Centros de investigación de todo el mundo se están focalizando en los mecanismos que hay detrás del SARS-CoV-2. En ese esfuerzo colaborativo no solo están participando inmunólogos y epidemiólogos, sino que otros especialistas están aportando lo suyo desde otros puntos de vista, como el caso de la oncología.
En este sentido, una nueva investigación publicada en la revista The Journal of Clinical Investigation sobre placentas de mujeres (con y sin infección por coronavirus) que dieron a luz durante la primera ola de la pandemia en Italia, arrojó resultados sorprendentes.
“Es importante destacar que no se encontró evidencia de transmisión vertical del SARS-CoV-2 en ningún recién nacido, lo que sugiere que la placenta puede ser una barrera materno-neonatal eficaz contra el virus, incluso en presencia de una infección grave”, señala el doctor Paolo Nuciforo, jefe del Grupo de Oncología Molecular del Vall d’Hebron Institute of Oncology (VHIO), y coautor del trabajo junto con el Dr. Joan Seoane.
"El virus busca escapar del control del sistema inmunitario y para eso desarrolla diferentes estrategias. Es algo que tiene en común con las células tumorales. Hemos observado que las estrategias utilizadas por las células tumorales para escaparse del sistema inmune son similares a las utilizadas por el virus”, explica el Dr. Joan Seoane, director del Programa de Investigación Preclínica.
Daños por carga viral alta
Para llevar a cabo el estudio, se analizaron 37 mujeres embarazadas, 21 de las cuales habían confirmado una infección por SARS-CoV-2. Todas las mujeres dieron a luz bebes asintomáticos, excepto en dos casos.
Una paciente que había tenido un resultado negativo se sometió a inducción de parto por un aborto espontáneo terapéutico debido a una anomalía cromosómica. Otro de los recién nacidos, en este caso de una paciente positiva con SARS-CoV-2, mostró asfixia perinatal que requirió ventilación mecánica y suplementos de oxígeno durante los primeros tres días de vida, seguida de episodios de epilepsia y síntomas neurológicos que se resolvieron progresivamente tras tratamiento farmacológico.
“En este segundo caso, los problemas del neonato no se debieron a que estuviera infectado por el SARS-CoV-2, sino a que la placenta se vio severamente afectada por la enfermedad. Así, el neonato sufre, pero lo hace porque la placenta ya no está funcionando adecuadamente”, explicó el doctor Nuciforo. En esta muestra de placenta, severamente afectada por el SARS-CoV-2, se pudo constatar que la carga viral y los daños eran similares a los que el virus causa en los pulmones de pacientes fallecidos por COVID-19.
Sin embargo, para que se produzca este daño en la placenta con implicación en los resultados del embarazo, es necesario que llegue una alta carga viral a este órgano. “No sabemos cómo identificar a estas pacientes de forma adecuada, para poder ofrecerles un tratamiento diferente que ayude a evitar que la placenta se vea afectada. Es todavía un camino inexplorado sobre el que es necesario investigar más”, expresó Nuciforo.
Similitudes y relación con el cáncer
“En el análisis hemos empleado la misma tecnología que utilizamos cuando estudiamos el cáncer. Hemos visto que la inflamación generada por el virus es muy parecida a la inducida por algunos tumores. Si entendemos este sistema inflamatorio seremos capaces de desarrollar nuevos tratamientos”, comentó el doctor Joan Seoane.
El artículo de la investigación del sitio oficial del instituto explica que "las investigaciones en enfermedades infecciosas y sobre el cáncer pueden ir de la mano". Esto es así porque los pacientes con cáncer que están recibiendo quimioterapia o inmunoterapia son especialmente vulnerables a las infecciones porque su sistema inmunológico está comprometido.
Con lo cual, entender los puntos en común entre las dos enfermedades representa una oportunidad extraordinaria para prevenir y tratar el cáncer. “El estudio de las bacterias y otros microbios que pueblan nuestro cuerpo podrá ayudarnos a entender mejor la predisposición a desarrollar un cáncer y la respuesta a los tratamientos”, explicó Nuciforo.
“El estudio de la COVID-19 desde diferentes aproximaciones nos puede permitir descubrir nuevos procesos todavía inexplorados. Es importante, en algunos casos, observar el problema desde un prisma diferente y aportar los conocimientos de un campo distinto, en este caso el cáncer, para entender y buscar soluciones a la infección vírica”, finalizó Seoane.