Varios museos europeos evalúan la posibilidad de devolver obras que forman parte de sus colecciones que fueron obtenidas mediante el saqueo y el colonialismo. El caso más notable es el del Museo Británico, que ha empezado una tarea de curaduría para revisar la colección y los casos del material que es reclamado por otros países.
Isabel MacDonald se encargará de revisar el material acumulado en el Museo Británico desde su inauguración en 1759. Hay ocho millones piezas, y la mayoría no está a la vista de los visitantes, sino en las galerías subterráneas, de un museo que está cerrado por la pandemia de coronavirus.
Los reclamos comprenden a personajes como Hans Sloane, el hombre cuya inmensa colección de 71 mil objetos fue la base del fondo del Museo. Sloane, cuya donación permitió existencia de la institución, viajó por el Caribe y estuvo vinculado a prácticas esclavistas. Las demandas alcanzan también al explorador James Cook, el principal navegante del Océano Pacífico en el siglo XVIII.
El acervo del Museo es inmenso. Los Mármoles del Partenón son reclamados por Grecia. La Piedra de Rosetta también forma parte de un litigio con Egipto, que reclama la estela en la que se talló un decreto 200 años antes de Cristo.
A dichos objetos se suma el material obtenido en incursiones militares en África y las piezas saqueadas en China, la isla de Pascua y Oceanía.
“El principal objetivo es analizar la historia y ponerla en contexto", afirmó MacDonald, para quien "el British es en realidad una colección de colecciones, ya que pocos objetos los ha comprado directamente, la mayoría son donaciones”.
Qué pasa en Francia y Holanda
Al caso británico se suma Francia. El Senado galo devolvió 27 piezas a Senagal y Benín a fines de 2020, en el marco de un programa de restituir de ese acervo “temporal o permanente” a sus países de origen.
Etiopía, mientras tanto, pide a Francia que devuelva más de 3 mil objetos, y Chad reclama otros 10 mil. Solamente en el museo del Quai Branly-Jacques Chirac hay 70 mil objetos llevados de África.
Holanda anunció una política similar. En su caso, se trata de 450 mil piezas. Una de las más importantes es un diamante de 70 quilates que perteneció al sultán de Banjarmasin, una calabaza de plata de Curazao y un banjo del siglo XVIII, que perteneció a un esclavo de Surinam.
Alemania niega el debate
Sin embargo, hay una gran excepción: Alemania. Allí, las autoridades se escudan en la idea de exhibir el material desde una perspectiva no europea.
A fines de 2020 se inauguró en Berlín un gran centro cultural, el Humboldt Forum, que reúne material del Museo Etnológico y del Museo de Arte Asiático. Se trata de más de 20 mil obras procedentes de África, Sudamérica, Asia y Oceanía.
Entre algunos casos particulares en territorio teutón, cabe mencionar uno de los bronces de Benín, que se llevaron colonizadores ingleses y acabaron en Alemania. Nigeria reclama su devolución. Alemania se niega y la ministra de Cultura, Monika Grütters, afirma que el Humboldt Forum será “un modelo y una referencia” para la reflexión sobre el colonialismo: una manera de negar con elegancia el debate por la restitución.
El otro caso que involucra a Alemania es el del busto de Nefertiti, que se expone en Berlín. El egiptólogo alemán Ludwig Borchardt lo llevó en 1913 y es reclamado por Egipto. La pieza está en manos de la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano, que afirma que los papeles avalan su posesión.