Entre silbidos y abucheos, decenas de personas se movilizan en este momento a la puerta de la fiscalía de Villa La Angostura para pedir justicia por el femicidio de Guadalupe Curual, la joven de 21 años que fue asesinada ayer por la noche por su expareja, en pleno centro de la ciudad turística. “Ni una menos, vivas nos queremos”, se escucha gritar de fondo a vecinas y amigas de la joven.
“Hoy es un día muy triste para nosotros. Estamos acá con una inmensa cantidad de vecinos y vecinas, la realidad que estamos atravesando es muy dura”, contó Valeria Navarro, hermana de Lucía, la amiga con quien vivía Guadalupe.
Navarro describió que por la cercanía de su hermana, Guadalupe era como de la familia para ellos. Contó también que pudieron ver cómo la joven denunció repetidas veces a su expareja pero que nadie hizo nada para salvarla.
“Guadalupe había cortado hace rato con esa pareja porque era un hombre muy violento, pero él nunca quiso aceptar esta situación de corte y no paró de hostigarla. No paró hasta matarla. Más de seis denuncias hizo Guadalupe pidiendo por su vida y por la de su hija. Y nadie hizo nada”, contó Navarro en declaraciones a C5N.
El femicida tenía una restricción de acercamiento a la víctima, pero según contó la hermana de la principal testigo de la causa, “nadie se ocupa de que esas perimetrales se cumplan”.
“Mi hermana está en un estado de shock tremendo. Diez minutos antes de que la asesinaran, intentó buscarla para salvarla”, contó también.
De acuerdo al relato contado por Valeria Navarro, el femicida pasó las últimas 48 horas enviándole mensajes a Guadalupe, diciéndole que la iba a matar. “Mi hermana trató de no dejarla sola, habían llamado a un grupo de amigos para poder cuidarla. La policía estaba al tanto de las amenazas en las últimas 48 horas”, contó Navarro.
Asustada por el tono que fueron tomando los mensajes y amenazas, Guadalupe dejó a su hija en la casa de unos amigos. “Nadie, ni la Policía ni la Justicia hizo nada para que no la matara”, finalizó Valeria.