Signo de los tiempos: la 71° edición de la Berlinale, que comienza este lunes 1° de marzo y se extenderá durante apenas cinco días, hasta el viernes 5, será únicamente en formato online y solo para acreditados de la prensa internacional y de la industria (productores, distribuidores, vendedores). Una edición presencial abierta al público se llevará a cabo recién a mediados de junio, cuando en Alemania suponen que ya habrán superado las peores olas de la pandemia y tendrán al grueso de su población vacunada.
Los principales responsables de la organización, la directora ejecutiva Mariette Rissenbeek y el director artístico Carlo Chatrian, hicieron todo lo que estuvo a su alcance para que la Berlinale pudiera llevarse a cabo en tiempo y forma en salas oscuras, pero la realidad se impuso de manera inapelable. Era imposible hacer un festival que vende un promedio de 330 mil entradas y moviliza a todo el espectro del cine mundial en pleno invierno, en medio de una escalada de contagios como la que todavía tiene en jaque a Europa.
Aun así, la Berlinale logró reunir 176 títulos repartidos entre sus distintas secciones, empezando por la Competencia Oficial, que tendrá 15 estrenos mundiales en concurso y que contará con cinco espectadores VIP, como se suele decir ahora. Los miembros del jurado internacional, todos ganadores del Oso de Oro en ediciones previas, ya están en la ciudad de Berlín para evaluar las obras de sus colegas como corresponde, en pantalla grande. Son el israelí Nadav Lapid, la rumana Adina Pintilie, el húngaro Ildikó Enyedi, el italiano Gianfranco Rosi y la bosnia Jasmila Žbanić. A esa “burbuja” dorada no se pudo sumar, previsiblemente, el iraní Mohammad Rasoulof, ganador de la edición del año pasado, recluido en su propia burbuja en Teherán, donde el gobierno de su país lo tiene guardado, no precisamente por razones sanitarias sino políticas. El será el único miembro del jurado que verá las películas online.
Lo notable de esta Berlinale absolutamente fuera de norma es que, a pesar de todas sus dificultades, consiguió para su competencia oficial un puñado de títulos de directores de primera línea. Entre ellos, el rumano Radu Jude (con Bad Luck Banging Or Loony Porn), el coreano Hong Sang-soo (con Introduction), la francesa Céline Sciamma (Petite Maman) y el japonés Hamaguchi Ryusuke (Wheel Of Fortune And Fantasy). El pelotón local es sin embargo particularmente fuerte en la pelea por el Oso de Oro, con films de Dominik Graf, Maria Speth, Maria Schrader y el debut como director del actor Daniel Brühl. La única película latinoamericana en competencia oficial es la mexicana Una película de policías, de Alonso Ruizpalacios, que ya está comprada por la plataforma Netflix.
Y hablando de América latina, la cinematografía mejor representada de la región en esta Berlinale “sin precedentes” como dicen Rissenbeek y Chatrian, es la de Argentina, con varios títulos en distintas secciones, empezando por el Forum del Cine Joven, donde participarán dos largometrajes nacionales a falta de uno. En primer término, Esquí, opera prima de Manque La Banca, que ya había deslumbrado a la Berlinale con su corto T.R.A.P. (2018) y que aquí reincide en el festival alemán con un desprejuiciado film ensayo sobre Bariloche, su ciudad natal, en la que descubre el lado B del supuesto paraíso turístico.
A Esquí se le suma Que será del verano, segundo largo de Ignacio Ceroi, una narración de estructura rizomática, donde un viaje da lugar a otro, “una película sobre las relaciones sentimentales, los viajes infinitos, los conflictos bélicos siempre lejos de casa, la soledad y la compañía de los seres más queridos”, según adelantan de la productora Un Puma. No está de más señalar que los film Ceroi y Manque La Banca compartirán el Forum con cineastas de la talla del israelí Avi Mograbi, la portuguesa Susana Nobre y las chinas Shengze Zhu y Sabrina Zhao, entre otros.
Por su parte, en la sección Generation, especializada en cine de temática infantil y juvenil, tendrá lugar el estreno mundial de Un escuela en Cerro Hueso, opera prima de Betania Cappato, producida por Iván Fund y Laura Mara Tablón. Rodado en un pequeño pueblo de la provincia de Entre Ríos, a orillas del Paraná, el film de Cappato narra la llegada de un matrimonio joven que busca escolarizar a su hija diagnosticada dentro del espectro autista y que encuentra en esa humilde localidad el único establecimiento que acepta su solicitud de ingreso.
A su vez, Entre hombres, de Pablo Fendrik, participará de la sección Berlinale Series, plataforma de lanzamiento de producciones para televisión con factura técnica y artística de calidad cinematográfica. La miniserie de cuatro capítulos es la adaptación de la novela policial homónima de Germán Maggiori, poco tiempo antes de que Argentina entrara en la crisis de 2001, mostrando un paisaje urbano convulsionado, marcado por la intensa violencia y la descomposición moral, política y social.
En la nueva sección competitiva Encounters, creada el año pasado por Chatrian, participa Azor, opera prima del suizo Andreas Fontana rodada en la Argentina y ambientada durante la última dictadura cívico-militar. Con coproducción de la compañía local Ruda Cine y un guion escrito por Fontana en colaboración con Mariano Llinás, Azor narra la sórdida aventura de un banquero suizo del más alto nivel que viaja a la Argentina de la dictadura para reemplazar a su predecesor, que ha desaparecido sin dejar rastros.
Del Berlinale Co-Production Market, para proyectos en desarrollo, participa Puan, una realización en conjunto de María Alché (Familia sumergida) y Benjamín Naishtat (Rojo) producido por Pucará Cine y Pasto. Y en el foro de formación Berlinale Talents fueron seleccionadas la editora Julia Straface, la productora Florencia De Mugica, la directora de fotografía Constanza Sandoval, la realizadora Melisa Liebenthal, el compositor y diseñador de sonido Luciano Azzigotti, el director y director de fotografía Juan Fernández y el actor Santiago Scauso. Finalmente, la directora artística del Festival de Mar del Plata, Cecilia Barrionuevo, forma parte del jurado de la competencia Encounters.