En medio de la apertura del 139° período de sesiones ordinarias del Honorable Congreso de la Nación, el presidente Alberto Fernández debió interrumpir su discurso por los gritos de fondo que profería un diputado de la oposición. Todos miraron a Fernando Iglesias, quien suele tener este tipo de actitudes y esta vez tampoco mantuvo silencio. Sin embargo, el propio Fernández le contó luego a Página/12 que su reacción fue contra otro macrista: Mario Negri. "A Iglesias solo lo miraba y le sonreía", dijo el Presidente.
"Tuvo cuatro años para hablar, ¿por qué no me deja hablar a mí, por favor?", le pidió Fernández al legislador.
La interrupción ocurrió cuando el jefe de Estado mencionaba la renegociación de la deuda externa con acreedores privados. "Es imperioso que todos afirmemos nuestro compromiso de no permitir nunca más que se genere un endeudamiento asfixiante a partir de la toma de créditos irresponsables. Quiero agradecer muy especialmente el apoyo que recibí de líderes y lideresas del mundo para lograr ese objetivo y el apoyo que continúan dando para resolver otros desafíos pendientes", expresó el presidente.
Molesto por los gritos de Negri, Fernández dejó la lectura y miró a su izquierda. "Tuvo cuatro años para hablar. ¿Por qué no me deja hablar a mí, por favor?", dijo al diputado, lo que despertó enseguida el aplauso del resto de los legisladores y la sonrisa de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien al mismo tiempo intentó contener el enojo del mandatario.
Tras la sesión Negri aseguró no haber interrumpido al mandatario y aseguró que por ende no era a él a quien se había dirigido el Presidente en el Congreso. Ante las declaraciones del radical Fernández le dio a Página/12 más detalles del hecho y fue categórico en cuanto al destinatario de sus palabras: "Se la pasó gritando `mentira' cada vez que decía algo. Hasta que le dije lo de los cuarto años".