La Copa de la Liga Profesional tiene en Colón a uno de sus sorprendentes punteros. El Sabalero se ubica en el tope de la Zona A con seis unidades junto a Banfield y Estudiantes (Lanús y Vélez en la B). El grupo de nada menos que River, Racing y San Lorenzo, el derrotado en Santa Fe en el cierre de la segunda fecha. Fue 2 a 0 para el local con goles de los ingresados Alexis Castro y Sandoval.
Colón y San Lorenzo encararon el partido como uno de lunes por la noche, esos que no se sabe bien por qué son tan tarde (arrancó a las 21.30) y en un día de semana. Pesadilla horaria de los hinchas cuando todavía se podía ir a la cancha. Pasó poco y nada en Santa Fe, sobre todo en los primeros 45 minutos, con los equipos prestándose la pelota. En el Cementerio de los Elefantes reinaban los mosquitos y los repelentes, pero no las ideas. Un par de estadísticas quizá reflejen lo que fue la etapa inicial: 16 infracciones y ningún tiro al arco. El mayor riesgo, si se puede definir así, lo generó un tiro libre del Pulga Rodríguez que se fue bien arriba de la humanidad de Monetti.
En el incipiente ciclo de Diego Dabove por Boedo todavía no se ve la filosofía de juego que el DT supo imponer en Godoy Cruz y Argentinos, aunque sí los resultados (hasta ayer, dos jugados, dos ganados). La propuesta es, por el momento, construir desde el orden. Cuatro en el fondo y un volante recuperador, el Torito Rodríguez, acompañado en el medio por Jalil Elías y Juan Ramírez quienes, aunque de buen pie, se encargan más de no descompensar a los suyos que de desequilibrar a los otros. En consecuencia, los tres de ataque (Di Santo, Fernández y Melano), sin quien los alimente, pasan a ser autogestivos o, en todo caso, a depender de algún pelotazo de Braghieri o, como contra Liniers por Copa Argentina, de Coloccini. En aquel 3 a 0 ante el elenco de la Primera D de la semana pasada, dos de los tres goles se iniciaron en los pies del central de largos pelos rubios.
Esta característica excede a Dabove y se comprueba en la continuidad goleadora de Bruno Pittón. El lateral izquierdo, el único capaz de generar sorpresa con sus apariciones en el área, sigue siendo el máximo anotador del equipo en las últimas dos temporadas, con nueve tantos, seguido de los Romero, con ocho cada uno.
Se ve que Eduardo Domínguez se dio cuenta que San Lorenzo deambulaba por Santa Fe y Colón salió del vestuario con una actitud más provocadora. Se adelantó en el campo y, limitaciones mediante, empezó a atacar por las bandas. Estaba todo dado para que se de el primer 0 a 0 del torneo tras 24 partidos, pero el Sabalero no lo permitiría. A los 67, desbordó Meza, el Pulga bajó el centro un poco con la cabeza y un poco con el hombro y Castro, exCiclón que recién entraba, definió de primera dentro del área para el 1 a 0.
Tras algunos pasajes de zozobra, San Lorenzo se acordó de atacar sobre el final, en coincidencia con el retroceso de Colón y las modificaciones de Dabove: en específico el ingreso de los hermanos Romero, los únicos capaces de desequilibrar en el mano a mano.
Pero ya era demasiado tarde como para concretar algún tibio merecimiento. La victoria era de Colón. Para colmo, en la última jugada, Monetti jugó para Gattoni que no lo entendió y Sandoval puso el 2 a 0 final. Tan exagerado como justo.