Durante una gira por Zimbabue, a propósito de la celebración de sus 70 años de edad, a Bunny Wailer le preguntaron qué fue lo mejor y lo peor de su carrera musical. A lo que contestó: “Lo mejor es que mi voz maduró bien. Por otra parte, aunque al final los Wailers terminamos sobreviviendo, lo más difícil fue cuando se separó la formación que grabó los discos Catch a Fire y Burnin”. Si bien ambos álbumes aparecieron en 1973, este último consiguió una revolución cultural que algunos comparan con la que provocó Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, de los Beatles. Nada más con ese hecho, Bunny Wailler pasó a la historia. Sin embargo, este martes trascendió hacia la inmortalidad. Su mánager anunció el fallecimiento de la leyenda del reggae en el hospital Andrews Memorial de su Jamaica natal. Tenía 73 años y era el único de los integrantes de la alineación fundacional de los Wailers que seguía con vida. Pese a que no se conocen las causas de su muerte, el músico padecía complicaciones de salud a raíz de un derrame cerebral que sufrió en 2018.

Nacido como Neville O’Riley Livingston, el cantante creó la banda en 1963, en uno de los barrios más pobres de Kingston, junto a Bob Marley, Peter Tosh, Cherry Smith, Junior Braithwaite y Beverley Kelso. Antes de que se produjera la internacionalización de la música jamaiquina, The Wailers incursionó en el ska y rocksteady (géneros que sirvieron de semilla para el florecimiento del reggae). Su primer éxito, “Simmer Down”, se concibió dentro de esas escenas. Mientras el grupo disfrutaba de su éxito pero la isla pagaba el precio de su reciente independencia, Bunny Wailer fue encerrado en la cárcel por posesión de marihuana. Al terminar su condena de 14 meses, lo hizo con uno de los identikits del reggae: los dreadlocks. Y eso lo transformó no sólo en uno de los primeros músicos en lucirlos, sino que también lo introdujo a él y a sus demás compañeros de formación en las creencias rastafari.

Debido a la popularidad que fue cobrando Bob Marley, la banda pasó a llamarse Bob Marley & The Wailers. Hasta ese entonces, el resto de occidente no conocía el reggae. Pero Burnin’ logró captar los oídos del mundo, lo que fue reforzado al año siguiente por Eric Clapton, quien hizo un cover de uno de los temas de ese disco: “I Shot the Sheriff”. En medio del éxito, Wailer se atrevió a dejar el grupo que llevaba su apellido. Básicamente porque no quería salir de gira fuera del país, aunque ya había probado el poder de su música en vivo en los Estados Unidos e Inglaterra. Entonces se centró más en su aspecto espiritual y poco tiempo después en su carrera solista. Todo eso se conjugó en su primer material en solitario, el fabuloso Blackheart Man (1976), cuyas letras versan acerca de la repatriación, rastafari y ese arresto por posesión de cannabis. Incluso, el título trata acerca de sus raíces, pues alude a su infancia en el campo junto a Marley. Su salida de su otrora grupo no afectó su vínculo con sus amigos, al punto de que Bob Marley, Peter Tosh y la sección rítmica de los Wailers colaboran en este debut.

Blackheart Man es uno de los estandartes del reggae roots, uno de los estilos del género más cultivados en la Argentina. También experimentó con la música disco en Hook Line & Sinke (1982), en tanto que un par de años antes, en Sing the Wailers, con el apoyo de Sly & Robbie, reversionó a su antigua banda. Y hasta llegó a poner un pie en el dancehall. Ganó tres Grammy al Mejor Álbum de Reggae; el primero de ellos, en 199,1 gracias a Time Will Tell: A Tribute to Bob Marley, con quien estuvo muy unido hasta sus últimos días. Era tan fuerte su vínculo con él y Tosh (que fue asesinado en 1987) que, tras el fallecimiento de ambos, escribió una carta abierta en la que puso bajo lupa a Rita Marley por la desaparición de sus colegas. A mediados de los 2000, fue parte de los invitados del disco True Love, de Toots and the Maytals, al lado de figuras de la talla de Eric Clapton, Manu Chao, Jeff Beck y Gwen Stefani, entre otros. El anuncio de la muerte de Bunny Wailer vuelve a enlutar al reggae, luego de la reciente partida de iconos como Frederick “Toots” Hibbert y U-Roy.