Una de las mayores voluntades del gobierno para este año es la de alcanzar un resultado distributivo con salarios por encima de la inflación. El último informe de coyuntura del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) analiza los determinantes del tipo de cambio, los salarios y la inflación para tener una "verdadera dimensión de las capacidades del gobierno de alcanzar ese resultado, los límites que pudiera tener y las decisiones que deberá tomar en el camino".
Precios y tipo de cambio
Durante el 2020, el tipo de cambio aumentó al ritmo mensual de la inflación y con mayor volatilidad a partir de octubre, cuando la tensión de la brecha cambiaria se trasladó también a los precios. En febrero de este año, sin embargo, esta tendencia se rompió y la devaluación fue menor que el aumento del tipo de cambio.
"Esta es una de las claves para dar lugar a una recuperación salarial en un año donde van a jugar las expectativas a futuro en las elecciones, tras tres años de pérdida del poder adquisitivo", asegura el informe del CESO que da cuenta de la estrategia cambiaria del gobierno. Es que en el Presupuesto 2021 se estipuló una depreciación de 25 por ciento frente a una inflación del 29 por ciento, lo que significa una señal de la intención del gobierno de que la tendencia de febrero se sostenga.
Paritarias
"El objetivo de este año es que los salarios le ganen a la inflación", repiten varios integrantes del gabinete. Al respecto, el informe del CESO entiende que "una ventaja para
ese objetivo es el contexto de crecimiento económico. En una economía que no crece, la disputa
distributiva siempre es de suma cero: para que un actor gane el otro debe perder. En cambio,
con un crecimiento esperado cerca del 5 por ciento no es necesario que la mejora del salario real se dé a
costa del beneficio empresario. En todo caso, será necesaria una reducción de los márgenes
sobre los costos que será compensada con una suba en las cantidades vendidas".
Un detalle no menor es que en la parte que implica acuerdos salariales y negociaciones colectivas, el sector público tiene
un rol más que significativo. De los 12 millones de trabajadores registrados, el 30 por ciento de los trabajadores pertenecen al sector público.
Inflación
Para completar el panorama distributivo es crucial prestarle atención al comportamiento del precio del resto de los bienes y servicios. El informe aclara que este conjunto es heterogéneo porque incluye servicios regulados cuyo precio depende de la decisión política (tarifas, combustibles, transporte); otros precios fijados por empresas pero que dependen de autorizaciones (comunicación, medicina prepaga, productos con precios máximos) ; y el universo más difícil: todos los productos que exceden al control estatal porque dependen de pocos actores económicos por ser mercados muy concentrados (el cemento) o muy atomizados (las frutas y verduras).
El control de la inflación es históricamente uno de los más difíciles a la que cualquier gestión de gobierno debe enfrentarse y toma un rol protagónico en la distribución. El gobierno organiza estrategias en tres frentes: el microeconómico, el macroeconómico y el político.
En materia microeconómica, se buscan acuerdos puntuales ante aumentos injustificados en un mercado puntual, como en el caso del maíz y las carnes. En el aspecto macroeconómico, el gobierno tiene la responsabilidad de garantizar la previsibilidad de las variables clave: tipo de cambio y tarifas.
El informe advierte que el riesgo de un fracaso de este plan está asociado más a la respuesta que pueda lograr del sector empresario que a una tensión excesiva generada por reclamos sindicales. "Para aumentar las chances de éxito, la autoridad política debe ser la mayor posible. Todos los actores del frente político, y en especial los referenciados directamente con el presidente, deberían estar concentrados en la acumulación de esa autoridad necesaria para poder fijar los mojones del sendero distributivo. Caso contrario, cada actor se sentirá con un margen de discrecionalidad adicional para resolver el dilema con sus propias herramientas, es decir, subiendo los precios y deteriorando así las chances de éxito del programa distributivo".