Una hembra de hurón de patas negras se convirtió en el primer ejemplar clonado de una especie nativa de Norteamérica en peligro de extinción, lo que significa un avance clave en la recuperación de aquella especie cuyo nombre científico es Mustela nigripes.
Elizabeth Ann fue creada a partir de las células congeladas de Willa, un hurón de patas negras salvaje que vivió hace más de 30 años. Elizabeth nació en diciembre y fue presentada esta semana por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, Revive & Restore, ViaGen Pets & Equine, San Diego Zoo Global y la Asociación de Zoológicos y Acuarios.
Noreen Walsh, directiva del Servicio de Pesca y Vida Silvestre, señaló que todas estas organizaciones se unieron para lograr “la primera clonación de una especie nativa en peligro de extinción en América del Norte, que proporciona una herramienta prometedora para los esfuerzos continuos para conservar al hurón de patas negras”.
Elizabeth Ann fue entregada a una hembra del Centro de Conservación de Hurones, en Colorado, que la está criando junto al resto de los ejemplares con total normalidad.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre llegó a pensar que los hurones de patas negras estaban extintos hasta que un granjero de Wyoming descubrió una pequeña población en su tierra en 1981.
Esos hurones fueron capturados para comenzar un programa de cría en cautiverio con el fin de recuperar la especie, que actualmente se encuentra en peligro de extinción. Sin embargo, la escasa diversidad genética de los hurones de patas negras, ya que todos descienden de siete individuos, dificultó las tareas de recuperación.
“La clonación puede ayudar a abordar la diversidad genética significativa y las barreras de resistencia a las enfermedades para apoyar la conservación del hábitat y el restablecimiento de poblaciones adicionales en la naturaleza”, indicó el Servicio de Pesca y Vida Silvestre.
A su vez, precisó que sin una cantidad adecuada de diversidad genética, una especie puede ser más susceptible a enfermedades y anomalías genéticas, así como a una adaptabilidad limitada a las condiciones en la naturaleza y una tasa de fertilidad disminuida.
El Zoológico Congelado
Willa, el padre y la madre de Ann Elizabeth, fue uno de los últimos hurones salvajes capturado y no tiene descendientes vivos. El Departamento de Caza y Pesca de Wyoming tuvo la previsión de preservar sus genes y envió muestras de su tejido al Zoológico Congelado de San Diego Zoo Global en 1988.
El Zoológico Congelado, que cuenta con un banco criogénico, creó un cultivo celular de Willa y administró las células congeladas desde entonces, lo que hizo posible la existencia de Ann Elizabeth.
En 2018, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre emitió el primer permiso de recuperación para la investigación de clonación de una especie en peligro de extinción, lo que permitió a Revive & Restore iniciar análisis genéticos y pruebas de concepto.
A partir de estas investigaciones, ViaGen Pets & Equine creó con éxito embriones de la línea celular congelada y los implantó en un hurón sustituto doméstico.
Asimismo, un estudio genómico reveló recientemente que el genoma de Willa posee tres veces más variaciones únicas que la población viva. Esto significa que si Elizabeth Ann se aparea y se reproduce con éxito, podría proporcionar una diversidad genética única a la especie.
“Mantener y aumentar las poblaciones silvestres y un hábitat adecuado sigue siendo esencial para la recuperación del hurón de patas negras y seguirá siendo una prioridad para el Servicio”, resaltó Walsh.
“La clonación genética exitosa no disminuye la importancia de abordar las amenazas basadas en el hábitat para la especie o el enfoque del Servicio en abordar la conservación y el manejo del hábitat para recuperar hurones de patas negras”, concluyó.