Cansada de las reiteradas agresiones, Noemí Farías (44) denunció por violencia de género a su ex pareja, el intendente de Colonia Santa Rosa, Jorge Mario Guerra. El detonante fue un ataque que sufrió el 8 de febrero, tras eso la mujer finalmente decidió radicar la denuncia está semana, en la Comisaría 23 del municipio del norte salteño.
Además, realizó una presentación ante la Secretaría de Trabajo de Salta reclamando que Guerra le abone los años en los que ofició de secretaria administrativa en el consultorio médico que tiene el jefe comunal, durante los que nunca recibió una remuneración.
En diálogo con Salta/12 Farías narró distintos hechos de violencia que venía sufriendo desde hace años, pero que se incrementaron en 2020, según la denunciante, "debido a los problemas de Guerra en el municipio". "La gente se molestaba con él y él se desquitaba conmigo", sostuvo la mujer, que es enfermera.
En declaraciones a radio Estación del Sol el intendente dijo que se trataba de "cuestiones personales y privadas". "Sería bueno que lo charlemos en privado, pero ahora la Justicia determinará cuáles son las acciones a seguir", manifestó. Al mismo, tiempo deslizó que las denuncias de su ex pareja se hicieron en un contexto de elecciones, en donde él tiene una "lupa política" encima.
Guerra se había mudado a la casa de la denunciante en 2017, aunque ambos mantenían una relación desde hace varios años, según contó la mujer a este medio. El 8 de febrero el vínculo de hecho de ambos concluyó por una situación de violencia de género que la mujer sufrió en las calles del pueblo.
Previo a eso, el viernes 5, tras una nueva discusión, el mandatario comunal le dijo que si no le gustaba el trabajo de secretaria del consultorio se podía retirar, lo que Farías hizo horas después.
Ya sin ese trabajo, la mujer inmediatamente optó por empezar a atender una panadería de la cual es dueña. Según su relato, el 8 de febrero Guerra fue a este local y cuando la vio trabajando, le recriminó entre insultos que no estuviera en el consultorio. "Parece que él pensaba que lo que había pasado días atrás era un berrinche de pareja, pero yo ya estaba cansada del maltrato y la falta de respeto de él y de sus hijos", subrayó la mujer.
Ante la negativa de regresar, Farías relató que el intendente la sujetó con fuerza y la empujó contra una pared mientras la golpeaba en la cabeza y la espalda. Luego la llevó a empujones hasta su camioneta y la subió a la fuerza. Varios testigos presenciaron la escena.
Ya en el vehículo, "veo que busca algo atrás, un bolsito negro, y ahí tenía un arma. Yo con miedo le pregunto si me pensaba matar y el me respondió: '¿qué te pensás, que me voy a ensuciar con una porquería como vos?'". Farías dijo que ella sabía del arma, pero que él cuenta con el permiso para portarla.
En el transcurso de ese viaje, Guerra la llevó a la comisaría de la localidad y le dijo en tono burlesco que se bajara y le hiciera la denuncia, dándole a entender que no iba a prosperar ni a traerle consecuencias por ser el intendente. Farías no se bajó porque "como vivimos juntos, si yo me bajaba, él arrancaba la camioneta y me iba a destrozar la casa".
Así ambos se dirigieron al domicilio compartido y minutos después llegaron la hija y la empleada de la víctima, reclamando que saber cómo estaba, después de presenciar el hecho de violencia minutos antes.
"Yo no lo veo desde ese día y no lo había denunciado aún, pero un policía (de Colonia) me dijo que si dejaba pasar el tiempo, la denuncia no iba a valer", contó. Recién el lunes 22, la mujer se animó a denunciarlo por lesiones y amenazas. Ese mismo día, el hijo de Guerra fue a la vivienda de Farías a llevarse algunas de las pertenencias de su padre.
Para Farías, ese hecho se desencadenó porque "a él le molestó que yo haya estado en la panadería y no en el consultorio". Recordando los sucesos de violencia, la mujer dijo que "prefería que (Guerra) esté en la municipalidad y no en mi casa".
Actualmente, está viviendo en el local de su panadería porque es un lugar "más transitado e iluminado", ya que manifestó tener miedo de quedarse en la casa que compartía con Guerra, ante posibles represalias. Farías fue citada este miércoles en las oficinas de la Fiscalía de Colonia Santa Rosa y le informaron que la semana entrante le llegará la citación para dirigirse a Orán y brindar testimonio ante la fiscala María Sofía Guiomar Fuentes.
"Lo único que espero es que se me tome el interrogatorio y que no lo vayan a cajonear", expresó. Después de que sea citada, le informaron que llegará el turno a su ex pareja. Este medio intentó contactarse con el intendente, pero no obtuvo respuestas.
También violencia económica
Además de las situaciones de violencia física y psicológica, Farías sumó la violencia económica. Esto fue porque un tiempo después de que formalizaron la relación hace 4 años, la mujer también empezó a trabajar en el consultorio privado del médico como su secretaria administrativa.
Sin embargo, nunca se dio una formalidad laboral para Farías, que no tuvo en sus años trabajados un sueldo fijo porque, bajo el argumento de que eran pareja, "vivíamos al día". Por esa razón, le envío el 19 de febrero una carta documento al intendente para que le reconociera el trabajo realizado, además, de hacer una presentación ante la Secretaría de Trabajo de la Provincia.
"Le dije que me pague los 4 años trabajados, pero siempre me contestaba que no y me decía que lo que hago es por mi diabetes y que por eso me pongo loca o soy una enferma", relató. "Yo necesito trabajar para comer y pagar los estudios para mi hija, pero él me faltó el respeto en el lugar que estaba trabajando", señaló en referencia a la situación vivida en la panadería.