Desde Paraná
Terminaba la siesta del viernes en la capital entrerriana cuando se leyó el acuerdo al que había llegado el jurado de doce personas después de haber escuchado los alegatos finales de la fiscalía, la querella y la defensa en el juicio por el femicidio de Fátima Acevedo: declararon a Jorge Nicolás Martínez culpable de los tres cargos por los que estaba imputado. Las acusaciones correspondían a lesiones graves de tentativa calificada agravada por el vínculo (intentó arrojarle ácido muriático a la cara); defraudación especial mediante el uso de tarjeta magnética en grado de tentativa (quiso sacarle dinero de su cuenta bancaria); y homicidio agravado por tratarse de su expareja y en un contexto de violencia de género.
En la puerta del Poder Judicial, donde se manifestaban amigas, familiares y la Asamblea de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans de Paraná junto a otras organizaciones sociales, se desataron los gritos de desahogo. “Ni una menos, viva nos queremos” y “Fátima Acevedo, presente, ahora y siempre”, fueron los primeros cantos colectivos luego de conocido el veredicto. Florencia Pérez, amiga de Fátima, se abrazaba entre lágrimas con Sandra Boja, otra expareja de Martínez, también víctima de su violencia, que testificó en el juicio, que había comenzado el lunes anterior. “Siento alivio. Tengo un dolor muy grande porque a pesar de todo, como decían las chicas, no va a haber un femicida en las calles, sino que va a estar en la cárcel; pero yo voy a seguir sin mi amiga, sin tomar un mate con ella. Que descanse en paz, era mi objetivo”, compartió Florencia con Página 12. “Estoy muy contenta con la decisión porque se hizo justicia. Lamento mucho que haya llegado hasta este punto, pero por fin se hizo justicia y yo puedo volver a comenzar mi vida normal. Fátima no, pero tengo la seguridad de que va a descansar tranquila”, expresó Sandra.
“Estamos muy emocionadas. Se demostró que un jurado popular es capaz de dar sentencia justa a un femicida que había tenido varias causas antes y por falta de articulación entre la Fiscalía de Género y el Juzgado de Familia no estaban informados. Esas cosas hicieron que no tengamos hoy a Fátima, que la anterior pareja de Martínez casi fuera asesinada, y eso hace que en el día de hoy muchas mujeres todavía estén teniendo que peregrinar por los pasillos de los tribunales para pedir resguardo ante la violencia machista sin ser atendidas”, opinó Luz Omar, integrante de la Asamblea de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans de Paraná. “Fátima no solamente está muerte por causa de Martínez, sino por la complicidad judicial y estatal. Este ha sido el primer paso, nosotras sabemos muy bien que las responsabilidades no se terminen en Martínez y vamos a seguir luchando por visibilizar las razones por las que hay cada vez más mujeres muertas”, agregó. Respecto a este rol estatal, la abogada de la familia, Alejandra Pérez, le dijo a este diario: “Creo que no habríamos llegado a esta instancia de haber habido una buena tarea del Estado. No obstante, no es ni intención de la querella ni intención de los padres hacer ningún tipo de acción contra el Estado, por ahora. Es lo que me han manifestado”.
El cuerpo sin vida de Fátima Florencia Acevedo fue encontrado el 8 de marzo de 2020 dentro de un aljibe en un área suburbana de la ciudad. La protesta por este femicidio ocupó el reclamo central de la manifestación de mujeres, que esa misma tarde rodearon los tribunales provinciales, en lo que fue la última gran concentración en la ciudad antes de la pandemia. El impacto de la noticia generó incluso la suspensión de la fecha prevista de la Fiesta Nacional del Mate, organizada por la municipalidad, a quien también iban dirigidas las críticas ya que Fátima había desaparecido el 1 de marzo tras salir de la Casa de la Mujer de Paraná, institución estatal en la que estaba alojada con su hijo luego de haber denunciado a Martínez por violencia de género. Por esa situación, los movimientos de mujeres apuntaban a la responsabilidad directa del Estado, relacionando el caso al de Úrsula Bahillo. "La omisión del Estado es una violencia institucional, ni más ni menos que la entrega de las víctimas al femicida”, argumentó Nadia Burgos, de Juntas y a la Izquierda.
En la jornada de la sentencia, desde temprano, más de doscientas personas, en su gran mayoría mujeres, se concentraron en el acceso principal a los tribunales provinciales sobre calle Laprida. La Asamblea de Mujeres se ocupó de la transmisión sonora en vivo del juicio que se desarrollaba en el salón de actos del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos. “Yo sabía, yo sabía, que a los femicidas, los cuida la policía y la justicia” y “sos responsable, vos sos igual, sos el estado femicida y patriarcal” eran dos de las consignas que más se escuchaban entre las organizaciones presentes: Nueva Izquierda, Polo Obrero, CCC, Movimiento Evita e integrantes de Nuestramérica. Un gacebo de la CTA ofreció algo de sombra durante la mañana estival. Los carteles pedían “Justicia por Fátima” y también, a mano alzada, reproducían uno de sus últimos mensajes que circuló por WhatsApp: “Cuando termine muerta van a hacer algo”. Los vidrios de las puertas de entradas a la institución judicial fueron cubiertos con consignas en afiches, y las escalinatas y el descanso intermedio pintado con aerosol: “Hartas”, “Perpetua”, “Por Fátima y por Úrsula!!!”, se leía.
La jueza María Carolina Castagno dispuso que Martínez permanezca con prisión preventiva en la Unidad Penal N°1 de Paraná, hasta que la sentencia quede firme. La determinación de la pena será el próximo viernes a las 17. Las expectativas de la querella y de la fiscalía es que la condena sea a cadena perpetua.