El número de militares en altos cargos de la administración pública de Brasil se duplicó durante la presidencia de Jair Bolsonaro. Además del ministerio de Defensa, que suele albergar a miembros del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, carteras como la de Salud y Medio Ambiente avanzaron significativamente. Entre enero de 2019 y septiembre de 2020 se pasó de 188 a 342 militares en puestos altamente remunerados.
Este salto ignora la necesidad de experiencia previa en áreas sensibles como la lucha contra la pandemia de covid-19 y el control de la deforestación. La cifra actual sería aún superior si se confirma el nombramiento del general Joaquim Silva e Luna como presidente de la estratégica petrolera estatal Petrobras, mientras que el almirante Flávio Rocha, actual secretario de Asuntos Estratégicos, se convertiría en el nuevo jefe de la Secretaría Especial de Comunicación.
Durante los mandatos de Dilma Rousseff y Michel Temer, el porcentaje de militares en la administración pública no superó el 2,5 por ciento. Pero con Bolsonaro en el poder, en septiembre de 2020 la presencia militar era ya del 6,5 por ciento en los puestos que perciben un privilegiado sueldo de entre 6 mil y 16.900 reales. Los datos provienen de un informe realizado por el senador de Ciudadanía, Alessandro Vieira, y la diputada Tabata Amaral del Partido Democrático Laborista. Las cifras a su vez fueron contrastadas y actualizadas por el diario O Globo.
Para el politólogo de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, Mauricio Santoro, la expansión militar, inicialmente ligada al intento de crear una imagen "técnica" del gobierno, pasó a obedecer a una lógica de crisis. "Los militares se hicieron cargo de Salud porque el presidente no encontró médicos dispuestos a implementar su visión negacionista. Entraron en Ibama (Instituto Brasileño del Medio Ambiente), donde Bolsonaro tenía problemas con su política ambiental. Esto es también lo que sucede, en parte, en Petrobras", sostuvo Santoro en declaraciones a O Globo.
Luego de un primer año de gobierno marcado por una baja de popularidad y el avance de las investigaciones judiciales que salpican a la familia Bolsonaro, Presidencia tuvo el mayor incremento entre todas las agencias, con los nombramientos de 34 militares en puestos estratégicos. El principal fue el titular de la Casa Civil (órgano que funciona como una suerte de jefatura de Gabinete), asumido por el general Braga Netto en febrero de 2020.
El ministerio de Medio Ambiente, criticado en medio de incendios récord, tuvo nombramientos militares en las superintendencias de Ibama en Amazonas, Amapá, Pará, Mato Grosso do Sul y Rio. La cartera de Salud es ahora la tercer área con más militares en el gobierno. El ministro Eduardo Pazuello, general activo, nombró a 21 militares para ocupar distintos puestos.
De confirmarse el cambio de dirección en Petrobras, Joaquim Silva e Luna sería el primer presidente militar en la compañía estatal desde tiempos de la dictadura (1964-1985), un período que Bolsonaro ha defendido en repetidas ocasiones. El cambio reavivó el temor de que el mandatario de ultraderecha decida intervenir en la política de precios de la petrolera estatal, con miras a alcanzar la reelección el próximo año.