En un recinto sin las acostumbradas aglomeraciones de años anteriores y afuera con un pequeño grupo de militantes que la vivaban, la intendenta Bettina Romero dio apertura al período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, con un discurso en el que destacó que a pesar de la crisis se encararon obras, y con definiciones políticas de su relación con la provincia y con la Nación.
La pandemia no solo fue protagonista del paisaje dentro del Concejo, en el que el distanciamiento social redujo la cantidad de personas que podían ingresar, sino que también fue el tema con el que la jefa comunal dio inicio a su discurso, tras un minuto de silencio por las personas fallecidas a causa de la covid-19.
Además, la sesión fue presidida por el vicepresidente primero, Ángel Causarano, ya que el titular del cuerpo, Darío Madile, se encuentra aislado preventivamente por haber sido contacto estrecho de un caso positivo de coronavirus.
La limitación de los recursos fue el eje sobre el que desarrolló su repaso de la gestión, tanto para lamentarse por los pocos fondos propios con los que cuenta la municipalidad para obras, así como para destacar las acciones que viene tomando para incrementar la capacidad recaudatoria de la comuna.
Por ello señaló: “Seguimos reordenando cada área, reduciendo gastos innecesarios y gestionando los recursos de manera eficiente”. "En comparación con otras capitales del país, tenemos una bajísima capacidad de recaudación, con altos costos operativos, dentro de un contexto donde existen innumerables irregularidades relacionadas con la falta de pago de tributos de inmuebles, edificios y barrios privados que no se encuentran registrados dentro del sistema de recaudación fiscal”, describió Romero.
Tras ello expresó que si bien pueden pagar en tiempo y forma los sueldos y afrontar los costos operativos propios del funcionamiento de la municipalidad, “a la ciudad le queda muy poco margen para inversiones”, e inmediatamente recordó los 500 millones de pesos que perdió la ciudad por el cierre de las Cooperadoras Asistenciales a principios del año pasado, y que significó el primer roce con el gobierno provincial.
También se refirió a la situación de pobreza que se registra en varios sectores de la capital salteña: “Nuestra ciudad tiene 40 barrios populares, y de la población de Salta el 45% de los ciudadanos no cuentan con los recursos necesarios para cubrir las necesidades más básicas”.
Y al momento de plantear un diagnóstico, la intendenta indicó: “Debemos comprender que administramos una ciudad compleja. Aunque, a decir verdad, nos tocó hacernos cargo de administrar dos ciudades conviviendo en una: una Salta hermosa y acogedora que genera orgullo, y una Salta olvidada, discriminada y escondida”.
Antes de hacer un repaso de las obras que se ejecutaron, Bettina enumeró los planes de asistencia que llevan adelante, como Pan Casero, Huertas Urbanas y Plan Unidos. También, la simplificación de los trámites burocráticos, como, por ejemplo, las habilitaciones comerciales.
De las obras, destacó que “durante el 2020 hicimos con fondos municipales 7.000 metros lineales de cordón cuneta, 1200 cuadras de enripiado y 25.000 m2 de bacheo de hormigón con una inversión de 46 millones de pesos en 60 barrios”.
También puso énfasis en las bicisendas, de las cuales ya hay 7 kilómetros y anunció para este año unos 22 kilómetros más. “Entendemos que invertir en infraestructura de ciclovías y bicisendas está en consonancia con lo que la pandemia nos pide: distanciamiento social y movernos o frecuentarnos al aire libre”, argumentó.
El gran anunció de obra fue el puente vehicular de 360 metros que se hará sobre el río Arenales para mejorar el tránsito con la zona sudoeste: “Vamos a construir ese puente tan esperado por todos. Hace 16 años que no se hacía un nuevo puente en la ciudad. En poco tiempo y con inmensa alegría, daremos inicio a esta obra”.
El presupuesto estimado para esa obra es de 165 millones de pesos que corresponden a fondos obtenidos en el marco del programa nacional Argentina Hace II.
El anticipo del inicio de la construcción del puente generó aplausos dentro del recinto, como también cuando se refirió al Plan de Regularizacion Dominial en los barrios populares, que apunta a otorgarle las escrituras a vecinos que no pueden acceder a ese trámite que les de seguridad jurídica.
Más mujeres
En otro pasaje de su discurso, Romero se refirió a que ella es la primera intendenta mujer de la ciudad, y que prometió que “en mi gobierno habría mujeres en lugares importantes de decisión, en espacios de poder, no como accesorios, no como relleno, no sólo cómo un cupo. Y cumplí. Vamos a seguir empujando para que cada vez más mujeres lleguen a los lugares donde se deciden las cosas, y no solo hablamos de la municipalidad: necesitamos más mujeres liderando en el gobierno provincial, la Justicia, en la Legislatura y en las fuerzas de seguridad”.
Otra vez los aplausos invadieron el recinto y se estiraron mientras Bettina afirmaba: “Vamos a construir los cimientos de una Salta con plena igualdad para las mujeres”.
Con provincia y con Nación, pero...
Aunque las definiciones políticas estuvieron presentes en varios momentos del discurso, fue durante el tramo final en el que Romero acentuó las referencias tanto al gobernador Gustavo Sáenz, como al gobierno nacional, y sus expectativas con los concejales.
En la apertura del año pasado, durante su primer discurso frente a los ediles, Bettina señalaba como positivo que el gobernador haya sido su predecesor en la intendencia, porque entendería las necesidades de la ciudad.
Luego, durante el año serían reiteradas las quejas acerca del prácticamente nulo aporte económico de la provincia para obras. Quizás por eso ayer nuevamente recordó el pasado como intendente de Sáenz, y lanzó expresiones de anhelo sobre el apoyo de la provincia para obras, que pueden leerse como indirectas para el gobernador.
“Sé que cuento con el gobernador Gustavo Sáenz. Pocos como él tienen una trayectoria política que les permita conocer en detalle las necesidades que tiene la Capital. Fue Intendente y conoce las postergaciones de la ciudad que precisan ser atendidas, y sé que nos acompañará en este año que también será complejo para todos”, expresó.
También ratificó su pertenencia al frente electoral que integró con el actual mandatario en 2019, al que calificó como “la herramienta que nos ayude a seguir generando respuestas para transformar esta provincia”. Esto también puede ser interpretado como un mensaje a los concejales, en su gran mayoría alineados con el saencismo y que ejercieron una fuerte oposición a la gestión municipal.
Igualmente, les pidió mostrar que “la política tiene que ver con equilibrio, sobriedad, determinación, empatía, solidaridad y trabajo por el bien común. Visiones diametralmente opuestas pueden y deben coexistir en democracia con tolerancia y respeto al derecho de disentir”.
En cuanto a Nación, reconoció la cantidad de fondos que llegan para obras en la ciudad, aunque advirtió que “lo hacen sin pretender ningún tipo de sometimiento político”. Llamativamente, hizo varias referencias elogiosas al gobierno nacional, pero en ningún momento nombró al presidente Alberto Fernández.
Romero concluyó que “el camino de la articulación y el trabajo mancomunado entre la ciudad, la provincia y la Nación es la mejor manera de construir respuestas sostenibles en el tiempo y establecer políticas de Estado”.
Finalmente, pidió que el año electoral no paralice el funcionamiento de la ciudad y que se haga un trabajo conjunto “sin mentiras, sin odios, ni desinformación. Apostemos al diálogo, a la verdad, a creer que Salta puede y debe estar mucho mejor de lo que está”.
La intendenta finalizó su discurso, que duró unos 40 minutos, aplaudida por los concejales y gran parte de su gabinete, que se encontraba presente en el recinto durante el discurso.