En un período eclipsado por la vorágine de la agenda pública provincial, envuelta en la declaración de la reforma constitucional, sumada a la mucha energía comunitaria dispuesta para transgredir y festejar el carnaval en fiestas clandestinas, y otros tantos ocupados en saber si la cantidad de vacunas es suficiente, mientras miran la curva de contagios por COVID, se produjo en el ámbito municipal un gesto político tan inusual, como desapercibido.

Por imperio de su propia lógica, la agenda de medios no reparó detenidamente en el novedoso intercambio de verano, entre el Ejecutivo Municipal y el Concejo Deliberante de la Capital.

A ello contribuye empeñosamente el propio Concejo Deliberante, con una curiosa política tendiente siempre a restringir el acceso a la información, evitar que se conozcan datos, números, detalles y posiciones que en definitiva le quitan jerarquía a sus propias acciones.

La ronda previa informativa al período ordinario de sesiones entre concejales y funcionarios, que tuvo dos instancias y cerrará el próximo miércoles en la sede del Ejecutivo, dista de la relación tensa y turbulenta que caracterizó el vínculo entre la intendenta y los concejales.

El ejercicio de reunir a funcionarios para que acerquen información en el espacio institucional pero de modo informal surgió, básicamente, a partir de la necesidad de mostrar un cuerpo legislativo dedicado y ocupado en los temas que le competen, en un período de verano habitualmente vacío, inocuo, sin ninguna relevancia, pero esta vez con elecciones muy cerca.

Había que terminar con la idea generalizada, y por cierto bastante real, de que “no hacemos nada, terminamos en diciembre, volvemos recién en marzo, pero igual cobramos”, como dijo un concejal que prefirió el anonimato.

Aun con esa intención, el esfuerzo por esa demostración vale la pena; constituye todo un avance para recomponer una relación que nació prematuramente deteriorada por diciembre de 2019, tuvo algún pico de comprensión, pero indefectiblemente se desgastó.

Empezar el verano "trabajando" antes del inicio del período legislativo, tener información sobre las previsiones generales del Ejecutivo para el resto del año y terminar como anfitriones de la intendenta y sus funcionarios el próximo miércoles, es siempre preferible a iniciar otra vez con tironeos, que el período político puede exacerbar fácilmente.

No todos están conformes con la información recibida hasta ahora en los dos encuentros, y ya hay quejas sobre la demora en enviar datos y planillas adicionales prometidas en la primera reunión.

De la mesa de trabajo prevista para el miércoles entre concejales, la intendenta y sus funcionarios pueden eventualmente surgir los temas esenciales de la agenda legislativa de los primeros seis meses.

En estos días se hizo en el Ejecutivo Municipal un relevamiento de las cuestiones que podrían requerir tratamiento legislativo y el borrador de la propuesta estaba este viernes, con buen grado de avance.

Los concejales llevarán lo suyo, seguramente renovarán las inquietudes, aparecerá algún reproche, naturalmente cada concejal querrá jugar sus intereses y en ello va implícita la tajada que puede obtener de alguna obra que pidió o algún reclamo que recibió.

Pero ninguna de las partes en que se compone el gobierno de la ciudad, puede darse el lujo de desperdiciar la ocasión de reconducir una relación, que aún con las tensiones que genera, debe ser próspera para la gente que habita una ciudad que exhibe deterioros muy visibles y descuidos muy evidentes.

A partir de marzo, con las sesiones ordinarias, sabremos si la ronda de verano, novedosa por cierto, servirá de algo para los vecinos.

* Periodista de temas municipales