Hubo un hombre que fue la memoria poética de toda mi generación. La leyenda cuenta que cuando Horacio Pilar perdió el manuscrito de su libro de poemas su amigo Santana gracias al don superlativo de volver sobre el poema le reconstruyó íntegro.
Como muchos hombres yo amaba a Santana, escuchar su voz recitando, corrigiendo, alterando sutilmente un poema, sentir su precisión en el Decir y ser un discípulo de su pasión. Siempre sentí pena por quienes no lo conocían.
Si es verdad que hay hombres que justifican una generación el gran Santana, Cacho, mi querido negrito, ese hombre fuiste vos