Siguen sumándose críticas al presidente de la Cámara Federal de Casación Penal, Gustavo Hornos, después de que se conociera que habría visitado en seis oportunidades al expresidente Mauricio Macri entre 2015 y 2018 en la Casa Rosada y que reconociera mantener una relación social de larga data con el entonces mandatario y haber conversado sobre política judicial y penitenciaria. Quien ahora apuntó a la falta de ética fue su antecesora en el cargo, la camarista Ángela Ledesma, en una nota a la que accedió PáginaI12 y que dice que su conducta pone un manto de duda sobre el accionar de la justicia.
El jueves pasado, Hornos habló ante los cuatro presidentes de la salas que conforman la Cámara Federal y reconoció su relación social con Macri. Admitió haber discutido sobre política judicial, pero negó haber discutido los casos que estaban en trámite en el máximo tribunal penal del país.
Tres jueces que integran la Sala II de ese cuerpo, Alejandro Slokar, Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci, le recordaron cuáles eran los mandatos de independencia de los magistrados, en lo que fue la primera reacción de los casadores ante las denuncias y el descargo ofrecido por el presidente de la Cámara de Casación Federal.
Ledesma, que desde este año integra la Sala IV, se enteró de lo discutido por el presidente de su Sala, Mariano Borinsky, y ella fulminó con críticas a Hornos en una breve nota. “Le hago saber que las explicaciones brindadas me generan una gran preocupación, no sólo por ser juez del más alto tribunal penal del país, sino en particular por la representación del Cuerpo que ejerce este año”, escribió Ledesma.
“Los hechos que motivan la presente instalan irremediablemente un manto de duda con relación a principios básicos de la ética judicial, como la imparcialidad, la independencia, la responsabilidad institucional, la integridad, la transparencia y la prudencia; que no sólo incide en su figura como juez sino también en la institución que representa, con un daño en la confianza social imposible de mesurar”, agregó Ledesma, que hizo una larga enumeración de los principios que constan en el Código Iberoamericano de Ética Judicial.
Con la carta de Ledesma, son cuatro las voces que hicieron saber su preocupación por las reuniones de Hornos y Macri. Aunque el enojo es grande, es improbable que se junten las voluntades para que el juez deje la presidencia de la Cámara, que hasta el año ocupó Ledesma.
Hornos fue denunciado por el diputado Martín Soria en la causa en la que se investiga la existencia de una mesa judicial macrista, dedicada a presionar a jueces y fiscales, pero también a amañar causas en beneficio de los intereses del gobierno de Macri. Esa investigación está delegada en el fiscal Franco Picardi, que la semana pasada pidió los ingresos a la Casa Rosada y la residencia de Olivos en 2018.
El viernes pasado, el diputado del Frente de Todos pidió al Consejo de la Magistratura la remoción del magistrado y la suspensión preventiva. La denuncia de Soria deberá ser canalizada por la Comisión de Disciplina y Acusación, que desde el jueves está en manos del juez Ricardo Recondo. Se tendrá que elegir un consejero para que instruya el sumario, pero, a priori, parece difícil para el oficialismo conseguir los nueve votos necesarios para avanzar con el jury.
De la Casación Federal también está denunciado en el Consejo el juez Eduardo Riggi por Carlos Beraldi por haber paralizado la investigación sobre las presiones al Grupo Indalo, que tiene un entrecruzamiento de llamadas entre integrantes de la mesa judicial ordenado por la jueza María Servini.