Por la fuerte ola de frío que sacude a Estados Unidos y Canadá, esta semana las cataratas del Niágara quedaron casi congeladas, una postal que atrajo a miles de turistas que buscaron inmortalizar el fenómeno con sus cámaras.
El temporal, uno de los más fríos en décadas, incluye alertas por bajas temperaturas desde la frontera entre Estados Unidos y México hasta Canadá.
La semana pasada, un tornado en Carolina del Norte dejó muertos, heridos y varios destrozos, mientras que más de 4.1 millones de personas se quedaron sin electricidad en Texas, debido a que el extremo frío produjo una demanda de energía que la red eléctrica del Estado no puede satisfacer.
Canadá, por su parte, registró las más bajas temperaturas desde el 2017. En algunos lugares, la sensación térmica llegó a los -60 grados Celsius.
Las cataratas del Niágara son un conjunto de cascadas --la canadiense (Ontario), la estadounidense (Nueva York) y la "catarata Velo de Novia", más pequeña-- situadas en el río Niágara, a unos 236 metros sobre el nivel del mar. Su caída es de aproximadamente 51 metros.