Como vivir en una bolsa. Así describe Ninfa Segovia la vida en el pequeño pueblo de Los Toldos, en el departamento Santa Victoria, en el límite con Bolivia. Una bolsa sin salida, añadirá sobre el final de la conversación con Salta/12, teléfono mediante.
Es que una vez más el pueblito no tiene una vía de comunicación terrestre con el resto del país y los particulares que necesitan hacer trámites o atender alguna urgencia de salud tienen que arriesgarse atravesando territorio boliviano, al que pueden entrar caminando pero no en vehículos, y reingresando al país por las aguas crecidas del río Bermejo, siempre por pasos no habilitados, y con medios de transporte más que inseguros, como se puede ver.
En julio del año pasado, luego de que se visibilizara el histórico aislamiento de esta población, el gobierno de Salta habilitó formalmente, con acto oficial encabezado por el gobernador Gustavo Sáenz, el paso por la ruta provincial 7, uniendo Los Toldos con la cabecera departamental, Santa Victoria Oeste. Pero el camino duró lo que dura el tiempo seco, con el verano llegaron las lluvias y con ellas, las crecidas de los ríos y los desmoronamientos de cerros, y la vía quedó cerrada. De eso hace ya "como tres meses".
"Toda la vida ha sido así"
Segovia es secretaria de la Comunidad Originaria de El Arazay, del Pueblo Kolla, cuyos integrantes se opusieron siempre a la apertura de este camino, porque "nosotros ya lo sabíamos que cuando abran eso, el gobierno iba a decir total ya Los Toldos tiene salida por territorio argentino y nos olvida otra vez", dijo ahora recordando que no es la primera vez que pasan por esta situación.
Los lugareños saben que en las condiciones que está, sin que se realicen obras importantes de mejoramiento, la ruta 7 se cerrará siempre en el verano, "hasta mayo, junio", cuando la seca permita mantenerla despejada. En cambio, en este "tiempo de lluvias, están todos los cerros bajados" y "hay un montón de ríos, es imposible, ni caminando podés transitar". "Toda la vida ha sido así".
Dos ríos grandes atraviesan la ruta 7, "llevan mucha agua, no se puede pasar ni caminando, nada, y después hay un montón de quebraditas así chicas, hay que trabajar mucho en ese camino".
"Es muy feo aquí", dirá en otro momento Segovia, olvidada de la belleza de Los Toldos, un pueblo de ensueño que vale la pena conocer, aunque hay que ir preparado para la aventura. La inauguración oficial de la ruta 7, el 9 de julio de 2020, es un mal recuerdo para sus habitantes. "Yo creo que la mayoría de los toldeños están molestos con todas estas gestiones de los políticos que siempre vienen y hablan tan bonito, se tiran los laureles y como ellos están en las grandes ciudades y nosotros tenemos que sufrir las consecuencias".
Desde el país hay otro camino, la ruta provincial 19, pasando por el Baritú, para llegar a Los Toldos, pero para esta época también "se cierra, en este tiempo no va cualquier vehículo para ese lado, si hay 4x4 pueden llegar o en moto". "Ahorita nomás nosotros no podemos salir con cualquier vehículo para ese lugar, por el tema de que es muy lluvioso".
Por culpa de esta falta de caminos, los habitantes locales tienen menos posibilidades de mejorar su vida. "El toldeño se pierde de muchas oportunidades para desarrollar el tema de trabajo, el cultivo, la salud, todo eso se pierde. Chicos jóvenes que quieren salir a estudiar se tienen que terminar quedando, y así. Lo veo difícil, como que los toldeños no tenemos derechos, como que no nos creen argentinos también, ¿no?".
La vía de Bolivia
Los Toldos está entre la prepuna y las Yungas. Una zona de geografía complicada, con cerros abundantes, que con la lluvia "bajan" y cierran caminos, y también selva, y ríos que en el verano se vuelven peligrosos.
Hace como dos meses que los toldeños que necesitan salir por algún motivo, usan la vía Bolivia-Bermejo-Aguas Blancas para llegar a la ciudad de Orán, o la capital provincial, distante 288 kilómetros en línea recta, un número que no describe la complicación de recorrer esa distancia en el territorio.
Como el gobierno de Bolivia solo permite el tránsito de vehículos oficiales argentinos por su territorio, cualquier hijo de vecino que necesita viajar a otra ciudad argentina debe pedir que algún comedido lo lleve hasta el puente internacional que conecta el paraje argentino El Condado (ingreso, o salida, a Los Toldos) con La Mamora, en Bolivia, es un viaje de una hora aproximadamente. Desde ese punto, si tiene suerte, podrá continuar en un viaje a dedo, o deberá esperar un taxi o colectivo de Bolivia, hasta la ciudad de Bermejo, en la frontera con Aguas Blancas, del lado argentino.
Este recorrido, de 90 kilómetros, se puede hacer en dos horas, pero a veces demora tres, porque también de este lado se producen delizamientos y derrumbes y muchas veces hay que esperar que el camino sea limpiado, o liberarlo por sus propios medios. "A mucha gente le ha pasado eso de bajarse y ayudar a sacar las piedras, los palos".
No está permitido el tránsito entre ambos países, así que en Bermejo, donde hay controles de migración, no se puede pasar por el puente internacional. Entonces los viajeros bajan al río para cruzarlo en los famosos, e ilegales, gomones. Están a la vista, "a donde sabían funcionar las chalanas (antes de la pandemia), de las chalanas más abajito, o más arribita, depende de donde estén los gomones".
Segovia destacó que "es muy peligroso" cruzar el río de esta forma, pero enfatizó que no tienen otra. Y en los gomones "va y vuelve la gente, el que va a hacer diligencias urgentes, por trámites en la ANSeS o el Banco", o para ir al médico. "La otra semana me va a tocar a mí porque tengo mis hijos que están estudiando en la ciudad de Salta y estamos planeando salir con los gomones porque no hay otra manera".
Además del riesgo, el viaje es costoso. Un recorrido en los gomones puede costar desde mil a dos mil pesos. De la peligrosidad de la práctica, hablan las noticias de personas ahogadas en el río tratando de atravesarlo. "Gracias a Dios no ha pasado con la gente de aquí de Los Toldos, pero mucha gente de otros lados ha dejado la vida ahí, por cruzar".
Restricciones por la covid
Hace unos 15 días se detectaron casos de covid-19 en el pueblo. Y por resolución del COE municipal hay restricciones a la circulación y para la atención en los comercios, que deben seguir un protocolo respetando el distancimiento y el uso de satinizantes como el alcohol en gel.
El viernes último llegó un equipo de salud de Orán para ayudar en la atención a los enfermos. En su caso pudieron pasar por el puente internacional, realizando los trámites aduaneros, como se permite en el caso de que se trate de funcionarios, sean municipales, de la provincia o de organismos del gobierno nacional.
Ninfa Segovia contó que para salir del pueblo deben contar con autorización del COE local. En la salida son controlados por miembros de la Policía de Salta, que registran la salida y el día en que deben regresar, cuando deberán aislarse hasta ver si no desarrollan síntomas compatibles con la enfermedad. En cambio, en el ingreso a Bolivia por el cruce de La Mamora, no hay controles, pero solo puede ingresar a pie.
Segovia contó que desde el 20 de marzo de 2020, cuando se dictaron las medidas por la pandemia, los particulares no pueden salir en sus vehículos propios y señaló que eso les está generando inconvenientes. "Hay muchos vehículos particulares que necesitan hacer sus servicios y no podemos salir", con lo cual tienen vencidos los servicios, las revisiones técnicas, e incluso hay vehículos que se rompieron y no han podido repararlos.