“Hacerle frente a la pandemia”. Con ese objetivo empieza hoy viernes la 14º edición del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), con una programación gratuita en su totalidad, y múltiples propuestas presenciales y virtuales, que operarán como un muestrario de lo que las artes escénicas fueron capaces de diseñar en el último año para seguir creando en un mundo paralizado.
Con una agenda que se extenderá hasta el domingo 7 de marzo, adultos y chicxs de todas las edades podrán disfrutar de más de 250 propuestas con más de 1400 artistas en 31 sedes y a través de diferentes plataformas virtuales con alcance a todo el país. La nueva edición no contará en esta oportunidad con la realización en simultáneo de Ciudanza, el festival de obras coreográficas que este año se desarrollará en septiembre, ni con ambiciosos proyectos a cielo abierto como la “Maratón Abasto” que desde 2019 se afianzó con multitudinarios despliegues en el espacio público. Pero su marca distintiva en el actual contexto será su formato híbrido con fusión de lenguajes y estéticas, y con el contexto pandémico como eje creativo de todas las producciones.
En ese sentido, y según anticipa Federico Irazábal, director artístico del festival, el FIBA buscará dar cuenta de esa mixtura de lo digital y lo analógico que copó el teatro y que, aunque ya existía, se intensificó con el aislamiento. “Frente al debate que apareció en el último tiempo acerca de si lo que se produce en la virtualidad es teatro o no, la comunidad artística no clausuró esa discusión y abrió las posibilidades. Y yo quería que el festival hiciera lo mismo”, sostiene en diálogo con Página/12 el director que estuvo a cargo de la selección de todas las obras internacionales. “La noción del teatro es histórica y va cambiando con el paso del tiempo. No sé qué puede pasar en el futuro. Pero sí sabemos que históricamente, ante cada crisis, el teatro se fue comportando de manera muy resiliente y fue encontrando el modo de sortear esa crisis, no negándola sino incorporándola”.
Y bajo ese espíritu de resiliencia, precisamente, es que debuta el festival este viernes, con la puesta en marcha del ciclo Pandemic Theatre, ideado por el diseñador y escenógrafo italiano Emanuele Sinisi, quien imaginó innovadores dispositivos escenotécnicos para seguir sosteniendo la presencialidad teatral sin descuidar los protocolos sanitarios. Así, y con este concepto, la apertura del FIBA se realizará en la sede Mandarine Cultural Tent, dentro del Complejo Punta Carrasco, donde se podrá disfrutar de espectáculos desde autos dispuestos de forma circular.
Comizi d´amore será la encargada de debutar hoy viernes a las 21 en este formato, con una dramaturgia que indaga en el amor y la sexualidad, basada en el documental homónimo filmado en 1965 por Pier Paolo Pasolini. Dirigida a la distancia por la compañía italiana Kepler-452, la obra cuenta con la actuación de performers argentinos y también podrá verse por streaming en el sitio Vivamos Cultura. Además, a esta modalidad se sumarán en funciones posteriores las puestas argentinas Fuego y pasión, con dirección de Jorge Eiro y Boom chapadama, con dirección de Lautaro Simione.
“El proyecto de Sinisi empezó a tener una circulación en la Argentina muy sorprendente para él, pero eso tuvo que ver con el interés que a todos nos despertó alguien que estuviese pensando en hacer teatro en este contexto”, explica Irazábal, quien contactó al diseñador. “Su idea me pareció hermosísima porque el edificio teatral es algo que sobrevive a los siglos, y el dispositivo que él crea es algo absolutamente efímero y tan frágil como puede ser el teatro en sí. Y ahí se me ocurrió que podíamos incluir ese proyecto en el FIBA. Lo hablamos con el Instituto Italiano de Cultura y el Teatro Coliseo, y les pareció alucinante la idea. A partir de ahí, empezamos a pensar qué contenido íbamos a presentar con ese dispositivo del círculo de autos. Quisimos que esto respondiera filosóficamente a lo que es este nuevo FIBA que no esconde ni niega la pandemia, sino que la mira de frente buscando respuestas proactivas”, agrega el director respecto a lo que será el estreno internacional del dispositivo.
El trabajo colaborativo entre artistas locales y extranjeros es otro de los puntos fuertes de la sección internacional integrada por 16 propuestas provenientes de Italia, Alemania, Suiza, Canadá, Francia, España, Corea, Estados Unidos, Japón, Chile y Bolivia. “FIBA quiere poner a artistas internacionales en vínculo creativo con artistas argentinos para que ambos muestren lo que tienen para dar. Lo que verdaderamente nutre a unos y a otros es el trabajo colectivo, porque ahí en ningún caso ninguno impone su modelo o lenguaje, y ambos terminan atravesados”.
Siguiendo esta línea, podrán verse algunas propuestas como AshramMommies, el último proyecto de la compañía alemana Agency que cerrará el festival el domingo 7 con una función virtual vía Zoom, donde podrá verse un encuentro virtual (que transcurre en simultáneo en Dubai, Alemania y Argentina) entre una mujer europea en busca de un bebé, una posible madre subrogante de la India, y lxs espectadores, que pasan a ser posibles inversores o sustitutos, en un evento exclusivo.
Por otro lado, en versiones analógicas, se presentarán Resiliencia, de la artista francesa Séverine Fontaine, un espectáculo multidisciplinario que contará con una modalidad de recorrido por el espacio público y que cuenta con la participación y la colaboración de habitantes y artistas del Barrio 31; Virtual Crossings, de Gilles Jobin, Edgardo Mercado y Damián Turkien, proyecto de danza cocreado entre artistas de Suiza y la Argentina quienes trabajan a distancia utilizando tecnología de captura de movimiento y Asses.masses, de Patrick Blenkarn y Milton Lim, una representación montada a través de un videojuego, que trata sobre cómo compartir el peso de la revolución, el juego digital y lo obsoleto de la mano de obra.
A ellas, y con opciones grabadas o en vivo, se sumarán otras piezas digitales como Dancing (Buenos Aires), desde Suiza; Explore el jardín de los Cárpatos (España); Leyes (Bolivia); Malú a mil (Chile); Reminiscencia (Chile); Revisitando la obra Somoo en residencia (Corea del Sur); Santa Estasi (Italia); This crazy show (Canadá); You are here (Estados Unidos); Chau, Europa (Argentina/Suiza) y La velocidad de la luz (Argentina/Japón). Todas podrán verse online accediendo a Vivamos Cultura.
En sintonía con el objetivo de fortalecer el vínculo entre artistas y expandir los alcances de la producción local en tiempos de fronteras cerradas y restricciones de circulación, el FIBA se vale también de la tecnología para seguir en contacto con el nutrido mercado internacional de programadores que en ediciones anteriores concurrían al país a descubrir lo que acontece en la escena local. Por eso, esta vez, a través del sitio Vivamos Cultura, programadores de todas partes del mundo podrán acceder de manera privada a todo el contenido del festival, e incluso encontrarse de manera virtual con los artistas. “Yo ya no me imagino un futuro con un mercado meramente analógico, sólo para los programadores que pueden viajar. Y en ese sentido creo que vamos a tener que seguir trabajando con un formato híbrido, porque nos dimos cuenta que como herramienta de producción y circulación eso es algo válido, y ahora podemos tener una plataforma a través de la cual los programadores pueden encontrarse con los artistas, y ese es un modo de multiplicar la cantidad de viajes que un programador puede hacer en el año”, apunta Irazábal.
La sección de obras nacionales también tendrá su espacio con 43 obras seleccionadas de 950 propuestas presentadas (récord en el historial del festival), y que se sumarán a más de 20 proyectos invitados por instituciones públicas y privadas. Un comité curatorial integrado por el mismo Federico Irazábal, Natalia Laube, Mónica Berman y Silvina Grinberg estuvo a cargo de elegir las piezas que podrán verse y que, de la misma manera que en el plano internacional, buscan dar cuenta de las innovaciones y esfuerzos creativos de la comunidad artística local.
Divididas en tres categorías -proyectos estrenados, a estrenar y creados durante la cuarentena-, algunas obras nacionales recogen la experiencia de la utilización de plataformas digitales como posible espacio escénico, como en el caso de Callará el silencio, historias de cartón; Caja Negra 2020; Cinezoom y Hace falta un zoom para saber que el mundo es un revoltijo, mientras que otras transcurren en el espacio urbano como Jardín Sonoro volumen 2; Nada de carne sobre nosotras; Museo de lo efímero; Para decir adiós y Zoraida, la reina del Abasto.
“Desde el punto de vista del lenguaje teatral, cada vez que el teatro sufrió algún tipo de cimbronazo el sector absorbió esa situación, la reelaboró y la resignificó”, reflexiona el director artístico del FIBA. “No creo que los artistas sigan filmando producciones cuando estemos todos inmunizados, se decrete el fin de la pandemia y nos olvidemos del Covid-19, pero sí creo que el lenguaje audiovisual y digital va a seguir presente en el dispositivo escénico de algún modo. Porque la pandemia no inventó procedimientos, pero sí los radicalizó”.
Novedad absoluta que asoma en esta edición es el FIBITA, sección infantil que por primera vez aparece con su nombre institucional y una serie de contenidos coproducidos por el FIBA y pensados para distintas edades. Propuesta destacada para los más chiquitos será la de Mi don imaginario, musical que se estrenará en el anfiteatro del Parque Centenario el 5 de marzo, y dará cierre a la agenda presencial del FIBA. Pensada como un homenaje a Hugo Midón, cuenta con la idea y dirección de Pablo Gorlero, libro de Mariano Taccagni, y con la actuación de Ana María Cores y un gran elenco del teatro musical argentino.
Por otro lado, otro de los platos fuertes para chicos y adolescentes es el ciclo Bardo Criollo: acercamientos Shakespereanos en tres piezas, una coproducción del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y la Compañía Criolla, que presentará dos obras en pequeño formato sobre el universo del dramaturgo isabelino que ya formaron parte de la programación de Verano en la Ciudad: Sueño y Mabel, una tragicomedia escocesa, más el estreno de una tercera pieza: Vidas futuras, donde se propone un encuentro íntimo entre lxs espectadorxs y tres personajes femeninos icónicos de Shakespeare, reencarnados en mujeres contemporáneas.
En los jardines del Museo Larreta, se presentará Una aventura sonora, con un recorrido guiado con ojos vendados, apto para no videntes, y pensado para chicxs de 8 a 12 años. Y también con modalidad auditiva, se podrá disfrutar de Experiencias en rimas, un viaje con auriculares por la Librería de Ávila, la más antigua de Buenos Aires. La programación completa puede consultarse en: buenosaires.gob.ar/festivalesba.
“El FIBA fue buscando gradualmente vínculo con los niños y tratando de generar más programación, y este año teníamos un volumen de trabajo para el público infantil que cuando lo vimos pensamos que podía ser una sección dentro del festival”, cuenta Irazábal, quien sostiene que el FIBITA llegó para quedarse. “A partir de ahora, siempre tendrá que haber un buen cuerpo de obras vinculadas a los niños y eso responde a una decisión estratégica porque ellos son los espectadores del futuro. Desde todos los organismos que producimos teatro tenemos que ayudarlos a vincularse desde el juego, con propuestas de calidad y muy pensadas desde la dirección y desde el trabajo de los artistas”.
La programación de la 14º edición se completará con actividades especiales. En el Teatro Picadero, se llevará a cabo el encuentro Reimaginando el futuro, reinventando las colaboraciones internacionales: desafíos y estrategias, con la programadora franco-austríaca Lise Lendais y la participación de representantes de instituciones internacionales. Por otra parte, a 150 años del nacimiento de Rosa Luxemburgo, la Fundación que lleva su nombre celebrará con una serie de performances en los jardines del Museo Sívori. Y en Vivamos Cultura se podrá acceder a videos variados que apuntan a enriquecer las obras y el material exhibido en el festival, como el del ciclo de entrevistas: La voz escrita, a diferentes autores y autoras de teatro.
Las entradas para todas las actividades son gratuitas y con reserva previa online, desde 48 horas antes de cada espectáculo en la web buenosaires.gob.ar/festivalesba. Se podrá reservar una entrada por persona por función. Y todos los eventos que forman parte de la programación en la plataforma vivamoscultura.buenosaires.gob.ar/ pueden ser disfrutados libremente sin necesidad de reservar, igual que los eventos transmitidos por YouTube Live.