Alejo Ramos Padilla juró este viernes como titular del estratégico juzgado federal 1 de La Plata, que tiene competencia electoral en toda la provincia de Buenos Aires. Después de casi diez años en el juzgado federal de Dolores, desde donde impulsó la investigación sobre el espionaje político-judicial macrista, Ramos Padilla vuelve a La Plata, donde había actuado como abogado en los juicios por la verdad y como querellante en los juicios de lesa humanidad.
El salón que la Cámara Federal de La Plata preparó para la jura del juez de 45 años estaba repleto. Algunos empleados se juntaron afuera para saludar al nuevo magistrado de la jurisdicción. Entre ellos, estaba el encargado de registrar en video las audiencias de los primeros juicios que se hicieron en La Plata tras la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Lo reconoció y se le acercó. El hombre recordaba al juez de cuando era un joven abogado que caminaba ese edificio junto con María Isabel "Chicha" Chorobik de Mariani, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo.
"Chicha" falleció en 2018, pero en la jura estuvo su compañera de años y años de lucha, Elsa Pavón, que fue a acompañar a Ramos Padilla. Elsa preside la Asociación Anahí, desde donde se impulsa la búsqueda de Clara Anahí, la nietita de "Chicha" robada en 1976. Además, estaban los integrantes del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) La Plata, quienes pasaron también a conocer el despacho del tercer piso del edificio de 8 y 50, donde estará instalado de ahora en más Ramos Padilla.
La Cámara Federal de La Plata estuvo en pleno en la jura. Dos de los tres integrantes de la Cámara Nacional Electoral, que también serán los superiores de Ramos Padilla, viajaron hasta La Plata para acompañarlo. Allí se los vio a Santiago Corcuera y a Daniel Bejas, el último llegado a la CNE. El juez Alejandro Tazza, que preside la Cámara Federal de Mar del Plata, también se desplazó hasta La Plata para presenciar la jura de Ramos Padilla.
Estaba, además, el flamante presidente del Consejo de la Magistratura, Diego Molea, que antes había estado en Tecnópolis, monitoreando cómo se lleva adelante el concurso para los dos puestos de la Cámara Federal porteña que están vacantes y actualmente ocupan Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi. Uno de los que pasó a saludar fue el ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak, que fue acompañado por el subsecretario Inti Pérez Aznar. Estuvo, claro, el padre del juez, el camarista Juan Ramos Padilla y el resto de la familia.
Ramos Padilla es juez federal desde septiembre de 2011, cuando juró al frente del juzgado de Dolores. Mientras estuvo a cargo de ese juzgado, también subrogó en el de Bahía Blanca, desde donde impulsó la investigación por los crímenes de la Triple A y declaró en rebeldía al entonces camarista Néstor Montezanti, que se negaba a comparecer en el juez para responder por los delitos de lesa humanidad que le imputaban.
Ganó el concurso para juzgado federal 1 de La Plata, que estaba vacante desde 2014 tras la muerte de Manuel Blanco, en pleno macrismo. El gobierno de Mauricio Macri buscó su remoción por impulsar la investigación sobre el espionaje que tenía como vértice a Marcelo Sebastián D'Alessio, pero que terminó llegando al corazón de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) con los procesamientos de las máximas autoridades durante el macrismo, Gustavo Arribas, Silvia Majdalani, y el exdirector de Reunión Buenos Aires Pablo Pinamonti. Como con Montezanti, declaró en rebeldía a uno de los pesos pesados de Comodoro Py, el fiscal Carlos Stornelli. En La Plata lo esperaba un año electoral y un juzgado de peso en materia penal.