Es un libro concreto, sin rodeos fútiles, como la música de Vox Dei. Dos autores –un melómano animal de radio + un guionista de cine—colocan al cuarteto-trío en su lugar histórico, estético y humano. De paso, revelan anécdotas casi o totalmente desconocidas para los seguidores de una de las bandas más importantes de la historia del rock argentino. Que los vecinos le tiraban gusanos durante los primeros ensayos suburbanos. Que uno de los primeros temas que compuso Ricardo Soulé, inspirador central de La Biblia, se llamó “Hey, Satán”, ironizando sobre la idea de sellar un pacto con el demonio, al modo Robert Johnson, para que les dieran bola los productores. Que inventaron el neologismo “Concofonía” con el fin de definir aquella notable obra conceptual como una sinfonía con voz. Que Rubén Basoalto solía salir a tocar desnudo –arropado en una bandera-- y por eso le decían “Choriman”. Que Soulé armó una efímera banda con Pappo, en Londres, que se llamó Monster Feet. Que el retorno del histórico Juan Carlos “Yodi” Godoy se produjo, paradójicamente, en el “Adiós Vox Dei” de abril del 81´en Obras.
Y así, completando varios “que”, el melómano cordobés –Lucas Fernandez— y el guionista rockero, Néstor Petruccelli, van hilando fino durante las doscientas páginas que pueblan Historias de Vox Dei… así, en plural. “Lo del plural lo que hace es anticiparle al lector que esta no es “la historia”, ni “la única historia”, simplemente son las historias que nosotros quisimos contar”, detalla Fernández, productor y conductor del programa “Mama Rock”, en Radio Nacional Córdoba. “Para contar esos contrapuntos la opción fue hacerlo, salvando las distancias y la temática, con una estructura similar a la utilizada por el director Akira Kurosawa en su película Rashomon, donde cada uno de los personajes --en este caso los músicos-- dan su testimonio y parecer. Esto es algo que destacó Willy Quiroga al decir que el libro es interesante ´porque cada uno dice su verdad´”, ahonda Petruccelli.
Varios caminos condujeron a los autores hacer justicia literaria con la tremenda banda de Quilmes. Por un lado, varios fanas de Vox Dei veían en Fernández al tipo indicado para hacerla, básicamente por el material que conserva como coleccionista y por sus contactos frecuentes con todos los integrantes del grupo, pero también por su admiración hacia el cuarteto devenido trío –y viceversa—del que no se había escrito lo suficiente. “Más allá de nuestro afecto y gusto por las composiciones de Vox Dei, nuestra intención fue brindarle el reconocimiento que se merecen dentro de la cultura popular. En mi caso, ellos fueron la puerta de entrada al Flaco Spinetta, a Pappo, a Led Zeppelin, a Deep Purple, a la psicodelia de Pink Floyd y los sinfónicos Yes”, admite Petruccelli. “Pensemos, por ejemplo, que La Biblia fue encarada por unos jóvenes pelilargos veinteañeros que se atrevieron a interpretar las sagradas escrituras para brindar una creación musical con un claro mensaje humanista y universal”.
El trabajo forma parte de la importante saga sobre historias del rock argentino que vienen realizando Miguel Dente, desde la publicación de Tícher de Luz, biografía de Luis Alberto Spinetta publicada en 2011, a través de Ediciones “Disconario”. Fue él, incluso, quien le ofreció al dúo escribir algo para la colección “Portarretratos”. Tras ello, mails que van wasap que vienen, Fernández y Petruccelli se encontraron personalmente en un bar de Callao, en el invierno de 2018, y consensuaron el perfil del libro. “Desde un principio, los dos teníamos en claro el enfoque. Las páginas debían incluir las experiencias previas de los fundadores del grupo, las motivaciones que dieron a sus canciones, la gestación de La Biblia y por sobre todo resaltar la obra en sí. Pero siempre teniendo en cuenta todas las voces y opiniones de los integrantes, sumado los testimonios de quienes participaron de alguna u otra manera en la larga trayectoria del grupo”, señala el guionista de Bruno Motoneta y Poder de cuarta, acerca de un trabajo con mucho de laburo propio. La mayoría de las entrevistas, en rigor, salieron del profuso archivo sonoro que viene cosechando Fernández, en casi veinte años de “Mama Rock”, un material adobado con revistas de época, documentales, libros y fotografías, muchas de ellas inéditas. “Por supuesto fuimos chequeando toda la data… Lucas se encargó de la investigación periodística y yo de la parte histórica”, aclara Petruccelli.
--¿Cuáles fueron las anécdotas que más los sorprendieron en este camino de rastreo histórico-periodístico?
Lucas Fernández: --Hay tres imperdibles, para mí. Un dato muy curioso y que pudimos indagar es que en 1969 la banda compuso la música y participó de la obra teatral La noche que salimos a tocar las estatuas, y una de sus protagonistas, Mirta Busnelli, prestó su memoria y su testimonio para el libro. Otro dato interesante es el hallazgo de un acetato, cedido por Santos Dobaran, con dos canciones de The Styles, la banda de barrio de Soulé, previa a Vox Dei. Y el tercero es haber contado con el testimonio de tantos músicos, que enriquecieron mucho la historia. Hubo lugar para cada uno de los músicos, violeros en su mayoría, que pasaron por las distintas formaciones de la banda, un trabajo nunca antes realizado. Además de lograr la palabra de las “figuritas difíciles” como Danny Peyronel de los Heavy Metal kids que grabaron una canción de los Vox Dei en Inglaterra; Tom Grignon, el baterista norteamericano que participó del disco Romances de gesta de Soulé en 1982. Y los testimonios de Andrés Calamaro y Fito Páez, contando sus experiencias cuando ambos fueron invitados para la regrabación de La Biblia en 1997.