Le exigí la renuncia con dolor. Ginés (González García) era un gran ministro. Y además lo quiero. Pero lo que hizo es imperdonable. La política es ética, tenemos que terminar con este tipo de prácticas, con la cultura argentina de la viveza, la picardía, el manejo de las influencias”. El presidente Alberto Fernández está convencido de haber obrado bien al despedir a González García. Asegura que se enteró de la existencia del vacunatorio VIP “por los diarios” (en sentido no del todo figurado). Página/12 conversó unos minutos informalmente con el mandatario en la mañana del sábado. También con figuras del Gabinete cercanas. Lo que sigue es su versión de los sucedidos que llevaron al Gobierno a su peor crisis política desde que asumió. Autogenerada, imperdonable, dañina para la reputación del oficialismo y su legitimidad.

Ayer mismo Fernández (se) prometía no conceder reportajes contra su inveterada costumbre. “Lo gestual es más fuerte que lo que pueda decir. Siempre me pueden tergiversar o yo desnaturalizar lo que decidí”. Habrá que ver si cumple, como sería aconsejable.

Fernández se anotició sobre el operativo irregular de vacunación realizado en el Ministerio de Salud el jueves por la noche, mientras cenaba en Olivos con el ministro de Economía Martín Guzmán. El vocero presidencial, Juan Pablo Biondi, le comentó la movida, siempre según esos narradores. Agregó que sería tapa del diario Clarín el viernes o el sábado.

Furioso, AF se comunicó con Ginés, lo sonsacó. El ministro reconoció los hechos, no los consideró graves. Alegó que él mismo había viajado a Entre Ríos el jueves y que el operativo fue dinamizado por su asesor y sobrino Lisandro Bonelli, “un muchacho poco confiable” glosan desde la Casa Rosada.

Fernández cuestionó acremente la vacunación, un hecho inmoral. Acotó que la maniobra estaba condenada a ser difundida. Existe un Registro único en el que constan los nombres de las personas vacunadas, su número de documento, fecha de inoculación y vacuna aplicada Es imprescindible para saber y programar la segunda dosis. Es público, de sencillo acceso.

Ginés habría expresado dudas acerca de la publicación en Clarín. Su CEO, José Antonio Aranda, le habría pedido ser vacunado, aunque esperaría a que llegara una partida de AstraZeneca, ya que desconfiaba de la Sputnik V.

Las versiones del equipo oficial divergen en este punto: Ginés negó luego esta conversación con Aranda. En torno de AF afirman que Ginés sí se las refirió y agregó que se había comunicado con editores periodísticos de Clarín para sugerir que no anticiparan en tapa la primicia.

En ese ínterin, el presidente reclamó a GGG informes por escrito de lo realizado y una nómina de las personas vacunadas. 

Desde ese momento la suerte de GInés estuvo echada. "Yo no tolero cosas asi. Ni hago cosas así. Manejo mi propio auto. Cuando no era funcionario y me ofrecían pasar al Salón VIP sin hacer cola, me negaba. Como presidente no puedo consentir que se concedan esos privilegios" afirmó el presidente.

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Viernes negro: En la mañana del viernes se presentó el Consejo Económico Social (CES), el presidente vivió un rato de distensión lanzando una iniciativa en la que cifra altas esperanzas. A la salida lo anoticiaron de declaraciones radiales del periodista Horacio Verbitsky quien contó en El Destape con lujo de detalles cómo y cuándo se vacunó, hizo alarde de prolongada amistad con Ginés. Apuntó a Aranda, con precisiones y sarcasmos.

Desde el punto de vista político cuesta entender lo que hizo un protagonista tan inteligente. Confesó, con pelos y señales, haber cometido un acto irregular y anti ético. Confesión de parte, relevo de prueba o “probatio probatissima” (la evidencia más rotunda) dicen los juristas. La denuncia a terceros en cambio, se debilita sencillamente tal como sucedió: con una desmentida. Cambió una bomba por un petardo mojado.

¿Por qué habría actuado así Verbitsky? Sin charla con el periodista, los principales funcionarios suponen que cometió un serio error de cálculo. “Nadie de nosotros lo llamó ni él nos buscó”.

“El viernes, el Perro se jactaba de haber aguado la pólvora a Clarín”. Los dichos se hicieron búmeran; llovieron reproches tremendos, desde muy cerca. Tal vez el más doloroso haya sido el certero y muy duro comunicado del personal del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) que preside.

A la bola de nieve que crecía se añadieron declaraciones on y off the record del diputado Eduardo Valdés, otro de los vacunados de privilegio. Valdés justificaba la acción porque él debía viajar a México. Fernández despotricaba por la ausencia de sentido común y porque la vacuna aplicada con escasa antelación no serviría para evitar contagios en la gira. Como la verborragia de Valdés escalaba AF llamó al embajador argentino en Estados Unidos Jorge Argüello. Los tres son amigos desde hace décadas, militaban juntos en aquel entonces. Le encareció a Argüello (o le mandó) que lo hiciera callar. Así fue.

Semanas atrás, evoca el presidente, Valdés le había pedido vacunarse para viajar como veedor a las elecciones en Ecuador. “Alberto lo sacó con cajas destempladas”, chimentan y glosan que el diputado reincidió con Ginés.

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Broncas y reconocimiento: La bronca con Valdés y con el senador Jorge Taiana motivo que se los excluyera del viaje a México,

La lista de las diez personas vacunadas en el Ministerio incluye nombres que no atrajeron la atención de los medios dominantes aunque sí la del Presidente. Es el grupo familiar del empresario marplatense Florencio Aldry Iglesias. “Un millonario dueño de un diario y de hoteles –apostrofa AF— un poderoso que reparte favores e invitaciones. Le otorgaron un privilegio desmedido, aunque las personas son de riesgo”.

El Presidente destaca, a contrario sensu, cómo procedió el canciller Felipe Solá. “Consultó a los médicos de Cancillería quienes le aconsejaron alguna medicación, cuidados y vacunarse”. “Felipe pidió turno en el Hospital Posadas, le fue concedido, se vacunó allí”. Fuentes cercanas al ministro añaden que no acudió a la primera citación sino que esperó hasta el jueves cuando se abrió la vacunación para mayores de 70 años, su edad.

Los funcionarios se cuidan en el hacer cotidiano, explica Solá a quien lo quiera oír. “Pero en las giras quedamos expuestos a excesos, diez acciones públicas por día. Atender gente que te quiere hablar de cerca, muchas horas sin descanso”. Cuidarse es imperativo, tanto como respetar protocolos cívicos.

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Por qué Carla: Fernández removió y designó reemplazante en cuestión de horas, como debía ser. Un reflejo de auto preservación, el mejor dentro de la tormenta.

Ascendió a Carla Vizzotti Secretaria de Acceso a la Salud, “viceministra” en jerga de quincho y periodística. “Siempre pensé que si no estaba Ginés, lo sucedería Carla. Es la continuidad de las muchas buenas políticas de Ginés”. Circunstantes del presidente agregan que hace meses que tiene más trato con la flamante ministra que con su predecesor. “Está más activa. Se especializa en epidemiología, gran experticia en coronavirus. Tuvo actuación decisiva para conseguir la Sputnik V”.

El recambio no traumático sale al cruce de operaciones e internas, añadimos. Vizzotti hizo méritos: laburadora, valorada por compañeres de gestión, hábil para comunicar sin estridencia ni vedetismo.

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Hable con ella: Ensoberbecidos, con motivos, los medios dominantes propalan que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner motorizó la unción de Carla. Sin referencias sólidas arman un mix con Moscú, la Unión Soviética, el presidente ruso Vladimir Putin, una fantasiosa línea roja con Cristina.

Fernández niega cualquier intervención de CFK. “La llamé yo, para felicitarla por el cumpleaños. A la tarde, cuando estaba todo resuelto. Me apoyó en todo pero no le pedí consejos previos”.

Como se suele expresar en Twitter, habrá polémica. Con el tiempo, podrá irse develando. Quién sabe, hay emisores refractarios a la evidencia.

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Dureza de la política: Las encuestas presenciales, únicas en las que confía AF, destacaban que el manejo de la deuda y la política sanitaria eran las áreas mejor valoradas del accionar oficial. Esos indicadores padecerán el escándalo, se atribula el presidente.

La gente de a pie perderá confianza, comparará a los vacunados VIP con sus familias,… es inexorable y tendrán razón.

La vindicta opositora se montará sobre el genuino dolor social, la política tiene esas reglas. Ministros irrecuperables del macrismo, comunicadores pautados o militantes de PRO harán llover diatribas. Intentarán tirar al niño con el agua. Caerán en la volteada notables aportes de Ginés siendo ministro. El programa Remediar, la interrupción voluntaria del embarazo, grandes campañas de vacunación o prevención previas. La ofensiva contará con aportes asombrosos: machistas empedernidos, antivacunas, obispos de derechas con odios arraigados. Quien le dice hasta Domingo Cavallo o Carlos Stornelli predicarán sobre atención primaria. Exagerando apenas, el falso abogado D’Alessio podría tener su oportunidad en la marejada.

El problema insoluble para el gobierno es que las críticas se fundan en hechos comprobados, injustos hacia a la ciudadanía, anti republicanos.

Vizzotti, que perfectamente podía haber llegado en otra contingencia, deberá sobrellevar agresiones. Le enrostrarán faltas que no cometió, la someterán a sospecha y bullying. Tendrá que defenderse jugando el juego que mejor sabe y que más le gusta: su especialidad a la que se ha dedicado full time durante 14 meses sin desmayos.

El gran legado de Ginés sobrevivirá si lo sustentan quienes fueron sus aliados y compañeros. Con el tiempo prevalecerán los promedios, las realizaciones. El final de su carrera hace poco honor a su trayectoria: no será mañana el día de los balances pero existirá si las banderas se siguen enarbolando y bancando.

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Comunicación, agenda y otras 3 G: Una noticia real lastimó al gobierno. Habrá quien la utilice para dar por probada cien fake news.

El oficialismo debe revisar sus mecanismos de comunicación que suman demasiadas fallas (entre ellas la alabanza prematura a las intenciones antes de lograr resultados) pero la retórica no lo reivindicará como por encanto.

La respuesta a un golpazo se resume, acaso, en otras 3 G; gestión, gestión y gestión. Frente a un escándalo que quedará en su debe y en la historia el gobierno dispone de la herramienta básica: el hacer. Construir o fortificar una agenda 2021, la que insinúa. Mencionemos algunos ítems. Crecimiento, redistribución del ingreso, mejora del salario real, progresiva mengua de la inflación, arreglo digno con el Fondo Monetario Internacional, nuevas ampliaciones de derechos sociales, laborales, humanos. El CES, parafraseando a Cristina funcionará cuando funcione… si funciona.

Una agenda progresista no borrará el pasado pero lo colocará en contexto. "Hay que concretar como mínimo una medida pro gente por día" predicaba el presidente Néstor Kirchner, vale la pena retomar la consigna.

El gobierno tendrá oportunidad de repuntar, de remontar la cuesta si la vida de la mayoría de los argentinos mejora. Si observan, en el lacerante tema que nos ocupa, que llegan más vacunas, que se proveen con respeto a las reglas y entre la población más necesitada.

Como se dice en el fútbol y aunque parezca mentira en esta circunstancia: todavía depende de sus propios resultados. Los goles en contra que se metió los dificultan pero no ponen fin al partido. 

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