijo a Merkel en su llamada, según funcionarios alemanes e iraníes, que cualquier intento de Estados Unidos de extender el JCPOA para incluir otros temas como el programa de misiles de Irán, como se ha discutido, era "una propuesta imposible". Seyed Hossein Mousavian, quien fue miembro del equipo de negociación nuclear de Irán y actualmente se encuentra en la Universidad de Princeton especializandose en seguridad nuclear y seguridad en Medio Oriente, sostuvo que intentar incorporar misiles a un nuevo acuerdo fracasaría. “Esa sería una política discriminatoria, dejar a Israel con cientos de bombas nucleares; misiles con 5000 kilómetros de alcance, capaces de ojivas nucleares. Salir de Arabia Saudita con 3300 3500 kilómetros de alcance de misiles chinos y solo negociar con Irán para desmantelar su capacidad de misiles, que tiene un alcance de 2000 kilómetros, y no tiene posibilidad alguna de éxito”, dijo.
La economía iraní, sin embargo, ha sufrido gravemente por el efecto paralizante de las sanciones estadounidenses y muchos vínculos comerciales publicitados que se están formando con China y Rusia no compensarán eso. Un alto diplomático iraní que participó en las negociaciones del JCPOA dijo: “No podemos negar el hecho de que la guerra económica que Trump lanzó contra nuestro país ha causado mucho daño. Las sanciones son injustas y también son un duro golpe que debe terminar. Conocemos a personas del equipo del Sr. Biden que trabajaron para hacer realidad el JCPOA y quieren que tenga éxito. Tenemos que aprovechar eso”.
De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12
Traducción: Celita Doyhambéhère